El Intendente de Asunción, Martín Burt, decretó el lunes 24 el estado de emergencia en la capital de Paraguay debido a los destrozos producidos por las intensas lluvias caídas en los últimos días.
Las consecuencias del fenómeno del Niño siguen afectando con dureza el territorio de este país con precipitaciones que solo en el mes de noviembre alcanzaron a los 490 milímetros en la capital, el triple de lo normal.
El áreal metropolitana de Asunción fue la más castigada, donde se registró la muerte de dos niños al derrumbarse una vivienda arrastrada por las aguas de un torrente en la localidad de San Antonio, ubicada a 15 kilómetros al sur de la capital.
Alrededor de 300 personas debieron ser evacuadas en distintos barrios y los vecinos se mostraron preocupados por el futuro ya que se carece de desagües apropiados para encauzar el desborde de las aguas y se estima que las malas condiciones climáticas continuarán durante todo el verano.
Pero las inusuales lluvias también causaron daños a viviendas, cultivos y vías de comunicación en vastos sectores del resto del país, lo que se sumó a los problemas ya generados por la crisis política y al deterioro en las condiciones socioeconómicas.
El temporal arrasó todo a su paso entre la noche del día 22 y la madrugada del 23, tumbando casas e inutiliazando varias vías de acceso a Asunción, que quedó con los rastros de una ciudad bombardeada, especialmente en los barrios bajos de la periferia.
El gobierno y los municipios se hallan sin recursos para enfrentar la contingencia, según explicaron las autoridades, porque se les ha agotado el presupuesto para emergencias y no tienen de dónde sacar fondos extraordinarios.
La falta de recursos ha hecho que el Estado adeude Estado a las empresas privadas constructoras de rutas una suma que rona los 50 millones de dólares.
Paradójicamente, las autoridades deberán recurrir a esas empresas para reparar las rutas dañadaas por el temporal pero éstas amenazan con parar a fin de este mes si no se les paga lo adeudado.
Paraguay viene soportando desde hace varios meses el fenómeno del Niño y el cambio climático ha desnudado la precariedad que soporta la mayoría de la población en materia de vivienda e infraestructura vial.
La ruta número 1, que une Asunción con Encarnación, en la frontera con Argentina, quedó cortada a 20 kilómetros de la capital por el derrumbe de un puente, dificultandoo el tránsito de vehículos y caminones de cargas que debían dar un rodeo para sortear el inconveniente.
Aunque el gobierno se halla abocado a cuantificar las pérdidas y las necesidades de recursos para la reconstrucción, los medios de comunicaciones asuncenos pusieron de resalto la falta total de previsión.
Las autoridades gubernamentales sabían desde hace varios meses que se iba a producir un cambio en el clima el cual produciría graves problemas pero no se dispusieron fondos suficientes para afrontar la emergencia.
En el interior la situación se presenta peor aún, donde decenas de lugares han sido afectados por las lluvias, los fuertes vientos y las granizadas, y los agricultores, según afirman, se encuentran casi abandonados a suerte.
El único alivio podría darse por la llegada de recursos desde el exterior, ya que el Poder Ejecutivo casi agotó el presupuesto nacional del año y no tiene posibilidad de recurrir a más créditos del Banco Central por temor a entrar en una inflación incontrolable. (FIN/IPS/ct/dam-mj/97
