ASIA-PACIFICO: Crisis anuda esfuerzos contra la pobreza

La prolongada crisis económica resultante de las alteraciones monetarias y bursátiles en Asia amenaza el esfuerzo de los gobiernos de la región por reducir la pobreza, alertaron hoy participantes en una conferencia ministerial sobre desarrollo social de dos días en esta capital.

El presidente de Filipinas, Fidel Ramos, y la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico de las Naciones Unidas (ESCAP) manifestaron esta preocupación durante la apertura de la conferencia.

"La confusión y la incertidumbre acosan a muchos países en nuestra región, y una nueva sombra se cierne sobre el milagro económico que hizo de Asia-Pacífico la región más dinámica del mundo", dijo Ramos, destacando que la conferencia tiene por meta la revisión del desarrollo social en la región.

Aunque los problemas de hoy no alteran el hecho de que Asia logró un éxito sin precedentes en la reducción de la pobreza, bajo ningún concepto la región ha superado el problema, y tampoco la marginalidad.

Filipinas registró un robusto crecimiento desde 1992, pero analistas afirman que su suerte cambiará tras el descenso iniciado con la caída del bhat en julio, la cual afectó también a los países vecinos.

Adrianus Mooy, secretario ejecutivo de ESCAP, destacó que los países en desarrollo de Asia-Pacífico pronto sentirán los efectos de la reducción de los gastos tras la crisis de confianza instalada en los últimos meses.

La vulnerabilidad de las economías de la región quedó de manifiesto "como resultado de la volatilidad de los mercados financieros, la creciente deuda externa y la caída económica en algunas partes", explicó Ramos.

"Podemos esperar un aumento de las presiones inflacionarias, la reducción de los ingresos, un creciente desempleo y el corte de los gastos públicos, en particular los servicios sociales", dijo Mooy, a medida que países como Tailandia e Indonesia se vuelquen al Fondo Monetario Internacional en busca de ayuda.

A cambio, el FMI requiere ciertas condiciones que involucran la reducción del gasto público, el aumento de los ingresos y la eliminación de subsidios. Estos factores afectarán seriamente no sólo el crecimiento económico, sino también la estabilidad social y el progreso, agregó.

Temores similares fueron expresados por autoridades de 28 de los casi 60 integrantes de ESCAP, reunidos la semana pasada en preparación de la reunión ministerial que evalúa la implementación de la agenda regional de desarrollo social de 1994.

En un informe a los ministros, las autoridades destacaron que las perspectivas de erradicación de la pobreza absoluta en el 2010 son "nada prometedoras", y no sólo por el alto número de pobres.

La región tiene tres cuartos de los pobres del mundo, o más de 1.000 millones de personas.

La incidencia de la pobreza en el este de Asia cayó 14 por ciento en 1993, utilizando la línea de pobreza del Banco Mundial situada en un dólar diario. En el sur de Asia, la incidencia de la pobreza cayó más lentamente, a 43 por ciento en 1990.

Además de la carga de la pobreza, los problemas actuales de la región podrían privar a los gobiernos de recursos a ser utilizados para el desarrollo social.

La conmoción macroeconómica y financiera producida por la actual crisis monetaria plantea un enorme desafío a los países afectados en sus esfuerzos por proteger el desarrollo social de los peores efectos de las fluctuaciones económicas, indicaron las autoridades.

"Las perspectivas de una mayor reducción de la pobreza dependerán de la aceleración del crecimiento económico", destacaron.

Como resultado de la crisis económica en el sudeste de Asia, no obstante, se redujeron las perspectivas de crecimiento para este año y el próximo. Los sacudones de las monedas y las bolsas de valores se expandieron en el este de Asia, afectando a Hong Kong, Corea del Sur y Japón.

Ramos dijo que la tendencia a la disminución de la ayuda exterior no es de ayuda para gobiernos de países en desarrollo que tienen las presión de lograr recursos para hacerse cargo de sus servicios básicos.

Analistas advierten que una más prologada crisis económica en Asia, además de afectar las balanzas de pagos y el perfil macroeconómico, también recaería sobre la integración social, lo cual se traduciría en desórdenes sociales e incluso guerra civil. (FIN/IPS/tra-en/js/lp/dv-if/97

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