/AMBIENTE/: Banco Mundial corteja a compañías madereras

El Banco Mundial, que desde 1991 tiene prohibido financiar proyectos de tala de árboles en las selvas tropicales húmedas, intenta cortejar a compañías madereras en un intento de promover la explotación sustentable del recurso.

James Wolfensohn, presidente del Banco, invitó a altos ejecutivos de varias empresas madereras mundiales a una cena el 9 de enero, poco antes de una reunión de autoridades de la institución financiera con compañías y un selecto grupo de ambientalistas.

Ausentes de la lista de invitados a la cena y la reunión están grupos de ambientalistas, ciudadanos y pueblos indígenas de países en desarrollo, donde las motosierras se oyen más.

Participantes del Sur están limitados a taladores notorios como Mohammed "Bob" Hasan, y aún está por verse si las comunidades tendrán voz, destacó William Mankin, director de la organización Global Forest Policy Proyect.

En un memorando del 6 de octubre, del cual IPS obtuvo una copia, funcionarios del Banco Mundial afirman que intentan promover la gestión forestal estimulando el mercado para productos forestales que cumplan con las normas ambientales.

Los funcionarios esperan que los ejecutivos de las empresas madereras se sumen al esfuerzo de la reunión de enero.

Incluso críticos acérrimos del Banco admiten que Wolfensohn y Robert Watson, el recientemente designado presidente del departamento de ambiente del Banco, parece actuar siguiendo una genuina creencia de que la única forma que tiene la agencia de limpiar la industria forestal es comprometerse con ella.

Para que la iniciativa funcione, sin embargo, el Banco tendrá que lograr un cuidadoso equilibrio entre grupos que buscan protección para las selvas aún en pie en el planeta, y gobiernos y corporaciones que buscan derribar y vender los árboles.

El ejercicio de equilibrio ya presenta dificultades. Grupos "verdes" y representantes de pueblos indígenas que ven en la tala un ataque a las selvas y sus comunidades, no tienen acceso a la reunión y al menos una empresa maderera ignoró al Banco.

La Rainforest Action Network (Red de Acción por las Selvas Tropicales, RAN) y organizaciones no gubernamentales (ONG) que representan a pueblos selváticos solicitaron unirse a la reunión, pero fueron rechazados, según el memorando interno del 6 de octubre.

El documento dice que la preocupación no es "por los grupos per se, ya que apreciamos mucho el diálogo con ellos. Es que sentimos que los ejecutivos de las madereras no considerarán su presencia favorable para un diálogo franco y centrado sobre sus propias preocupaciones y restricciones".

Como la última invitación del Banco involucra a algunos "verdes", al menos una compañía maderera rechazó la invitación de Wolfesohn.

La Georgia-Pacific Corp., con sede en Estados Unidos, no participará en la reunión de enero y urgió a otros miembros de la asociación de taladores de ese país a escribir a Wolfensohn en protesta por su alianza con ambientalistas, afirma el memorando.

Algunas taladoras sostienen que, al centrarse a la mesa con los verdes, el Banco respalda tácitamente los criterios de certificación aplicados por el Consejo de Gobierno de las Selvas.

El Consejo es la ONG con sede en México que desde 1993, certifica operaciones de tala que respeten las leyes locales y los principios internacionales de respeto del medio ambiente.

Los ejecutivos de la madera han expresado una preferencia por las iniciativas de autocertificación, exactamente el tipo de medida que el Consejo se propone evitar.

Las autoridades del Banco, no obstante, "no nos hemos comprometido con cualquier conjunto particular de principios, precisamente para evitar ser acusados de parcialidad", destaca el memorando.

No obstante, insisten en que "la certificación independiente de la forestación sostenible es crítica", y describe los criterios del Consejo como "los únicos que sentimos representan la forestación verdaderamente sustentable en este momento".

Incluso RAN favorece la certificación independiente, pero sólo en selvas secundarias, donde la tala ya tiene lugar. Las selvas primarias y antiguas deben salvarse del hacha, sostiene la organización.

Suriname y Guyana figuran entre los países con selvas primarias virtualmente intactas.

Mientras los países asiáticos derribaron lo que queda de sus selvas, la selva amazónica permanece intacta. Las empresas madereras se volcaron a América Latina en busca de nuevas áreas para talar y los índices de deforestación aumentaron desde 1994, tras una caída a comienzos de esta década.

En los últimos días, las empresas madereras arrasaron más de 4,4 millones de hectáreas de selva virgen, según informes publicados.

Entre las corporaciones que se esperan para la reunión del 9 de enero figuran la Wood Panel Association (APKINDO), del indonesio Hasan, la Aracruz Cellulose SA de Brasil, la sueca Assidoman Kraft Products, la británica B-and-Q UK.

De Estados Unidos, deberán participar Caterpillar Inc., Collins Pine y Weyerhaeuser Company, de Finlandia, ENSO OY, de Alemania, Danzer Furneirweke GmbH, de Japón, Mitsubishi Corp., de Canadá MacMillan Bloedel Ltd, y la asiática Samling Strategic Corporation.

Los grupos ambientalistas invitados son: Conservation International, The Nature Conservancy, World Resources Institute, todos de Estados Unidos, y la Unión Internacional de Conservación de las Naturaleza (IUCN) y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), ambos con sede en Suiza. (FIN/IPS/tra-en/aa/lp/en-if/97)

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