El número de inmigrantes irregulares aumenta en todo el mundo porque existe un mercado internacional de trabajo ilegal que los atrae, se afirmó en una reunión de expertos onvocada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En muchos países aparecen demandas laborales clandestinas a las que responden migrantes ilegales, observó el académico mexicano Jorge Bustamante, presidente del Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre los derechos humanos de los migrantes.
La ONU convocó al Grupo de Trabajo preocupada por las manifestaciones crecientes de racismo, xenofobia y otras formas de discriminación y trato inhumano y degradante contra los migrantes en diferentes partes del mundo.
De los 150 millones de migrantes desplazados actualmente por el planeta, la categoría más vulnerable corresponde precisamente a los que permanecen sin permisos regulares en los países de acogida.
La razón de la existencia de los ilegales es que alguien en el país huésped se beneficia con la presencia de ese trabajador, explicó Bustamante este lunes en la sesión de apertura.
La comunidad internacional enfrenta el desafío de convertir ese mercado laboral de facto en un mercado laboral de derecho que proteja y legalice a los inmigrantes.
Pero contra las políticas de regularización de los ilegales conspiran las actitudes de países que tratan a los indocumentados como casos policiales.
"No conozco ningún país que haya resuelto el problema de los inmigrantes ilegales a través de la policía", sostuvo Bustamante, profesor de la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos.
Lo que se requiere, en cambio, para enfrentar el problema son enfoques internacionales, dijo. Las soluciones internas, en especial las policiales, no aportan remedio.
Como paradoja, el inmigrante ilegal es un creador de riqueza en el país donde viola las leyes, resaltó.
Otro sector susceptible a las agresiones racistas y xenófobas es el de las mujeres migrantes.
Peter Schatzer, director de relaciones externas e información de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), estimó en 50 millones el número de mujeres migrantes.
Schatzer sugirió que el Grupo de Trabajo examine también los temas del retorno al país de origen, del tráfico de migrantes y de la discriminación de género.
Los expertos y los representantes de gobiernos evaluarán propuestas de recolectar datos sobre la discriminación contra los migrantes y de establecer un sistema de monitoreo de la evolución del fenómeno.
El jurista R.K. Jenny, del Instituto Internacional de Derecho Humanitario, advirtió que no existe organización no gubernamental alguna que se especialice en prevención y monitoreo de esa clase de violaciones a los derechos humanos.
Jenny confirmó que en el mundo existe una tendencia al aumento de la migración ilegal debido a que "los Estados refuerzan las restricciones y la represión".
La misma opinión se desprende del informe de 1997 de Maurice Glele-Ahanhanzo, relator especial de la ONU encargado de examinar las formas contemporáneas de racismo, discriminación, xenofobia y formas conezas de intolerancia.
El relator indicó que el fenómeno tiene alcance mundial, aumenta en importancia y provoca medidas discriminatorias y reacciones xenófobas contra los extranjeros.
En todas partes, sostuvo Glele-Ahanhanzo, el inmigrante se ha transformado en fácil víctima expiatoria de la crisis económica o de la inseguridad.
La xenofobia se desarrolla a un ritmo preocupante, en medio de la indiferencia de la mayor parte de la opinión pública democrática, defensora de la civilización y adalid de la dignidad de la persona humana, observó.
El informe, uno de los documentos del Grupo de Trabajo, indicó que en todo el mundo proliferan campos de retención, con condiciones de vida a menudo inaceptables, en los que se estaciona a los extranjeros antes de expulsarlos.
Se construyen muros eléctricos en las fronteras y los que tratan de cruzarlas son sometidos a duro trato, denunció.
El Grupo de Trabajo sesionará hasta el día 21 y volverá a reunirse entre el 16 y el 20 de febrero de 1998 para elaborar su informe a la Comisión de Derechos Humanos.
Además de Bustamante, los expertos del Grupo de Trabajo son Mohamed Quayes, de Bangladesh, Guillaume Pambou Tchivounda, de Gabón, Oleg Shamshur, de Ucrania, y Joaquim do Rosario, de Portugal. (FIN/IPS/pc/dg/pr-hd/97)