ASIA-PACIFICO: Un ojo en la crisis y otro en el desarrollo social

Los gobiernos del área de Asia y el Pacífico se comprometieron hoy a profundizar sus políticas de desarrollo social, pero temen que la zozobra de los mercados socave los recursos necesarios.

Ministros de 28 países del área alcanzaron este acuerdo en una reunión de dos días en la capital de Filipinas, convocada por la Comisión Económica de Naciones Unidas para Asia y el Pacífico (ESCAP) para revisar los avances en la implementación de la agenda regional de desarrollo social acordada en 1994.

Los funcionarios coincidieron en la necesidad de fijar metas intermedias, con plazo al 2000, pero advirtieron que la capacidad de los países en desarrollo para combatir la pobreza podría verse afectada por la crisis financiera en Asia.

En especial, temen que la actual inquietud en los mercados de valores y divisas, originada en los países del sudeste de Asia de crecimiento económico más acelerado y ampliada primero a la región y luego al mundo, genere un prolongado enlentecimiento del crecimiento económico.

Los objetivos fijados se refieren a desnutrición y mortandad infantil, expectativa de vida y generalización de la educación básica y de nivel medio, entre otros asuntos.

La declaración adoptada por los ministros expresa la preocupación en torno a la "vulnerabilidad de muchas economías de la región al incremento del déficit comercial, los repagos de deuda externa en aumento, crisis monetarias y problemas económicos con serias consecuencias para el progreso social".

"Un gran desafío se plantea ahora para algunos países de Asia y el Pacífico que alcanzaron un rápido progreso socioeconómico en la última década", según otro documento aprobado en la reunión.

"Estos desafíos consisten en preservar el desarrollo social logrado en los últimos años frente a la turbulencia y la volatilidad económica internacional", agrega.

El presidente de Filipinas, Fidel Ramos, dijo el lunes al inaugurar la conferencia que la crisis financiera es una "nueva sombra" que amenaza las robustas economías de Asia. El mandatario agregó que no hay fórmulas mágicas para combatir la pobreza.

El secretario (ministro) de Planificación Económica de Filipinas, Cielito Habito, dijo el martes que su gobierno considera a "los gastos sociales una alta prioridad", por lo que "no los tocará" aun si el gasto público debe reducirse en salvaguarda del superávit fiscal.

Pero países como Tailandia e Indonesia, que obtuvieron ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI) para enfrentar sus crisis monetarias, debieron recortar de forma drástica sus presupuestos para mejorar sus posiciones fiscales ante la salida masiva de capital que sufrieron.

"Es necesario supervisar el impacto de la crisis en la población a la larga y asegurarnos de que las metas de desarrollo social no se vean afectadas por las medidas correctivas que se están adoptando o planificando", dijo el secretario ejecutivo de ESCAP, Adrianus Mooy.

El desafío para los países asiáticos afectados por el caos financiero es "optimizar los beneficios de la globalización y minimizar los riesgos para los pobres marginados", dijo Habito, quien presidió la conferencia de ministros.

Los ministros de países como Rusia e Indonesia fijaron metas en materia de desarrollo social que deberán alcanzar en el 2000, a pesar de la incertidumbre que rodea el panorama económico para el futuro inmediato.

Los funcionarios manifestaron su preocupación porque la mayoría de los objetivos fijados en 1994 no podrían ser cumplidos antes del 2000, lo cual los impulsó a adoptar metas a un plazo intermedio.

Entre los nuevos objetivos figuran la disminución los niveles de pobreza absoluta y mortalidad absoluta respecto de 1990 en el 2000, así como alcanzar una expectativa de vida al nacer de 65 años, la provisión de educación básica y media a 80 por ciento de la población ese año.

"La ESCAP no es una fuerza policíaca, pero sus resoluciones generan un imperativo moral", dijo Edward Van Roy, alto funcionario de la agencia y secretario de la conferencia en Manila.

La ministra de Seguridad Social de Filipinas, Lina Laigo, consideró, al igual que muchos de sus pares, que la meta establecida en 1994 de erradicar la pobreza absoluta en el 2010 era imposible de alcanzar, si bien los países deberán intentar cumplirla.

En el área de Asia y el Pacífico habitan tres cuartas partes de la población mundial, más de 1.000 millones de personas. La gran cantidad de pobres convierte la lucha por el progreso social en una lucha ardua.

La conferencia exhortó a los países industrializados el cumplimiento del compromiso conocido como "20/20" sellado en la Cumbre Social de 1995, según el cual los países en desarrollo asignarán 20 por ciento de sus presupuestos en desarrollo social y los donantes aportarán la misma cantidad.

De 60 países miembros de ESCAP, apenas estuvieron representados 28 en la reunión.

"Los gobiernos asisten a las reuniones económicas, pero piensan: ¿asuntos sociales? ¿Por qué gastar el dinero?", ironizó Van Roy. Pero otros no asistieron porque no contaban con el dinero para los pasajes, agregó. (FIN/IPS/tra-en/js/mj/dv/97

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