AZERBAIJAN: Presidente azerí "ungido" con petróleo

La inauguración en Azerbaiján de la gran plataforma petrolera marina de Chirag-Guneshli-Azeri, primera en varias que firmas internacionales están construyendo en el mar Caspio tuvo un aspecto casi religioso.

El presidente azerí Gaidar Aliev, quien llegó en helicóptero a la planta situada 185 kilómetros mar adentro, junto a figuras políticas, empresarios y ministros de Asia central y Europa, abrió este miércoles el grifo para que comenzara a fluir el petróleo.

A continuación, Ailev se "ungió" el rostro y las manos con el líquido.

Junto a Aliev se encontraban, entre otros, el primer viceprimer ministro de Rusia, Boris Nemtsov, el secretario de Energía de Estados Unidos, Federico Pena y el primer ministro de Turquía, Mesut Yilmaz, que tienen grandes posibilidades de conseguir contratos para sus países en el proyecto.

"Este es un día histórico en la vida de Azerbaiján. Somos testigos de una nueva era no sólo en la vida de nuestro país, sino de toda la región del Caspio", dijo Aliev, según la agencia de noticias azerí Turan.

De hecho, la extracción de petróleo comenzó el sábado en la plataforma Chirag-1 del campo, pero ese día, como este miércoles, la apertura del grifo fue esencialmente simbólica ya que llevarán varios meses para consolidar la producción.

También pasarán meses antes que el petróleo llene el oleoducto que lo transportará hacia Rusia y, si todo marcha bien, por la rebelde república de Chechenia hasta el puerto ruso de Novorossiysk, en el mar Negro.

Pero los empresarios extranjeros que convirtieron a la Compañía Internacional de Petróleo de Azerbaiján (AIOC) en la principal compañía petrolera del país ya se sienten complacidos.

El crudo ya fluye por las tuberías, apenas tres años después de que el gobierno en Bakú concediera a las compañías, encabezadas por la británica British Petroleum y la estadounidense Amoco, el derecho de extracción en los campos que las autoridades de la disuelta Unión Soviética intentaron en vano desarrollar.

El consorcio AIOC invirtió más de mil millones de dólares para poner en marcha el proyecto. Cuando esté implementado en su totalidad, el costo total de las instalaciones para producción y distribución será de más de 8.000 millones de dólares.

Esa suma es muchísimo mayor que la de los fondos estatales de que dispone la pobre república de Azerbaiján y de sus vecinas y socias del mar Caspio, Turkmenistán y Kazajstán. El gobierno azerí firmó ocho grandes acuerdos con grupos empresariales para desarrollar la explotación de recursos más allá de su costa.

Nadie sabe cuánto petróleo descansa debajo de las aguas. Una estimación conservadora establece que no es mucho, alrededor de 10.000 millones de barriles para Kazajstán, 3.600 millones de barriles para Azerbaijan y 1.500 millones para Turkmenistán.

Eso representa 1,5 por ciento de las reservas mundiales de petróleo, calculadas en unos 1,037 billones de barriles.

Pero la industria está entusiasmada por una creencia predominante entre los petroleros de que podrán extraerse dentro del mar Caspio y en sus costas hasta 200.000 millones de barriles. Además, ya se comprobó que, por más poco que fuese, alcanza para generar una oferta atractiva.

El petróleo del mar del Norte, que fija la tendencia de precios, no alcanza a tres por ciento de las reservas mundiales hasta ahora detectadas. En palabras del presidente de AIOC, Terry Adams, solo en el sur del mar Caspio hay "uno, o incluso dos mares del Norte".

La explotación en la zona no resulta atractiva sólo por su geología sino también por su accesibilidad.

Dos tercios de las reservas de petróleo del mundo, más de 680.000 millones de barriles, descansan bajo las arenas de Medio Oriente, donde la producción está dominada por grandes monopolios estatales como Aramco, de Arabia Saudita, la Compañía de Petróleo de Kuwait y las empresas nacionales de Irán e Iraq.

En el mar Caspio, las grandes firmas petroleras pueden firmar contratos de exploración y producción, para lo que asumen el riesgo de abrir pozos secos. Pero obtienen, en contrapartida, el acceso directo a las ganancias si el crudo fluye.

La zona también resulta atractiva para la industria del gas. Turkmenistán fue el cuarto productor de gas del mundo y podría recuperar su lugar en el futuro cercano si las firmas internacionales siguen hallando nuevos recursos.

Pero todo depende de que se halle una o varias formas de transportar el petróleo y el gas a mercados de monedas fuertes en el mundo exterior. El primer petróleo de Azerbaiján se dirigirá al norte, por Rusia, hacia el mar Negro.

Unos cuatro meses después, se cargará en un barco petrolero en Novorossiysk y luego se llevará al mercado para su comercialización, al parecer a través el estrecho del Bósforo en Turquía hacia algún destino en el mar Mediterráneo o Europa occidental.

Pero el ducto de Baku-Novorossiysk sólo puede transportar 100.000 barriles de petróleo por día. Una segunda línea de exportación estará disponible en la segunda mitad de 1998, al puerto del mar Negro de Soupsa, república de Georgia, con capacidad de 100.000 barriles más por día.

Pero ello no será suficiente para transportar el volumen que la AIOC pretende producir en las plataformas de Chirag-Guneshli-Azeri en la primera década del siglo XXI y menos aun para las cantidades que otros consorcios pretenden producir en yacimientos de petróleo en Azerbaiján y Kazajastán.

AIOC por sí sola debería producir cerca de 700.000 barriles por día para el 2006 y la producción general de los productores internacionales en el mar Caspio aseguraría casi con certeza que la producción total más que duplique esa cifra.

Pero la rapidez con que se exploten los yacimientos de petróleo y gas dependerá de la solución de varios temas.

Turkmenistán y Azerbaiján se disputan la propiedad de algunos de los campos en la zona del Caspio, mientras Moscú argumentó que algunas zonas centrales del mar deben explotarse en nombre de los cinco estados litoraleños, para que Rusia e Irán se beneficien al igual que Azerbaiján, Turkmenistán y Kazajstán.

La duda es cuáles ductos se construirán para transportar la mayor cantidad del petróleo al exterior. Pero pocos en la industria petrolera discrepan con la opinión del vicepresidente de AIOC, Greg Rich, de que "la felicidad consiste en múltiples ductos".

Irán, conciente de sus conexiones históricas en la región, está finalizando un pequeño gasoducto que llevará el gas de Turkmenistán por la costa del mar Caspio hacia Teherán, la capital.

Ankara, al igual que algunas compañías occidentales, pretende la construcción de un ducto en el lecho del mar Caspio desde Kasajstán hacia Azerbaiján, y luego a través del Cáucaso y el este de Turquía al puerto de aguas profundas y abiertas más cercano, el de Ceyhan, en el Mediterráneo turco.

Pero el futuro resolverá esos problemas. El pueblo de Azerbaiján sigue sufriendo de siete años de inestabilidad política, un conflicto sin resolver con Armenia y el colapso económico luego de la disolución de la Unión Soviética.

Por fin, ahora está obteniendo la evidencia física de que la inversión externa generará recompensas reales. (FIN/IPS/tra- en/ai/mom/rj/mj-aq-lp/if/97

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