Manifestantes dispersados con gas pimienta mientras protestaban por la tala de secoyas en el norte de California, Estados Unidos, parecen ser las víctimas de una nueva "tolerancia cero" de la policía hacia el activismo en defensa del medio ambiente.
El incidente "es parte de una amenazadora tendencia a mayores violaciones de los derechos humanos de activistas en Estados Unidos y el exterior", dijo Celia Alario, de la Red de Acción por las Selvas (RAN).
En todo el mundo, la minoría ogoni en Nigeria, los u'wa en Colombia, activistas en el norte de California, la gente debe luchar por su derecho a proteger el medio ambiente, destacó Alario.
El Sierra Club, con sede en Washington, y otras organizaciones, dicen encontrarse ahora en un escenario completamente nuevo, el de la lucha por los derechos humanos.
En muchos países, el Sierra Club encuentra que ciudadanos preocupados por el medio ambiente "son cada vez más amenazados por sus propios gobiernos y por corporaciones multinacionales", aseguró Stephen Mills, activista de la organización.
Grupos defensores de los derechos humanos se ven cada vez más involucrados en los debates por el medio ambiente. Amnistía Internacional, por ejemplo, criticó el incidente calificándolo como un "tratamiento inhumano y degradante de tal deliberación y severidad que resulta equivalente a la tortura".
En el caso de las secoyas de California, "la policía suprime nuestros derechos, mientras protege los intereses de Charles Hurwitz (presidente de la corporación Maxxam)", añadió Randall Hayes, director de RAN.
Los manifestantes intentaban llamar la atención sobre el "acuerdo Headwaters", un plan de gestión forestal diseñado por Pacific Lumber, empresa con sede en California y subsidiaria de Maxxam, propietaria de la tierra, y la senadora demócrata Diane Feinstein.
Ambientalistas afirman que mientras Feinstein protege 3.000 hectáreas del bosque Headwaters situado en el norte de Calfornia, permite la tala de viejas secoyas, algunas de las cuales tienen hasta 2.000 años, en las 20.000 hectáreas restantes.
Según los activistas, el plan, de ser aprobado, pasará por alto la ley de especies amenazadas, exceptuando a la empresa de las demandas especie por especie necesarias para detener la tala destructiva, afirman ambientalistas.
El área de las secoyas, una de las últimas desprotegidas en el mundo, incluye el hábitat de dos especies en peligro, una de salmón y otra de pájaros.
Maxxam, que ha sido criticada por los perjuicios causados al medio ambiente en Ecuador, considera que el acuerdo Headwaters es un compromiso justo. "Hacemos todo lo que podemos para implementar este acuerdo", dijo a IPS el vocero de la compañía Bob Irelan.
Si el acuerdo Headwaters es firmado por el presidente Bill Clinton, Maxxam recibirá 380 millones de dólares, 250 millones del gobierno Federal y 130 millones de California, a cambio de 3.000 hectáreas del antiguo bosque.
Las otras 20.000 hectáreas de Maxxam, no obstante, quedarán libres para la tala.
El acuerdo también exime la protección de peces y vida silvestre en el resto de los bosques de Pacific Lumber durante los próximos entre 50 y 65 años, indicaron los activistas.
Carl Pope, presidente del Sierra Club, mayor grupo ambientalista estadounidense, dijo que "el acuerdo podrá salvar algunos bosques hermosos, pero si el gobierno no toma una actitud más dura con Maxxam, podría convertir miles de hectáreas en una zona de sacrificio para el mayor enriquecimiento de Charles Hurwitz".
"No deberíamos haber tenido que hacer ese intercambio para preservar algunos de los bosques más antiguos de secoyas del mundo", protestó Pope.
Un vídeo del incidente con la policía revela que el uso del aerosol con gas pimienta fue claramente abusivo y no para proteger a la policía.
El aerosol se aplicó de forma calculada y deliberada "para causar dolor y como forma de subsumir a manifestantes que no planteaban amenaza alguna", subrayó Amnistía Internacional (AI).
AI destacó que hubo varias docenas de muertes de personas en Estados Unidos después de haber sido atacadas con gas pimienta en los últimos años. La organización hizo un llamado a una inestigación de la acción policial en esos casos, incluyendo una revisión de las políticas de la policía sobre el uso del aerosol. (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/lp/en/97