El sobreprecio de 83,79 por ciento obtenido hoy en la privatización de la Empresa Energética de Mato Grosso do Sul (Enersul) mantuvo la elevada valoración de las formas estatales del sector en Brasil, pese a la crisis financiera.
La Enersul, que distribuye electricidad a 470.000 consumidores en 72 municipios cercanos a la frontera con Bolivia, será favorecida por la importación del gas natural boliviano en gran cantidad a través de un gasoducto en construcción.
Otra distribuidora brasileña de energía eléctrica, Escelsa, adquirió el control de Enersul por 625,5 millones de reales (564 millones de dólares), una suma esperada por dirigentes de la empresa y del Estado de Mato Grosso do Sul.
El valor mínimo fijado por el gobierno estadual para la venta de 76,5 por ciento del capital con derecho a voto era de 340,3 millones de reales (307 millones de dólares). Se esperaba un sobreprecio de 70 a 90 por ciento, según el vicepresidente de Enersul, Flavio Decat.
Escelsa (Centrales Eléctricas del Espiritu Santo, un estado centro-oriental de Brasil), fue privatizada en julio de 1995 y desde entonces acumuló abultados recursos para inversiones.
"Disponemos en caja de 750 millones de reales" (675 millones de dólares), dijo su presidente, Francisco Gomide.
En los próximos tres años 100 millones de dólares serán aplicados en la Enersul, anunció.
Pero la propuesta en la subasta de este miércoles, realizada en la Bolsa de Rio de Janeiro, será cumplida en parte con financiamiento del estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social, que ejecuta el programa de privatizaciones y ofrece el préstamo a tasas de interés favorecidas.
Con la construcción del gasoducto Bolivia-Brasil, Enersul podrá aumentar la energía disponible por medi ode la construcción de centrales térmicas, aprovechando el gas que le llegará a bajo costo. Esa ventaja atrajo el interés de 44 empresas que disputaron la subasta organizadas en cuatro consorcios.
Entre las interesadas estaban la argentina Pérez Companc, la estadounidense Enron, la francesa Electricité de France (EDF) (que ya adquirió una distribuidora eléctrica en Rio de Janeiro) y la belga Tractebel.
La venta de Enersul con un elevado sobreprecio confirma que los problemas provocados por la caída de la Bolsa de Hong Kong, a fines de octubre, no afectaron el programa brasileño de privatizaciones.
Hace dos semanas el gobierno estadual de Sao Paulo vendió el control de una de sus distribuidoras de energía elctrica, la Compañía Paulista de Fuerza y Luz, por 2.730 millones de dólares, 70,1 por ciento por encima del precio mínimo fijado.
Estas subastas corrieron riesgo de ser aplazadas ante la crisis que provocó la caída de 8.309 millones de dólares en las reservas cambiarias de Brasil en octubre, obligando al gobierno a duplicar las tasas primarias de interés e imponer un paquete de medidas fiscales para ahorrar 18.000 millones de dólares al año.
El éxito en estas dos últimas privatizaciones asegura la continuación del programa, que prevé la venta de grandes empresas de distribución y generación de electricidad y de todo el sistema estatal de telecomunicaciones en 1998, negocios que superarían los 30.000 millones de dólares. (FIN/IPS/mo/dg/if/97
