Las mujeres aumentaron en los dos últimos años de 39 a 42 por ciento su participación en el sector civil del Estado cubano y son ahora 11 por ciento de las personas que buscan empleo.
El incremento de la cantidad de mujeres empleadas y que buscan empleo fuera de su hogar coincide con un proceso de racionalización de la fuerza laboral emprendido por el gobierno en 1995.
Vilma Gómez, especialista del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, aseguró que en buena medida, el avance se debió a la revitalización de la Comisión Nacional de Empleo Femenino, que intenta proteger a la mujer de los procesos de reajuste.
Para su reorganización, la comisión contó con el apoyo de la Federación de Mujeres Cubana, única organización femenina existente en la isla, que agrupa a la mayoría de las cubanas mayores de 14 años.
"Tradicionalmente, la mujer es más vulnerable (que el hombre) en cualquier proceso de cambio", dijo Gómez en un seminario sobre eficiencia económica auspiciado por la Central de Trabajadores de Cuba y la Organización Internacional del Trabajo.
Pero, agregó, en el caso de Cuba se parte de reconocer el empleo femenino como una conquista de la revolución que llegó al poder en 1959.
La reestructuración del empleo forma parte de una reforma estructural de la economía que pretende hacer eficiente la empresa estatal para superar la crisis económica comenzada en 1990.
Junto a la reconversión tecnológica y la reestructuración de las empresas, se impone poner punto final a varias décadas de pleno empleo que, en muchos casos, se traducía en el pago de salarios sin respaldo productivo.
Expertos locales estiman que entre 500.000 y 700.000 personas se verán afectadas de una forma u otra por la reforma, aunque el gobierno asegura un subsidio temporal y obliga al antiguo empleador a buscar una alternativa de trabajo.
Ocho por ciento de los 4,6 millones de trabajadores cubanos no tenían empleo a fines de 1996, según estadísticas oficiales.
"Entre las personas que buscan empleo, 11 por ciento son de sexo femenino, 58 por ciento son jóvenes y 82 por ciento tienen un nivel cultural medio y superior", informó Gómez.
Agregó que "la mayor dificultad para dar respuesta a esta situación está en que cuatro de cada cinco personas residen en zonas urbanas y la mayor fuente de empleo está en la parte rural".
Uno de los mayores problemas que enfrentan las autoridades es la "selectividad" con que se conducen quienes buscan empleo que, por lo general, excluyen como opción los sectores más necesitados de mano de obra: el azúcar, la agricultura y la construcción.
Mujeres y hombres miran hoy el trabajo por cuenta propia como solución, ante la imposibilidad de encontrar empleo bien remunerado en el sector estatal. Pero los profesionales no están autorizados a desempeñarse por cuenta propia.
Como parte de la reforma económica iniciada en 1993, el gobierno amplió el abanico de actividades por cuenta propia permitidas, y autorizó a los graduados universitarios a desempeñarse en esa área, aunque sólo en tareas no vinculadas a sus conocimientos profesionales.
En 1953, las mujeres constituían 17,6 por ciento de los trabajadores empleados, según el Censo de Población y Viviendas de aquel año.
De las mujeres ocupadas, 30,2 por ciento lo estaban en el servicio doméstico o en el grupo ocupacional de conserjes, lavapisos, barrenderas y porteras, 13,9 por ciento eran oficinistas, 12,1 maestras primarias, 16,2 por ciento profesionales y técnicas y dos por ciento ocupaban cargos de dirección.
Pasados casi 30 años, el Censo de Población y Viviendas de 1981 comprobó que 31,2 por ciento de los empleados eran mujeres y que la proporción de mujeres dedicadas completamente al hogar había descendido de más de 70 por ciento a 47 por ciento.
Al finalizar 1996, la población de Cuba llegaba a 11 millones de habitantes, de los cuales 74,6 por ciento residían en centros urbanos, de acuerdo con la Oficina Estatal de Estadísticas,
La mujer representaba 64 por ciento de la fuerza profesional y técnica, más de 40 por ciento de los investigadores científicos, más de la mitad de los graduados universitarios y 29 por ciento de los dirigentes.
Pero fuentes del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social aseguran que, de todas formas, las más afectadas por el desempleo en este país son las mujeres jóvenes, que constituyen 30,5 por ciento de la fuerza laboral femenina en la isla.
Al mismo tiempo, el hecho de que 11 por ciento de los que buscan en empleo sean mujeres es valorado por los expertos como una tendencia positiva, toda vez que al comenzar la actual crisis se temió un retorno de las mujeres al hogar.
Entre 1992 y 1994, los momentos más difíciles de esta década, algunas mujeres dejaron su empleo para asumir a tiempo completo las responsabilidades del hogar vinculadas, sobre todo, con la garantía de la alimentación familiar. (IPS/FIN/da/ff/lb dv/97