El presidente de Chile Eduardo Frei desmintió hoy que su veto al ascenso a general del oficial Jaime Lepe haya obedecido a presiones políticas, en tanto el Ejército expresó su preocupación aunque acató la decisión del gobernante.
En escuetas declaraciones a la prensa, Frei señaló que impugnó la promoción a brigadier general de Lepe en uso pleno de sus prerrogativas constitucionales, aplicadas también en 1990 por el entonces presidente Patricio Aylwin (1990-94).
El mandatario negó que en su determinación hayan influido los partidos de la oficialista Concertación por la Democracia, como comentaron dirigentes de la oposición derechista y el general retirado Santiago Sinclair, senador designado que representa al Ejército.
En un comunicado oficial, el Ejército señaló que no le corresponde pronunciarse sobre decisiones del Poder Ejecutivo en tanto es "una institución profesional, jerárquica y disciplinada".
Sin embargo, la entidad castrense decidió reaccionar "ante la profusa información de prensa" sobre el caso de Lepe, al cual califica como un oficial "intachable", cuyo ascenso fue aprobado por la "honorable Junta de Generales".
La aprobación de la Junta se basó en que Lepe fue calificado en los primeros lugares durante toda su carrera y cumplió con las normas para ascender a brigadier general, lo cual fue aprobado por el comandante en jefe, es decir el ex dictador Augusto Pinochet.
El comunicado subraya que el ascenso tuvo igualmente una primera aprobación del gobierno y plantea que de parte del Poder Judicial no existe ninguna objeción a Lepe, involucrado en el secuestro y asesinato del diplomático español Carmelo Soria en 1976.
En ese sentido, el arma expresó su preocupación por el hecho de que "situaciones absolutamente exógenas han afectado la carrera de un distinguido oficial".
Advierte que con este antecedente todo el alto mando queda "expuesto a cuestionamientos que se fundan en consideraciones políticas contingentes". (FIN/IPS/ggr/dg/ip-hd/97