La industria azucarera de Nicaragua perdió 10 millones de dólares por efecto del fenómeno meteorológico del Niño, que redujo las precipitaciones en la época de lluvias.
La zafra azucarera 1997-1998, que comenzó oficialmente la semana pasada, tendrá un volumen de 7,6 millones de quintales (760.000 toneladas), frente a los ocho millones previstos antes de producirse la alteración del clima.
Se trata de estimaciones del Comité Nacional de Productores de Azúcar (CNPA), que aglutina a los ingenios exportadores.
El Niño afectó el cultivo de caña de azúcar al reducir las precipitaciones en la temporada de lluvias, que coincide con el verano del hemisferio norte. El volumen perdido es de 600.000 quintales, informó a IPS el director del CNPA, Noel Chamorro.
"Nunca habíamos tenido problemas tan serios" en la época húmeda, dijo Chamorro.
Pero la zafra no presentará problemas "en la parte operativa, porque ha habido buena planificación en la atención, riego y corte de la caña", agregó.
La zafra azucarera arrancó oficialmente el día 7 en el ingenio San Antonio, el mayor del país, perteneciente al grupo económico de la familia Pellas.
"Podríamos estar en los 8,3 millones de quintales", pero las condiciones desfavorables del clima "nos impidieron cumplir con esa meta. En el futuro, aspiramos a llegar a producir 13 millones de quintales de azúcar", afirmó Chamorro.
Nicaragua obtuvo 7,8 millones de quintales de azúcar en la campaña 1996-1997, situándose en segundo lugar en América Central, por detrás de Guatemala.
La producción aumenta desde 1992, año en que se privatizaron o se devolvieron los ingenios que estuvieron bajo el control del gobierno revolucionario sandinista en la década de los ochenta.
La zafra fue de 3,9 millones de quintales en 1992-1993, de 4,5 millones en la campaña siguiente, y de 6,5 millones en el periodo 1995-1996.
Ese incremento sustancial y sostenido, según Chamorro, obedeció especialmente al cultivo de nuevas áreas. El área destinada a la producción de azúcar aumentó 35 por ciento desde 1993 hasta ahora.
Así mismo, el rendimiento de los cultivos creció aproximadamente 13 por ciento en las dos últimas zafras, y el rendimiento industrial aumentó 16,5 por ciento desde la campaña 1993-1994.
"Parte de nuestro éxito se ha logrado por las reinversiones en infraestructura, del orden de 60 millones de dólares", explicó Chamorro.
A su juicio, el volumen óptimo de producción azucarera sería de 13 millones de quintales, una cantidad que podría alcanzarse en los próximos cinco años, siempre que se tenga clima favorable y tranquilidad política.
"Si se combinan esos dos factores, estaríamos en ese nivel de producción, porque últimamente las lluvias han sido muy malas", dijo Chamorro.
El impacto del Niño obligó a reelaborar las previsiones de producción a la empresa San Antonio, que reúne a siete ingenios privados
"Los efectos de la sequía provocada por el Niño nos obligaron a reducir nuestras estimaciones en más de 200.000 quintales de azúcar, lo cual nos sitúa en un total de 3,77 millones de quintales de azúcar para la zafra 1997-1998", señaló a IPS Joaquín Zavala, vicegerente de la firma Nicaragua Sugar, propietaria de San Antonio.
"Hay un crecimiento en relación al año pasado, ya que en la última zafra obtuvimos 3,59 millones de quintales, pero no es lo que originalmente habíamos proyectado", agregó.
El ingenio San Antonio, devuelto a la familia Pellas en 1992, aporta 48,15 por ciento de la producción nacional, y le corresponde igual proporción en las exportaciones y la venta para el consumo interno.
Desde 1992 hasta la fecha, según Zavala, el San Antonio ha hecho inversiones por 45 millones de dólares, para duplicar la capacidad instalada y generar unos 20 megavatios de energía eléctrica, la mitad para autoconsumo y el resto para la Empresa Nacional de Electricidad.
Cinco de cada 10 nicaragüenses están sin empleo y la industria azucarera es una de las principales fuentes de ocupación. Involucra en forma directa a 12.800 familias y genera ingresos para unos 1.650 colonos que venden su producción a los ingenios.
Chamorro destacó que el sector crea también unos 25.000 empleos indirectos, ya sea en el transporte de caña, melaza, azúcar e insumos, y como en los servicios portuarios. (FIN/IPS/rf/ff/dv en/97