Los vecinos de Sudáfrica observan con sospecha las negociaciones de este país con la Unión Europea (UE) para un tratado de libre comercio, aunque el acuerdo podría beneficiar a toda la región, según analistas.
Se prevé que el pacto estará finalizado a mediados de 1998, pero en discusiones realizadas en Pretoria se acordó que Sudáfrica y la UE deberán establecer plazos firmes para la firma del acuerdo definitivo.
El tratado no sólo beneficiaría a Sudáfrica, sino a los otros 13 países que integran la Comunidad de Desarrollo de Africa Austral (SADC).
El bloque económico está integrado por Angola, Botswana, Lesotho, Malawi, Mauricio, Mozambique, Namibia, República Democrática de Congo, Seychelles, Sudáfrica, Swazilandia, Tanzania, Zambia y Zimbabwe.
"Quizá procurando una puerta de entrada a los acuerdos de Lomé, Sudáfrica firmó en agosto un protocolo de libre comercio con SADC, ya que sus socios, menos desarrollados económicamente, tienen más probabilidades de lograr acceso preferencial al mercado europeo", señaló Talitha Bertelsmann, investigadora del Instituto Sudafricano de Asuntos Internacionales.
Se prevé que Sudáfrica utilizará este compromiso con SADC para negociar con la UE en carácter de país en desarrollo y no de economía en transición, indicó Bertelsmann.
"El protocolo de libre comercio de SADC obliga a Sudáfrica a extender cualquier beneficio que otorgue a un tercer país a todos los signatarios del protocolo", explicó. En otras palabras, la UE negocia de hecho con toda SADC y no sólo con Sudáfrica.
El Protocolo de Libre Comercio de SADC y el Documento Verde de la UE sobre el Futuro de la Convención de Lomé, publicado en noviembre de 1996, indican la visión de la UE y Sudáfrica sobre futuros acuerdos comerciales, destacó Bertelsmann.
"Sudáfrica señaló su firme intención de vincular su desarrollo al de sus países vecinos", subrayó la investigadora.
Europa, por otra parte, dio claras señales de que reemplazará gran parte de la asistencia otorgada a los 70 países de Africa, el Caribe y el Pacífico (ACP) signatarios de Lomé por el desarrollo comercial.
En otra palabras, la UE prefiere asistir a esos países a volverse mundialmente competitivos que continuar repartiendo ayuda económica.
Ahora, Sudáfrica propuso a la UE un acuerdo comercial que se concentra en el desarrollo regional más que en el desmantelamiento de las barreras arancelarias extrarregionales, procurando un pacto lo más parecido posible al de Lomé.
Aunque la economía de Sudáfrica es cuatro veces más fuerte que las de sus 13 socios de SADC juntas, el gobierno no excluyó del protocolo ninguna industria sensible de la región, señaló Bertelsmann.
"La economía sudafricana está estrechamente ligada a la de Africa Austral, ya que los países de la región son sus mayores socios comerciales en el continente", destacó.
Sin embargo, miembros de la Unión Aduanera de Africa Austral (Namibia, Lesotho, Swazilandia y Botswana) temen perder importantes ingresos por concepto de aranceles aduaneros, que actualmente se comparten entre los socios de la Unión.
Por ejemplo, en el año de la independencia de Namibia, en 1990, cerca de 30 por ciento de los ingresos del gobierno procedía de SACU.
Se cree que el acuerdo de libre comercio podría causar a Botswana, Lesotho, Swazilandia y Namibia una pérdida de 400 a 730 millones de dólares por año. (FIN/IPS/tra-en/ms/pm/ml/if-dv/97