La campaña para las elecciones de este domingo, cuando se elegirán a los 70 miembros de la Asamblea Nacional que reformará la Constitución en Ecuador, dejó una serie de dudas sobre la real función de la Carta Magna.
En la campaña electoral, que concluyó en la madrugada de este viernes, participaron partidos políticos y un gran número de movimientos independientes que representan a diversos sectores de la sociedad.
La gran cantidad de candidatos independientes y el método uninominal empleado en esta ocasión -antes se votaban lista de partidos o movimientos- "provocó que en el país se desatara una verdadera guerra visual", dijo a IPS la mexicana Alejandra Moreno, experta en comunicación.
Aunque aún se puede votar por listas, cada uno de los candidatos emprendió una campaña por su cuenta, algo caótico si se tiene en cuenta que hay unos 900 candidatos en todo el país.
La Asamblea Nacional, que se instalará el 20 de diciembre, tendrá 70 miembros, la misma cantidad que el parlamento unicameral, excluidos los 12 diputados nacionales.
Cada una de las 21 provincias de Ecuador contará con un número de asambleístas proporcional a su población.
En Guayas, la provincia más poblada del país, se elegirán 10 asambleístas y ocho en Pichincha, que aloja a la capital y es la segunda en población.
La información desplegada por el Tribunal Supremo Electoral fue "escasa y confusa", afirmó Francisco Huerta, ex ministro de Salud y subdirector del diario Expreso de la ciudad de Guayaquil, el principal centro económico del país.
Pero lo más grave "es que la campaña se convirtió en un mercado donde se ofrecieron viviendas, servicios de agua potable, empleos y otras cosas que no tienen nada que ver con la Constitución", dijo Alberto Wray, ex magistrado de la Corte Suprema de Justicia.
Todo esto, "hará que un día después de que la Asamblea concluya sus funciones, los ecuatorianos entremos en una profundo nivel de frustración que va a ser difícil de superar", por lo considera necesario plantear "qué es y para qué sirve una Constitución".
Wray, quien es profesor de la Universidad Católica de Quito, indicó que la Constitución está compuesta por dos partes fundamentales: la orgánica, que determina la estructura del Estado y la dogmática, que impone los límites del Estado frente a los ciudadanos (los derechos).
"En la parte dogmática se pueden establecer los derechos, que se enuncian como metas del Estado, y no cuestiones específicas, que pertenecen a la esfera de las reformas legales", por lo que no se puede esperar que una Constitución solucione "el problema grave de la pobreza, ni el desempleo", arguyó el especialista.
La idea de la Asamblea Constituyente surgió de las propuestas de varias organizaciones sociales, tras la destitución en febrero del presidente Abdalá Bucaram.
El objetivo era devolver la estabilidad política y jurídica al país, por medio de un organismo que reformara la Constitución o redactara una nueva. (FIN/IPS/mg/ag/ip/97