ALBANIA: Canal de Otranto, la "carretera" de la muerte

El canal de Otranto se ha transformado en una "carretera" de la muerte para emigrantes albaneses que intentan llegar en frágiles y recargadas embarciaciones a las costas de Italia.

Dieciséis "balseros" albaneses, entre hombres mujeres y niños, fueron tragados el viernes por el violento oleaje del canal de Otranto, una vía de 60 millas marinas entre Albania e Italia.

Otros siete viajeros lanzaron un desesperado SOS desde una embarcación el lunes, sin que este martes se tuviera todavía noticias de ellos.

Empujados por la miseria, el hambre, y la esperanza de una vida mejor, muchos albaneses pagan a la mafia de Albania o a la italiana cerca de 1.000 dólares, una auténtica fortuna para ellos, para intentar una travesía por el mar a veces en condiciones prohibitivas.

Los sueños terminan a veces en el fondo del mar y, en el mejor de los casos, los viajeros son devueltos a Albania en cuanto pisan tierra italiana.

Las mafias, que cobran el dinero por anticipado, entregan a los "balseros" frágiles embarcaciones, principalmente botes de goma. El aventurado viaje comienza por lo general en la localidad de Valona, a 60 millas marinas de la región de Puglia, en el sur de Italia.

Cuatro naves de la policía italiana partieron este martes hacia Albania para ayudar a las autoridades albanesas a evitar una nueva oleada de "balseros".

La operación será cumplida en función de un acuerdo firmado a mediados de año por los dos gobiernos, cuya aplicación se aceleró a raíz del aumento de la cantidad de "balseros" albaneses.

El ministro del Interior de Italia, Giorgio Napolitano, calificó de "criminales" a los organizadores de las travesías por el canal, que "cargan a pobre gente en embarcaciones incapaces de navegar y que las conducen, lamentablemente, no hacia una vida mejor, sino hacia la muerte".

Mientras, el parlamento italiano discute un proyecto de ley migratoria que hará más severas y efectivas las normas de expulsión de inmigrantes ilegales.

La iniciativa ya fue aprobada por la Cámara de Diputados y falta solo un último trámite del Senado.

La ministra de la Solidaridad Social, Livia Turco, puntualizó que el proyecto de ley es "severo contra el fenómeno clandestino y al mismo tiempo favorable a la inmigración regular".

La Fundación Migrantes de la Conferencia Episcopal Italiana, en cambio, expresó "desilusión y amargura" ante la iniciativa en debate.

A juicio de la Fundación, el proyecto carece "de principios de justicia y de humanidad", pues excluye el recurso de apelación que la actual legislación concede a los inmigrantes con orden de deportación.

En Italia residen 1,2 millones de inmigrantes en situación regular, mientras los ilegales serían 400.000, de acuerdo con cálculos de la organización católica humanitaria Caritas de Roma.

El mayor incremento de la emigración procede de Europa oriental. Los albaneses aparecen en primer lugar, seguidos de personas con origen en la antigua Yugoslavia, en la ex Unión Soviética y en Rumania. (FIN/IPS/jp/ff/pr/97)

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