Senadores de Chile, temerosos de que los evangelistas los castiguen con su voto en diciembre, postergaron para el año próximo la votación de una ley que pondría a sus cultos en pie de igualdad con la Iglesia Católica.
Una comisión del Senado de Chile postergó la votación que se había previsto para este martes con la intención de evitar que las pasiones religiosas desatadas por el debate parlamentario tengan repercusiones políticas en las elecciones legislativas de diciembre.
Dos de los ocho millones de ciudadanos convocados para las elecciones de diciembre integran alguna iglesia evangélica, según estimaciones extraoficiales.
Las iglesias católica y evangélica aparecen como antagonistas ante esta iniciativa, con la cual se pretende dar un trato equivalente a las distintas organizaciones religiosas del país al garantizar la misma personería jurídica para todas ellas.
Pero mientras los pastores evangélicos presionan por la aprobación del proyecto que impulsan hace cinco años, los dirigentes católicos insisten en que su Iglesia no debe ser incluida en la ley para conservar así sus privilegios.
La comisión del parlamento que estudia el proyecto recibió este lunes a los representantes de estas organizaciones religiosas para conocer sus opiniones. Tras una prolongada sesión, decidió reanudar la discusión en el próximo período legislativo, a comienzos de 1998.
De esa manera cualquier votación sobre el asunto queda postergada para después del 11 de diciembre. En esa fecha se celebrarán comicios legislativos para renovar toda la Cámara de Diputados y la mayor parte del Senado.
La ley de cultos había llegado a la comisión para que fuera examinado su apego a la Constitución, después que en mayo el senado aprobó por unanimidad la idea de legislar, un paso que deben dar todos los proyectos enviados al Congreso.
El avance de la ley ha sido considerado por analistas políticos de medios locales un triunfo de los pastores evangélicos, que desarrollaron una intensa campaña para colocar el asunto en la agenda parlamentaria.
Pero el proyecto se trancó cuando la Iglesia Católica objetó su inclusión en la nueva legislación, pues eso supondría que todas las instituciones religiosas reconocidas por la norma contarían con la misma categoría jurídica.
Las únicas dos confesiones que tienen el rango de persona jurídica de derecho público en Chile son la Iglesias Católica y Ortodoxa de Antioquía. Las restantes deben conformarse con ser personas de derecho privado.
El secretario de la Conferencia Episcopal de Chile, Javier Prado, reiteró este lunes ante los parlamentarios la posición de la iglesia católica de conservar sus privilegios, considerados por las distintas constituciones del país desde 1925.
La legislación vigente establece que la Iglesia Católica puede regirse por el Derecho Canónico. La conferencia episcopal asegura que esa condición se perdería con la nueva ley, lo cual significaría la eliminación de prerrogativas.
"¿Por qué vamos a permitir un enclave en Chile? ¿Por qué va a haber un grupo o una persona sobre la ley en este país?", se preguntó este lunes en un pasillo del Congreso Francisco Anabalón, representante del Comité de Organizaciones Evangélicas.
"La ley en Chile rige para todos los que vivimos aquí, y en eso el proyecto de ley es muy claro", añadió Anabalón.
La cuestión es considerada muy delicada en esferas políticas, donde se han producido constantes llamados a no politizar la discusión, mientras la Iglesia Católica denunciaba presiones electorales por parte de los evangélicos.
El abogado de la causa evangélica, Juan Alberto Rabah, no tuvo objeciones en reconocer que realizan intensas presiones sobre el Congreso, de forma "muy abierta, muy transparente", en las que no está excluido el problema de la actitud de los votantes.
Un millón y medio de personas mayores de 14 años estaban vinculadas a unas 600 iglesias evangélicas, según los últimos datos disponibles, que se remontan a 1992.
Eso podría significar que cerca de dos millones de evangélicos mayores de edad podrían ser votantes en la actualidad. Rabah comentó que esa realidad ha sido planteada a los candidatos al parlamento.
"Me he encontrado con pastores que me han preguntado quienes son los que están contra la ley, porque no solo no votarán por ellos, sino que les harán campaña en contra", había anticipado el abogado en octubre.
Los comentaristas de una larga red de radioemisoras evangélicas del país tratan el asunto con intensidad. "De 100 hogares evangélicos, 80 sintonizan estas radios todo el día", agregó Sabah.
Y los predicadores que abundan en el centro de Santiago también se refieren con frecuencia a la cuestión.
Pero los pastores deberán enfrentarse a la larga tradición católica nacional reflejada dentro del parlamento, donde ya hay declaraciones sobre la necesidad de "reconocer realidades históricamente diferenciadas". (FIN/IPS/lac/mj/cr ip/97