El pedido de 20 años de cárcel para un ciudadano estadounidense acusado de preparar un atentado contra el presidente de Cuba, Fidel Castro, agravó aún más la conflictiva relación entre ambos países.
La Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana criticó abiertamente la noche del jueves el sistema judicial cubano y agregó que no tenía constancia de que el acusado, Walter Van der Veer, hubiera contado con el tiempo necesario para preparar su defensa.
"El gobierno de los Estados Unidos ha expresado hace tiempo su seria preocupación sobre los procedimientos judiciales en general en Cuba", afirmó la oficina diplomática y subrayó que la subordinación al gobierno y al Partido Comunista compromete la independencia del sistema.
Van der Veer, un ex militar, fue detenido en La Habana en agosto del año pasado acusado de intentar un alzamiento armado en la provincia de Pinar del Río, 176 kilómetros al oeste de La Habana, además de atentados contra Castro y la sede de la Seguridad del Estado en La Habana.
El juez estadounidense Dominique Salfi, quien viajó al país caribeño para participar en el juicio como observador, consideró alta la condena pedida.
Pero observadores locales estiman que Van der Veer podría considerarse satisfecho, pues el Código Penal cubano contempla sanciones de hasta pena de muerte por delitos considerados como atentados contra la seguridad del Estado.
Aunque los cargos en su contra no pasaron del intento y el reclutamiento de un ciudadano cubano para que lo ayudara en sus planes, el vocero de la cancillería cubana Alejandro González los catalogó como "muy graves".
La fiscalía indicó que a Van der Veer le fueron incautados un cuchillo tipo comando, ropa e insignias del Ejército de Estados Unidos, pintura de enmascaramiento y una bandera cubana en la que la estrella había sido sustituida por una cruz, que introdujo camuflados en cajas con donativos para la Iglesia Católica.
Según esos informes, el estadounidense realizó un primer viaje a la isla entre febrero y marzo del pasado año, durante el cual tiró en dos ocasiones en las calles de la capital cubana panfletos contra el gobierno.
La fiscalía acusa a Van der Veer de pertenecer desde 1993 a un llamado Frente de Liberación de Cuba, un grupo armado anticastrista con sede en Miami, ciudad donde se asienta la mayor colonia de exiliados cubanos.
Al concluir el juicio, Salfi dijo a la prensa que Van der Veer se declaró inocente de todos los cargos y que había viajado a Cuba como "activista religioso" para entregar medicamentos donados por cuenta del templo católico de La Pequeña Flor, de Miami.
La vista, realizada a puertas cerradas y sin acceso de la prensa, coincidió con la euforia oficial que siguió a la aprobación en la Asamblea Nacional de las Naciones Unidas de una resolución contra el bloqueo estadounidense a Cuba.
La votación de 143 países a favor, 17 abstenciones y tres en contra fue interpretada como "una gran victoria diplomática" de Cuba frente a Estados Unidos y una importante carta que llevará Castro a la VII Cumbre Iberoamericana de Isla Margarita.
El bloqueo, endurecido desde la promulgación el año pasado de la ley Helms-Burton, constituye un foco de tensiones permanente entre los dos países, a lo que se suma una larga lista de acusaciones recíprocas.
Sólo este año el gobierno cubano acusó a Washington de llevar una guerra económica y política contra la isla. La larga lista de cargos incluye agresión ideológica, diplomática y biológica.
Cuba denunció a Estados Unidos ante la Convención sobre la Prohibición del Desarrollo, la Producción y el Almacenamiento de Armas Bacteriológicas por la supuesta introducción de la plaga thrips palmi, que destruyó los cultivos de papa en varias provincias del país.
El Ministro de las Fuerzas Armadas, Raúl Castro, acusó el 26 de julio al encargado de asuntos cubanos del Departamento de Estado de Estados Unidos, Michael Rannenberger, de prometer ayuda económica y apoyo material y logístico a grupos opositores cubanos.
Varias declaraciones del Ministerio del Interior cubano apuntaron a Estados Unidos como responsable de permitir la organización en su territorio de una serie de atentados perpetrados este año contra el sector turística, el más dinámico de la economía cubana.
Cuba acusó a Estados Unidos de preparar "en secreto" un paquete legislativo para endurecer aún más el bloqueo y emprendió una ofensiva diplomática para explicar las "intenciones de Washington" hacia la isla.
El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, empezó el año con su "plan de transición" para Cuba, que prevé fondos para un gobierno poscastrista y convoca a los militares cubanos a participar en el proceso de tránsición.
Estados Unidos hizo esfuerzos para llegar a un acuerdo con la Unión Europea sobre la ley Helms-Burton y reveló su intención de acercar a los gobiernos latinoamericanos a su política de aislamiento a Cuba. (FIN/IPS/da/ag/ip/97