Cubanos residentes en Estados Unidos podrán viajar a Cuba, por mar o por aire, en ocasión de la visita en enero del Papa Juan Pablo II, aunque deberán gestionar permisos especiales o visas de ingreso.
La información oficial apareció este miércoles en el diario Granma, órgano del gobernante Partido Comunista de Cuba, y puso punto final a uno de los puntos más polémicos en los preparativos del viaje del Papa.
El jefe de la Iglesia Católica realizará su primera visita a este país socialista del 21 al 25 de enero, donde oficiará cuatro misas, la última de ellas en la mañana del último día en la Plaza de la Revolución, de La Habana.
La nota de la dirección de Inmigración y Extranjería del Ministerio del Interior asegura que el gobierno cubano autorizarán el arribo al puerto de La Habana de un crucero y vuelos "charter" procedentes de Estados Unidos.
Agrega que sólo se permitirá un único crucero por no existir mayor capacidad de recepción. Pero la dirección de Inmigración está dispuesta "a considerar cualquier nueva solicitud de vuelos charters con peregrinos" que deseen viajar desde Estados Unidos, según se aseguró.
"Estas facilidades para la entrada a la isla serán brindadas a ciudadanos de origen cubano residentes en Estados Unidos o en otras naciones y a ciudadanos estadounidenses o extranjeros residentes en ese país", explicó la nota oficial.
Al mismo tiempo, la información aclara que, por razones de seguridad, "todas estas personas requerirán de un permiso de entrada o visa especiales" para viajar a Cuba desde el 6 hasta el 31 de enero de 1998.
Pero las personas de origen cubano que ya posean "vigencia de viaje" o permiso para residir en el exterior no requerirán de esa autorización especial, que deberá gestionarse ante las oficinas consulares cubanas en cada país.
La "vigencia de viaje" fue establecida por las autoridades cubanas en 1995 y permite el viaje libre a este país a aquellos emigrantes que no mantienen una actitud hostil hacia el gobierno de Fidel Castro.
Los permisos para residir en el exterior se extendieron en esta década, especialmente a intelectuales y personas de alta calificación que viajan a otros países con contratos de trabajo.
Ambas medidas se insertan en una política oficial por regular el proceso migratorio y normalizar las relaciones con la migración cubana, luego de décadas de una politización absoluta de ese fenómeno.
Más de dos millones de cubanos viven en el extranjero y la mayoría de ellos se encuentran en Estados Unidos.
El viaje de peregrinos cubanos desde Estados Unidos se convirtió en una gran interrogante y en foco de tensión y polémica desde que se conoció a finales de 1996 que el Papa Juan Pablo II visitaría este país.
Además de la autorización del gobierno cubano, el traslado de los emigrantes necesita el visto bueno de Washington, pues, según las regulaciones del bloqueo que Estados Unidos aplica a Cuba, ningún barco o avión estadounidense puede tocar la isla.
El crucero, concebido para que los peregrinos gasten el menor dinero posible en Cuba, enfrentó además la oposición de los grupos más radicales del exilio cubano. A juicio de ese sector, el viaje de los peregrinos sólo dará legitimidad al gobierno de Castro e inyectará dólares a la economía cubana.
Nina Meyer, propietaria de la agencia Vision Travel, que hace las reservaciones para el viaje del barco Norwegian Majesty, dijo el lunes que hasta el momento, sólo unas 300 personas han pagado el pasaje a Cuba, cuyo costo es de 1.000 dólares. El crucero puede transportar 1.000 personas .
Sólo un tercio de los peregrinos que han hecho reserva son de origen hispano, pero no se conoce cuántos son cubanos o descendientes de cubanos, dijo Meyer al diario El Nuevo Herald, de Miami.
Los emigrantes que normalmente viajan al país para visitar a sus familiares por fin de año podrán permanecer en la isla hasta el 5 de enero. O sea, necesitarán permiso especial para prorrogar su permanencia en Cuba para la visita del Papa, advirtió el Ministerio del Interior.
La información especifica que los vuelos charter aterrizarán en el aeropuerto internacional José Martí, de La Habana, y que para la visita de turistas extranjeros al país rigen las condiciones y los requisitos acostumbrados.
Una nota de la oficina de prensa la Comisión Central Eclesial Preparatoria de la visita del Papa anunció el sábado que las autoridades concederían el permiso de ingreso a los peregrinos católicos.
La Conferencia de Obispos Católicos aseguró que el gobierno había manifestado disposición a facilitar, "tanto como lo permitan las limitaciones materiales del país", los recursos para el transporte de los fieles a los lugares que el Papa celebrará la misa.
Así mismo, las autoridades concederán en breves semanas a la jerarquía católica algunos espacios en la televisión, la radio y la prensa para brindar mayor información a la población sobre la visita del Papa. Los espacios ofrecidos "no satisfecen las expectativas de la Iglesia", puntualizaron los obispos.
El viaje de los emigrantes, el acceso de la Iglesia a los medios de información masiva y el transporte de los fieles a las misas fueron grandes incognitas hasta finales del mes pasado, cuando visitó Cuba el jefe de la sala de prensa del Vaticano, el español Joaquín Navarro Valls. (FIN/IPS/da/ff/ip cr/97
