Una denunciada tentativa de atentado y otras acciones de exiliados cubanos otorgaron protagonismo al presidente de Cuba, Fidel Castro, con vistas a la VII Cumbre Iberoamericana, a realizarse en la isla venezolana de Margarita.
A las acostumbradas informaciones sobre las medidas de seguridad en la cumbre se sumó la noticia de la detención la semana pasada cerca de las costas de Puerto Rico de cuatro cubanos nacionalizados estadounidenses que, supuestamente, pretendían matar a Castro durante la cumbre.
Informaciones procedentes de Venezuela y Estados Unidos dieron cuenta de que otro grupo de exiliados fue detenido este lunes en isla Margarita y expulsado de ese territorio por las autoridades policiales venezolanas cuando planificaban una conferencia de prensa en coincidencia con la cumbre.
No obstante, versiones desde Venezuela aseguran que el Ministerio del Interior de ese país desmintió que esas personas hubieran sido expulsadas de Margarita, aunque algunas decidieron "por cuenta propia" regresar a Caracas.
Granma, órgano oficial del gobernante Partido Comunista de Cuba y único diario que circula en este país socialista, publicó este martes ambas informaciones sin ningún tipo de comentarios ni reacciones oficiales.
En el caso de los supuestor preparativos para un atentado, Granma citó las versiones publicadas por El Nuevo Herald, considerado el principal periódico de la comunidad cubana asentada en Estados Unidos.
De acuerdo con El Nuevo Herald, la embarcación "La Esperanza", perteneciente a un directivo de la Fundación Nacional Cubano-Americana, de Miami, fue capturada el 28 de octubre por el Servicio de Guardacostas de Estados Unidos cuando presentaba problemas técnicos.
Los tripulantes, todos de origen cubano, llevaban ocultos en un doble fondo del piso de la nave fusiles de asalto semiautomáticos Barret, calibre 50, y siete cajas de municiones.
"Ese es el tipo de arma que se utiliza para hacer blanco sobre carros blindados y para hacer blancos muy específicos, caracterizándose por su elevada precisión", dijo a El Nuevo Herald un ex militar estadounidense que pidió no ser identificado.
El capitán de "La Esperanza", Angel Manuel Alfonso, admitió su propósito de atentar contra Castro, según una declaración jurada del agente especial de Aduanas Ismael Padilla, a la que ese periódico tuvo acceso.
Granma citó despachos de prensa desde Puerto Rico que aseguran que Sara Lema, portavoz de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), de Estados Unidos, confirmó que esa agencia asumió la jurisdicción de la investigación.
De ser cierto, esta sería la primera vez que trasciende una tentativa contra la vida de Castro durante alguna de las cumbres iberoamericanas.
Castro, cuyos viajes por el mundo suelen mantenerse siempre en absoluta reserva, nunca ha faltado a ese foro, que se reúne todos los años desde su creación en 1991 en Guadalajara, México.
"El conocimiento y la divulgación de este fallido acto terrorista determinó que el gobierno de Venezuela redoble la seguridad marítima y aérea alrededor de la Isla Margarita", afirmó Granma.
El foro, previsto para el sábado y el domingo próximos, está dedicado en esta oportunidad a los principios éticos de la democracia y se aguarda que algunos mandatarios cuestionen el sistema político cubano.
Trascendidos en los últimos meses aseguran que Argentina, España y Nicaragua podrían introducir el tema de Cuba en los debates y solicitar a Castro reformas políticas en la isla.
Pero el canciller cubano Roberto Robaina advirtió este lunes que cometen un error quienes creen que los temas de discusión en ese foro pueden crear problemas a Cuba por tener un sistema político diferente al de la mayoría de los países participantes.
"Nosotros partimos del hecho de que en familia alguna pueden existir temas prohibidos, sobre todo cuando, como en cumbres anteriores, Cuba se siente dispuesta a responder con mucho gusto las preguntas respetuosas que se le puedan hacer", afirmó el canciller.
Robaina aseguró que Estados Unidos no soporta una reunión libre, independiente y plural en América, y que conspira para dividir a los participantes e impedir que las cumbres iberoamericanas sigan tomando fuerza.
"Lamentablemente, algunos pocos se han hecho eco de esas pretensiones y -segun reporta la prensa- hacen de voceros del norte, sin percatarse de que, al actuar contra Cuba, conspiran contra ellos mismos y contra la unidad regional", opinó el titular de exteriores.
Pero, independientemente de que el tema salga o no durante las sesiones, el ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Niguel Burelli, comunicó el lunes que su gobierno no permitiría que grupos opositores a Castro realicen manifestaciones públicas en Margarita.
Burelli puntualizó que las reclamaciones de los cubanos exiliados "merecen todo el respeto", y al igual que en cumbres anteriores, la protesta "se recibe y se toma en cuenta".
Unos dos millones de personas abandonaron Cuba desde el arribo al poder de Castro. Entre ellos se cuentan emigrantes por motivos económicos, políticos y de reunificación familiar.
Parte de ese exilio dio un nuevo impulso a sus actividades contra el gobierno de Castro a raíz de la firma, en 1995, de un acuerdo migratorio entre La Habana y Washington, que prevé el retorno a la isla de todos los emigrantes ilegales que sean sorprendidos tratando de entrar a Estados Unidos.
El Nuevo Herald afirmó este martes que los exliados cubanos detenidos en isla Margarita pretendían aprovechar la celebración de la cumbre para exhortar al gobierno cubano a aceptar el diálogo con la oposición pacífica. (FIN/IPS/da/ff/ip/97
