Africa y Asia obtendrán beneficios económicos si ambas regiones consolidan sus relaciones y crean redes para la cooperación en el comercio y la inversión, afirmaron hoy expertos en una reunión auspiciada por la UNCTAD.
El primer taller sobre "Comercio Asia-Africa y Diversificación de Inversiones y Redes", que sesionó durante cinco días hasta este viernes en la capital de Zimbabwe, fue auspiciado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
Más de 70 participantes de Africa y Asia identificaron oportunidades y restricciones a la asociación y la cooperación entre empresas asiáticas y africanas.
Las exportaciones de Africa a Asia aumentaron de 1.600 millones de dólares en 1980 a 4.400 millones en 1995. La parte de exportaciones totales de Africa a Asia aumentó de 2,9 por ciento a 6,1 por ciento durante 1995, dijo Asao Tsukahara, embajador de Japón a Zimbabwe.
Según expertos en comercio, el patrón de crecimiento económico y ahorro de Asia ha facilitado más recursos para el comercio exterior.
Los países asiáticos registraron una mayor disposición a ahorrar que en otras regiones del mundo, y las perspectivas de un crecimiento continuado de los ingresos son buenas", dijo Masataka Fujita, de la división de inversiones, tecnología y empresas de la UNCTAD.
Más de 30 por ciento del producto interno bruto (PIB) de Asia es destinado a ahorros, en relación a alrededor de 20 por ciento en la Unión Europea, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Además, en muchos países asiáticos, los ahorros superan la inversión, resultando en abundantes excedentes para el comercio exterior. "Africa podría beneficiarse de los excedentes asiáticos, así como de su dinamismo empresarial", dijo Fujita.
Una conexión comercial Africa-Asia también beneficiará a países africanos, porque los productos en los países asiáticos son más baratos que en Estados Unidos, Europea y Australia.
Por ahora, la mayor parte de la inversión extranjera directa de Asia se concentra dentro de la región.
Según UNCTAD, se invierte en Asia 50 por ciento de la inversión extranjera directa de Singapur, 40 por ciento de la de Corea del Sur, 37 por ciento de la de Taiwan, y casi 60 por ciento de los flujos acumulativos de Malasia y Tailandia.
Pero el reciente aumento en la inversión directa de Asia en Africa sugiere un cambio en la actitud de las corporaciones transnacionales asiáticas, indican analistas del comercio mundial.
Los flujos de cinco países asiáticos a Africa en 1995, por ejemplo, totalizaron 123 millones de dólares. Ellos fueron China, Corea del Sur, Malasia, Pakistán y Taiwan.
Las firmas asiáticas, incluyendo pequeñas y medianas empresas, pueden obtener de Africa recursos adicionales o faltantes, y Africa puede lograr tecnología, capacitación y recursos gerenciales, agregó Fujita.
Firmas asiáticas han demostrado un fuerte interés en Sudáfrica. La inversión extranjera directa únicamente de Malasia representó la mitad de los flujos totales a Sudáfrica en 1995, según UNCTAD.
El año pasado, la empresa estatal malasia Petronas anunció que gastaría 436 millones de dólares para la compra de un paquete de acciones mayoritario en Engen, la refinería de petróleo sudafricana.
En 1997, Telekom-Malasia formó un consorcio con una empresa estadounidense para adquirir 30 por ciento de acciones por unos 1.300 millones de dólares en la privatizada Telekom de Sudáfrica.
Pero firmas asiáticas también tienen sus ojos en otros países. Daewoo, de Corea del Sur, planifica una expansión multimillonaria de sus inversiones en Marruecos.
Hyundai, la fabricante de automóviles de Corea del Sur, comenzó a construir el año pasado una nueva planta de ensamblaje en Botswana, para sacar automóviles al mercado africano, mientras el Grupo JR de Hong Kong planifica expandirse hacia la industria turística de Seychelles.
Africa no ha sido un beneficiario primario de inversión extranjera directa. La participación del continente en los flujos a países en desarrollo fue 3,8 en 1996, la menor desde comienzos de 1980.
En promedio, la participación de Africa en los flujos de países en desarrollo se redujo más de la mitad, de 11 por ciento entre 1986 y 1990, a cinco por ciento entre 1991 y 1996.
Los países africanos que recibieron los mayores flujos en 1996 fueron Nigeria, Marruecos y Egipto, según la UNCTAD.
La mayoría de la inversión extranjera directa que llega a Africa proviene de Francia y Gran Bretaña, que en conjunto aportaron 88 por ciento de la inversión de Europa occidental a Africa durante la primera mitad de la década de 1990.
Durante el mismo período, Estados Undios representó 15 por ciento de los flujos de inversión a Africa provenientes de los países industrializados. (FIN/IPS/tra-en/lm/pm/lp/if/97