Activistas de derechos humanos manifestaron su malestar porque el Fondo Voluntario de Naciones Unidas contra la Tortura cuenta apenas con 3,4 millones de dólares, suma que consideran "migajas".
Inge Genefke, secretario general del Consejo Internacional de Rehabilitación de Víctimas de la Tortura (IRTC), estimó que el fondo requiere al menos 25,3 millones de dólares solo para cubrir el costo de los tratamientos.
Apenas 32 de los 185 países que integran la Organización de las Naciones Unidas (ONU) contribuyeron con el Fondo. El dinero se entrega a 104 proyectos humanitarios en 54 países.
El IRTC estimó que un tercio de los gobiernos representados en la ONU practican o toleran la tortura.
Estados Unidos, el mayor contribuyente del fondo, donó 1,5 millones de dólares este año, menos de un centavo por ciudadano. "Para brindar atención a quienes la necesitan no podemos depender de la ONU", dijo John Salzburg, representante en Washington del Centro de Víctimas de Tortura (CVT).
"Las víctimas de la tortura están con frecuencia en la vanguardia de la lucha por la democracia", agregó Genefke.
Todos los que recibieron atención en el centro del IRTC en Copenhage "trabajaban por el bien de sus países", por lo que los países industrializados que defienden la democracia deberían respaldar el Fondo, agregó.
Las organizaciones de derechos humanos también manifiestan su desaliento por la escasa cantidad de ratificaciones que recibió la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Castigos Inhumanos y Degradantes, vigente desde 1987.
Genefke sostuvo que 82 países de la ONU todavía no ratificaron la convención, entre ellos Bahamas, Bangladesh, Fiji, Haití, Iraq, Japón, República Dominicana, Sudáfrica, Tailandia, Vietnam y Zimbabwe.
"La tortura es un instrumento de poder, destinado a destruir el espíritu de gente fuerte. Los que están en el poder usan la tortura para mantenerse en el poder", dijo el activista.
Incluso los gobiernos que ratificaron la convención han sido omisos en su cumplimiento. El Congreso de Estados Unidos, por ejemplo, no aprobó hasta ahora leyes para financiar los programas de rehabilitación de sobrevivientes de tortura o familiares de víctimas.
El secretario teneral de la ONU, Kofi Annan, destacó ante la Asamblea General del foro mundial los efectos de la tortura, como desórdenes de personalidad, crisis psicóticas agudas, tendencias suicidas, desajustes, fracturas, pérdidas de visión, deformidades físicas y oídos perforados.
A las víctimas de tortura se les niega con frecuencia la atención médica básica en el período de tortura y requieren tratamientos adecuados tras su liberación, sostuvo Annan en su mensaje al órgano deliberativo.
"Los gobiernos tratan de extinguir el deseo de la sociedad de derechos humanos y democracia", sostuvo Salzburg.
"Brindar tratamiento a los valientes líderes opositores da cumplimiento a los ideales de la ONU y ayuda a movilizar a la comunidad mundial en sus esfuerzos por prohibir la práctica de la tortura", concluyó. (FIN/IPS/tra-en/jf-fah/mk/mj/hd/97