Dirigentes políticas y parlamentarias de los cinco países andinos decidieron hoy en Venezuela iniciar una campaña contra las discriminaciones jurídicas que por su condición de mujer es objeto la vicepresidenta de Ecuador, Rosalia Arteaga.
Arteaga partició este viernes en la clausura del Encuentro de Mujeres Políticas de los Países Andinos, que por dos días congregó a dirigentes de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, bajo el auspicio del Parlamento Andino.
Entre las medidas decididas por las diputadas, senadoras y activistas andinas está la de recurrir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para que interprete las medidas jurídicas y legislativas que han afectado a Arteaga.
La vicepresidenta debió modificar su intervención en el encuentro de dos días, ante la demanda de las concurrentes de que detallara los pormenores de las disposiciones que desde febrero han socavado su función institucional.
Arteaga aseguró que su "caso" puede resumirse en que "la Carta Constitucional no se cumple cuando está involucrada una mujer", al detallar algunos episodios que llevaron a que no accediera más que por unas horas a la presidencia cuando el parlamento de su país destituyó al presidente Abdalá Bucaram.
Según su versión, en la Constitución ecuatoriana existe la fórmula de sucesión "definitiva" del presidente por el vicepresidente, que permitió que Oswaldo Hurtado asumiera como presidente cuando murió en un incidente aéreo el mandatario Jaime Roldós, en 1981.
Pero por un error del compilador, en la última versión de la Constitución se eliminó lo de "definitiva", que volverá a ser incluido, según quedó establecido por el Congreso ecuatoriano, después que Arteaga deje su cargo de vicepresidenta.
"Vale preguntarse si se hubiera actuado igual en el caso que la errata, por ejemplo, hubiera hecho desaparecer a los alcaldes del texto legal", ironizó Arteaga.
Ecuador vivió una crisis institucional aún no totalmente superada en febrero, cuando el Congreso decidió destituir a Bucaram, tras ocho meses en el poder, por incapacidad mental.
Arteaga reclamó que le correspondía asumir el poder por el resto del cuatrienio presidencial, pero tras días de alta tensión, el Congreso eligió a Fabián Alarcón como mandatario provisional hasta 1998, cuando habría nuevas elecciones.
La vicepresidenta no quiso dar detalles de la participación de los altos mandos militares en su marginación, porque a fines de mes saldrá un libro suyo, con toda la historia al respecto.
Arteaga dijo a IPS previamente que detrás de todo el proceso de los "diez días que convulsionaron Ecuador" entre el 2 y el 12 de febrero, "tuvieron un papel dirimente los negocios y los intereses económicos", además de maniobras de una clase política anquilosada y con altos índices de corrupción.
Para acceder a la presidencia, a la que constitucionalmente sentía que tenía derecho, "hubiera tenido que transigir y dejar de lado principios éticos que para mí son primordiales como política y como mujer", aseguró.
"Se trataba de negociar dinero, así de simple, y no estuve dispuesta", afirmó la primera mujer en acceder en su país al Ministerio de Educación y después a la Vicepresidencia.
Arteaga reconoció que es acusada de "ambiciosa", lo que en una mujer se presenta como negativo, pero planteó que abandonó la idea de renunciar porque consideró que debía sostener varios principios.
Citó entre ellos el del hilo constitucional, ya que fue elegida como vicepresidenta por los ecuatorianos, el legal y también el de mujer.
"Se nos acusa de cobardes en la acción pública y que cada vez que hay una dificultad abandonamos, y yo entre lo que puede escoger, elegí pasar por ambiciosa y no por cobarde", expresó.
Un arguemnto adicional, explicó la vicepresidenta ecuatoriana, es que por las calles de pueblos y ciudades de su país son muchas mujeres las que junto con los hombres le piden: "Rosalía no te dejes". "Y yo les hago caso y no me dejo", comentó.
Explicó que es sometida a múltiples retaliaciones, se la acusa de perturbar el orden, se le redujeron drásticamente los recursos financieros y le han quitado funciones a la Vicepresidencia, las últimas después de filtrarse partes de su "temido" libro.
"Me restan dos o tres tareas porque no se dieron cuenta", comentó, y aseguró que muchas acciones en su contra nacen de un rechazo machista dentro de los poderes públicos a lo que ella significa como "abridora de puertas para la mujer" ecuatoriana.
También reclamó su derecho a ser vicepresidenta por los cuatro años para los que fue electa. Pero el máximo tribunal ecuatoriano dictaminó que en su caso rige una asimilación del código civil, donde se establece que "lo accesorio sigue la suerte de lo principal", por lo que cesará en el cargo junto con Alarcón.
"Es decir que si el presidente muere, a mí me entierran", acotó ante las legisladoras y dirigentes andinas, acompañadas por integrantes del Parlamento Andino y su presidente, el colombiano Julio Cesar Turbay.
El artículo del Código civil, explicó, se detalla que es para los bienes muebles y animales pero no para las personas.
Ante los reclamos de las dirigentes andinas de que no haya buscado la solidaridad internacional de sus congéneres, Arteaga precisó que en Ecuador el vicepresidente sólo puede salir del país con permiso del presidente. Ahora encontró un recurso legal para evitar ese trámite, explicó.
Arteaga dijo que tiene "una gran esperanza" en que las elecciones de fin de mes para seleccionar una Asamblea Nacional que pueda transformarse en Constituyente den paso a un nuevo liderazgo político en su país y modernicen y saneen la actividad pública.
Dio a entender que si ese proyecto avanza cedería en sus reclamos institucionales, pero también alertó que "los poderes tradicionales, económicos y políticos no van a resignarse a salir de escena y todo puede quedar en una nueva frustración". (FIN/IPS/eg/dg/ip-pr/97
