/AMBIENTE/: EEUU ya no exige al Sur reducir gases invernadero

Estados Unidos dejó de insistir en que los países en desarrollo recorten su emisión de gases invernadero, en lo que constituyó el único avance en las negociaciones sobre calentamiento planetario en la capital de Japón el pasado fin de semana.

Pero las conversaciones no alcanzaron para desbloquear las negociaciones que deberían concluir con un acuerdo entre los días 1 y 10 de diciembre en Kyoto, Japón, cuando se celebre la segunda Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

En la instancia se pretende ahondar compromisos previos en materia de reducción de gases invernadero, responsables del calentamiento planetario. La mayoría de estos gases, producto de la quema de combustibles fósiles como gas y petróleo, son liberados a la atmósfera desde países industrializados.

Estados Unidos había advertido que no aceptaría un compromiso vinculante en la materia a menos que los países en desarrollo se vieran también obligados a cumplir con con metas y plazos.

"La delegación de Estados Unidos confirmó" que no insistirá con el punto en Kyoto, dijo Hiroshi Oki, director general de la Agencia de Ambiente de Japón.

La agencia de noticias Kyodo informó que Washington no procurará en la conferencia de diciembre la imposición de obligaciones a los países en desarrollo.

Pero "la reunión de Tokio fracasó porque no alcanzó un consenso sobre recorte de emisiones de dióxido de carbono. Es desalentador, pero nos resistimos a renunciar a la esperanza. Deberá haber mejores resultados en Kyoto", dijo Koichi Watanabe, de la filial japonesa del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).

Las negociaciones entre gobiernos se han desarrollado durante años enteros. Las conversaciones del fin de semana en Tokio fueron precedidas por dos semanas de discusiones en Bonn, Alemania.

A las deliberaciones informales en la capital japonesa asistieron representantes de la Unión Europea (UE), Estados Unidos y otros países industrializados, así como siete países en desarrollo, entre ellos India e Indonesia.

El bloqueo se debe a que Estados Unidos, Japón, Rusia, la UE y el Grupo de los 77 (G-77), que reúne a los países en desarrollo, tienen profundas diferencias en las metas que proponen para la reducción de gases invernadero.

La distancia entre las posturas se basa en los problemas económicos, en especial el desempleo, que originaría una reducción abrupta de esas emisiones en los países industrializados y el atraso que produciría en el proceso de desarrollo de los países pobres.

Tampoco son ajenas al bloqueo en las negociaciones la diferencia de magnitud de los perjuicios que cada región sufriría por el cambio climático (el calentamiento planetario es una amenaza directa contra los pequeños estados insulares) y de sensibilidad entre los distintos gobiernos.

Cuando faltan apenas dos semanas para la conferencia de Kyoto, tanto el mundo en desarrollo como el industrializado parecen divididos en dos en relación a las metas y plazos para el abatimiento de emisiones de gases invernadero.

La UE propone un recorte de las emisiones en el 2010 a 15 por ciento debajo de las registradas en 1990, mientras Estados Unidos pretende estabilizarlas entre los años 2008 y 2012 a los niveles de 1990, un compromiso aun menor que el ya acordado en 1992.

El G-77, aliado en esta ocasión a China, adhiere a la iniciativa de la UE, pero va más allá, y aspira a reducir las emisiones a 7,5 por ciento por debajo de los niveles de 1990 en el 2005, a 15 por ciento en el 2010 y a 35 por ciento en el 2020.

Japón propuso una reducción promedio de cinco por ciento para los países industrializados entre los años 2008 y 2012. Según Tokio, eso permitiría alcanzar un compromiso. De todos modos, los propios ambientalistas japoneses creen que se trata de una meta muy poco significativa.

Los países en desarrollo afirman que los industrializados tienen la obligación moral de efectuar recortes significativos pues son responsables de la mayor parte de las emisiones de gases invernadero.

Estos gases, producidos por los procesos industriales y el tráfico de vehículos a combustión interna, impiden que el calor generado por el efecto de los rayos del sol en la superficie del planeta abandone la atmósfera y se diluya en el espacio exterior.

El denominado "efecto invernadero" produce cambios climáticos destructivos sobre la agricultura y el desarrollo económico.

Los países en desarrollo pretenden que los industrializados asuman compromisos drásticos en Kyoto, pero países como Estados Unidos replican que la industrialización en las economías emergentes también las convierte en emisores considerables de gases invernadero.

Japón y la Unión Europea se negaron a respaldar a Estados Unidos en su intento de comprometer a los países en desarrollo, en base a un compromiso previo alcanzado en 1995 en la primera Conferencia de las Partes de la convención sobre cambio climático.

"Países como China e India hicieron muchos esfuerzos por reducir sus emisiones", sostuvo un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón. (FIN/IPS/tra-en/sk/ral/mj/en/97

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