Marcia Coates tiene 17 años. Hace ocho, con solo nueve de edad, ya era toda una empresaria que vendía distintos artículos en el centro turístico de Montego Bay, Jamaica.
Coates no tiene recuerdos vívidos de esos días y, de hecho, desea desembarazarse de ellos. Fueron tiempos duros.
"Los chicos abusaban de mí tanto física como verbalmente. Siempre intentaban tocarme. Además, toda la gente que pasaba por allí maltrataba a los niños", dijo.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia estimó que unos 22.000 niños y niñas jamaiquinos menores de 16 años son vendedores, trabajadores domésticos, mecánicos y carpinteros.
"Los niños ganan su sustento de forma prematura debido a los problemas económicos de Jamaica. En muchos casos, las madres son las únicas jefas del hogar y no pueden colmar las necesidades de la familia", dijo la trabajadora social Judith Maitland.
Los grupos de defensa de la infancia etstán preocupados por el impacto negativo del trabajo infantil, que obliga a niños y niñas a abandonar sus estudios y quedar expuestos a abusos físicos emocionales infligidos por niños mayores y adultos que los perciben como una amenaza.
La polémica en Jamaica, como en todo el mundo, se centra en la posibilidad de prohibir de plano el trabajo infantil, dadas las dificultades que eso ocasionaría a las familias que dependen de ese ingreso para la subsistencia.
"El trabajo es perjudicial para los niños porque los mantiene fuera de la escuela. Pero lo más importante es que impiden el desarrollo natural de la infancia como período vital", dijo la trabajadora social Cynthia Brown.
"Ninguna sociedad puede estar cómoda mientras menores de edad están trabajando. Eso actúa contra el desarrollo pleno de los niños. La incapacidad de la sociedad de implementar las leyes opera contra los derechos inalienables de la juventud", según Delano Franklin, del servicio gubernamental para la juventud.
La ministra de Trabajo y Seguridad Social de Jamaica, Portia Simpson, se comprometió a tomar todas las medidas necesarias para impedir el ingreso precoz al mundo del trabajo y el corte abrupto del período escolar.
"He decidido usar con firmeza todo el poder del Ministerio para combatir el trabajo infantil en el país. Nuestros niños se están convirtiendo con rapidez en especies en peligro. Se necesita una nación entera para cuidar y proteger a nuestros niños. Esa debe ser nuestra prioridad", afirmó Simpson.
Pero organizaciones como el Save the Children manifiestan su preocupación porque iniciativas contra el trabajo infantil hagan la vida de niños y niñas aun más difícil.
"Nos oponemos a las formas de trabajo infantil que supongan explotación y riesgo, pero dada la realidad económica apoyamos el trabajo que no ponga en peligro su salud o su desarrollo y que les permita ganar adiestramiento y confianza", dijo Chris McIvor, de Save the Children.
"En los casos en que obtener un ingreso permite a los niños comer mejor y pagar los gastos escolares, el trabajo puede ser una experiencia positiva", afirmó McIvor.
Cualquier medida dirigida a impedir que los niños se vean obligados a ganarse la vida a edad temprana debe comenzar por combatir la pobreza y la inequidad, agregó.
"Si el gobierno propone la prohibición total del trabajo infantil, debe adoptar medidas pragmáticas para evitar efectos más adversos", según la activista.
"La participación precoz de niños y niñas en la fuerza laboral mejora la posibilidad de las familias de satisfacer sus necesidades inmediatas de alimento, ropa y refugio", según un informe del UNICEF.
La Ley sobre Juventud vigente en Jamaica impide que niños menores de 12 años de edad sean empleados en otros trabajos que no consistan en tareas sencillas y livianas en hogares o predios agrícolas.
Ningún niño menor de esa edad puede en el país caribeño efectuar trabajo nocturno de forma legal ni ser empleado en industrias. (FIN/IPS/tra-en/ml/cb/mj/lb hd pr/97