El extenso "plan de acción" para los próximos cinco años presentado esta semana por el presidente de Bolivia, Hugo Banzer, mereció duras críticas de sus adversarios por la escasa novedad respecto a la obra del gobierno anterior.
Banzer, quien en reiteradas ocasiones se ha presentado como un duro crítico de las reformas estructurales aplicadas por su predecesor, Gonzalo Sánchez de Lozada, propone ahora la continuidad de esas políticas.
La política más polémica de Sánchez de Lozada, la "capitalización" (una forma de privatización) de las cinco mayores empresas del Estado, tendrá continuidad con la privatización del resto de las empresas públicas, según el plan presentado por el actual gobierno.
La propuesta gubernamental, denominada "Para vivir mejor", que tiene como horizonte general la reducción de la pobreza en Bolivia, el país más pobre de América del Sur, fue duramente por los partidos de oposición, que dicen encontrar sólo buenos deseos y no políticas precisas de acción.
El Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), cabeza de la reducida oposición boliviana, subrayó que el plan de gobierno presentado se parece más a una oferta electoral.
"Hay una serie de enunciados genéricos y en lugar de mostrar una dinámica de gobierno, los anuncios que se han hecho incrementan el ambiente de incertidumbre sobre todo en los sectores de inversión y laborales", dijo Carlos Sánchez Berzaín, jefe del grupo parlamentario del MNR.
En el área económica, el anuncio de Banzer en el sentido de privatizar todas las empresas que aún están en poder del Estado boliviano y congelar los salarios, ha generado preocupación en una parte de los partidos aliados de Banzer.
Remedios Loza, jefa de la populista Conciencia de Patria (Condepa), alidad de Banzer, manifestó su desacuerdo con el plan de privatizaciones. Reveló que no estaba en conocimiento de esa iniciativa, que no fue mencionada por el presidente en una reunión previa a la presentación del plan.
Otro aliado, el minoritario Nuevo Katarismo Democrático (NKD), criticó el plan porque no incorpora la dimensión étnica.
"En Bolivia es una característica no tomar a los indígenas como actores importantes. Yo observé esto desde hace tiempo, incluso desde la campaña electoral", se quejó el jefe de NKD, el intelectual aymara Fernando Untoja.
Organizaciones femeninas se quejaron de que el plan del gobierno margina a las mujeres, los adolescentes y los niños.
El plan de Banzer plantea la equidad en el sentido de mejorar la educación y ampliar los servicios de salud, así como fortalecer el Consejo Nacional de Políticas Sociales, pero no aclara qué políticas se aplicarán para evitar la discriminación hacia la mujer, señalaron.
La equidad no sólo exige concentrarse en los sectores de salud, educación y vivienda, sino también crear políticas en favor de los grupos más vulnerables de la sociedad, dijo la feminista Sonia Montaño, quien se desempeñó como subsecretaria de Género en el gobierno de Sánchez de Losada.
Otra dirigente feminista, Ivonne Farah, aseguró que todo plan que busque la equidad en un país como Bolivia, con fuerte discriminación y machismo, tendría que plantear políticas precisas sobre género.
Los empresarios, por su parte, celebraron algunos puntos de coincidencia con el plan de Banzer, pero criticaron al documento por no indicar cómo se desarrollarán las políticas.
El economista Carlos Villegas, de la Universidad estatal de La Paz, dijo que la lucha contra la pobreza que plantea el plan de Banzer será muy difícil debido al bajo crecimiento de la economía, de 3,5 por ciento en 1996.
"Desde 1985, el crecimiento de la economía no superó el cuatro por ciento, tasa insuficiente para mejorar las condiciones de vida de la población", afirmó Villegas.
El plan de Banzer se propone un crecimiento progresivo de la economía entre cuatro y siete por ciento hasta el año 2002, y una reducción de la inflación del actual ocho por ciento anual hasta el cuatro por ciento al final de su mandato. (FIN/IPS/jcr/ag/ip- if/97