Mientras expertos de diversos países saboreaban y escupían en un barril los vinos más finos de Chile, entre los pasillos de la exposición "Vinsud" que concluyó hoy en esta capital cundía el optimismo porque las exportaciones de mostos superarán los 400 millones de dólares en 1997.
En "Vinsud" se dijo que el 2000 llegarían más allá de los 500 millones de dólares.
"A fines de la década pasada, vendíamos entre 10 y 20 millones de dólares anuales", recordó el enólogo Roberto Echeverría, presidente de la organización ChileVid, que agrupa a exportadores de vinos finos.
Los organizadores de "Vinsud", una exposición anual que congrega a fabricantes, comerciantes y estudiosos del vino, aseguraron que más de 10.000 personas acudieron a la exhibición que duró cuatro días, y dijeron que muchos de ellos eran extranjeros interesados en hacer negocios.
La atmósfera estaba cargada por el anuncio del ministro de Agricultura, Carlos Mladinic, quien anunció que si se cumplen las pautas de crecimiento del sector, en el 2000 Chile será el cuarto proveedor de vinos del mundo, superado sólo por Italia, Francia y España.
Mladinic precisó que para el cambio de siglo se espera que las exportaciones superen 550 millones de dólares, y que la superficie destinada en este país al cultivo de vides represente cinco por ciento del total mundial.
Las expectativas incluso podrían ser conservadoras si se mantiene la expansión detectada en 1997, cuando los envíos por 291 millones de dólares realizados entre enero y septiembre representaron un aumento de 46 por ciento en comparación con el mismo período de 1996.
De hecho, durante todo 1996 se vendieron vinos por 293 millones de dólares.
Poco antes del inicio de Vinsud los exportadores de vino chilenos modificaron el pronóstico de los resultados que tendrán a fin de año, subiendo la meta de 350 a 410 millones de dólares.
Se trata de unos 240 millones de litros que habrán llegado a mercados de más de 50 países y que representan 56 por ciento de la producción vitivinícola de este país sudamericano.
ChileVid destacó durante las últimas semanas que hay un cambio importante en la composición de esas exportaciones, pues su crecimiento responde más a una mejoría en los valores que en los volúmenes, demostrada por un descenso de las ventas de vino en caja en favor del embotellado.
El precio promedio del vino chileno subió de 1,1 a 1,9 dólares por litro, lo cual revela un mayor porcentaje de vinos finos en la composición del paquete exportador.
La mejor muestra de ese cambio estaba en "Vinsud", donde aparecían nuevas viñas, con nuevos sabores y productos muy refinados cuyo costo puede empinarse por encima de los 20 dólares por botella, lo cual los hace prohibitivos para el mercado local.
"Cabo de Hornos", "Caballo Loco", "Don Melchor", "Magnificum", son los nombres de productos que buscan competir con vinos finos europeos en los principales mercados de Chile, que son Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón y Alemania.
También se revela una creciente diversificación en las variedades, pues en un país donde era tradicional ceñirse a los Cabernet Sauvignon y a los Sauvignon Blanc ahora proliferan los Chardonnay, Merlot, Pinot, Malbec, Sirah, Gewurztraminer, Riesling, e incluso rarezas como Zinfandel y Carménere.
La producción de vinos chilenos se inició en el siglo XVI y la primera variedad fue llamada "País". Aunque no está clara la procedencia de las primeras cepas que trajeron los colonizadores españoles, se sabe que en el siglo XIX comenzaron a llegar las primeras vides de origen francés.
En la década de 1870, cuando una plaga arrasó con las vides de casi todo el mundo, la cordillera de los Andes, el mar y el desierto protegieron la zona central de este angosto país, donde están ubicadas las plantaciones de uvas.
La muestra de Vinsud se realizó por segundo año consecutivo y se trata de una iniciativa particular que cuenta con el respaldo de las empresas, organismos estatales promotores de exportaciones y que está vinculada a otros encuentros similares, como la Feria de Verona, en Italia. (FIN/IPS/lac/dg/if/97