BALCANES: Culmina cumbre de históricas reuniones

La cumbre de siete mandatarios de los Balcanes en la isla de Creta, que finalizó hoy, incluyó dos encuentros históricos entre los líderes de Yugoslavia y Albania por un lado y los de Grecia y Turquía por otro.

Tras una reunión de hora y media de duración, el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic y el primer ministro albanés Fatos Nano describieron su primer encuentro formal en 50 años como un primer paso hacia la normalización de las relaciones entre ambos países.

Milosevic declaró que se discutió la cuestión de los yugoslavos de origen albanés que viven en la provincia serbia de Kosovo, pero la calificó como "un asunto interno de Yugoslavia y de Serbia".

En 1989, Milosevic abolió la autonomía regional concedida a la provincia de Kosovo en la era comunista y desplegó tropas para reprimir las posteriores reclamaciones de independencia. Más de 200 serbios y albaneses murieron en enfrentamientos esporádicos desde entonces.

En Kosovo viven dos millones de albaneses y 190.000 serbios. Los albaneses construyeron a lo largo de décadas un sistema político y social paralelo en la provincia.

Nano llamó a un diálogo directo entre Belgrado y los albaneses de Kosovo para resolver las antiguas tensiones en la región, según la radio independiente B-92, de Belgrado.

Milosevic añadió que "los problemas existentes se resolverán de acuerdo con la política de promoción de la igualdad nacional".

El primer ministro albanés había declarado anteriormente a la prensa de su país que la única forma de hallar una solución permanente al conflicto consistiría en un diálogo entre Milosevic y el líder de los albaneses de Kosovo, Ibrahim Rugova.

Tanto los albaneses de Albania como los de Kosovo insisten desde hace tiempo en mantener conversaciones con el presidente de Yugoslavia con la mediación de Estados Unidos o la Unión Europea.

Rugova dijo a la prensa el pasado sábado que los organizadores de la cumbre de Creta debían invitar a representantes de los albaneses de Kosovo a las conversaciones.

Nano, por su parte, declaró que la delegación de Albania que actuó en la cumbre no sustituyó a los legítimos representantes de los albaneses de Kosovo, sino que estuvo allí para expresar sus propios puntos de vista.

La significación histórica de los albaneses como cuna de la nacionalidad serbia provoca el rechazo de muchos ultranacionalistas serbios. Diplomáticos occidentales predicen que Kosovo será el "próximo" problema grave de los Balcanes.

En la cumbre también se produjo otro histórico encuentro, el lunes, entre el primer ministro de Turquía, Mesut Yilmaz, y el de Grecia, Costas Simitis.

Las reuniones entre los dos aliados de la OTAN son poco habituales debido a sus prolongadas disputas por la isla de Chipre, dividida entre griegos y turcos desde 1974, y por el control militar sobre el mar Egeo.

Ambos líderes decidieron reflotar un pacto de no agresión ya que las relaciones entre sus países se encuentran en su peor estado desde que, en 1996, casi llegaron a la guerra por actividades militares cerca de una isla deshabitada del Egeo.

Turquía sigue practicando maniobras navales y aéreas en la zona, en respuesta a los ejercicios militares griegos del mes pasado.

"El camino sigue siendo largo, nuestros países aún tienen problemas -algunos pequeños, otros grandes-, pero esperamos que con el tiempo lleguemos a un acuerdo", declaró Simitis.

Los siete mandatarios decidieron que la próxima cumbre de los Balcanes tendrá lugar en Turquía, informó la agencia de noticias turca.

Albania, Bulgaria, Grecia, Macedonia, Rumania, Turquía y Yugoslavia estuvieron representadas por sus jefes de gobierno, jefes de Estado o cancilleres. El representante de Bosnia- Herzegovina fue su vicecanciller, mientras que Croacia y Eslovenia estuvieron ausentes.

"Trabajaremos juntos para crear las condiciones necesarias para la prosperidad de nuestras naciones en un marco de paz, seguridad, buena vecindad y estabilidad", dice la declaración redactada luego de largas sesiones en la tranquila ciudad portuaria de Iraklion.

Los países regionales se comprometieron a evitar la amenaza del uso de la fuerza, respetar la integridad territorial, resolver las disputas en forma pacífica y abstenerse de intervenir en los asuntos internos de los demás.

Además, se pactó el apoyo a la libertad de opinión, conciencia, religión y creencias, así como el respeto a los derechos humanos básicos. También se comprometieron con la cooperación regional y el libre mercado.

La declaración de la cumbre destaca que los países de los Balcanes son parte inseparable de Europa y añade que la integración de los mismos al resto del continente es una condición previa para establecer una identidad europea y concretar las metas expresadas.

Así mismo, los mandatarios enfatizaron la necesidad de fortalecer la cooperación en las áreas del transporte, las comunicaciones y la energía, y decidieron que los ministros respectivos se reunirán una vez al año.

Los líderes de los países de los Balcanes también acordaron la cooperación en la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado y el tráfico de drogas.

Los cancilleres de estas naciones se reunirán en forma anual para realizar un seguimiento de esos objetivos, y sus subsecretarios realizarán una reunión de consulta cuatro veces al año.

También se establecerá una secretaría conjunta, aunque los líderes no pudieron llegar a un acuerdo sobre la formación de una secretaría permanente.

Tampoco hubo acuerdo sobre la ubicación de la futura secretaría, ya que turcos y griegos se disputan el honor. (FIN/IPS/tra-en/wr/vpz/mom/rj/ml-aq/ip/97

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