TRABAJO: El desempleo de nunca acabar en la siderurgia

La industria del acero viene de soportar uno de los recortes de personal más profundos de toda la actividad económica, pero todavía le esperan nuevas reducciones, pronosticó la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

A finales del decenio de 1980 se asistió a una contracción "enorme" del personal del sector siderúrgico en muchos países industrializados y en la actualidad existen presiones para acentuar aún más esa reducción.

Aunque en los demás países los recortes de mano de obra fueron menores, se espera que el resultado final sea el mismo, con mermas de hasta 50 por ciento, dijo la OIT en su informe, preparado para una reunión de evaluación que se realizará del 27 al 31 de este mes.

La organización internacional convocó a delegaciones gubernamentales de 18 países que en conjunto producen tres cuartas partes del acero mundial.

Durante cinco días, esos delegados examinarán con representantes de sindicatos y de organizaciones de empleadores las transformaciones recientes y futuras de la industria y las repercusiones que tienen en los siete millones de trabajadores ocupados en el sector.

La industria del acero es una actividad sujeta a ciclos, que dependen mucho del crecimiento económico y, en cierta medida, también de los cambios de inventario (acumulación o liquidación de existencias adaptadas a precios y oferta).

La OIT recordó asimismo que la naturaleza de la relación existente entre el consumo de acero y los resultados económicos es influenciada tanto por el nivel de desarrollo económico del país consumidor como por su tasa de crecimiento económico.

El consumo mundial de acero por habitante asciende a unos 112 kilogramos, con extremos que se ubican en los 17 kilogramos de Africa y los 250 de Japón. Las previsiones elevan a 131 kilogramos el consumo para el 2010.

Los países industrializados y las ex naciones socialistas mantendrán hasta el 2010 un consumo estacionario o con ligero descenso.

En cambio, crecerán Asia (40 por ciento) y en especial China (150 por ciento). Para América Latina, se prevé un incremento de 18 por ciento.

En el plano de la producción, las naciones en desarrollo, que en conjunto aportaron cerca de 156 millones de toneladas en 1996 (alrededor de 21 por ciento del volumen mundial) se han convertido en la parte más dinámica de la industria siderúrgica mundial.

Al realizar una producción más eficaz se necesita menos acero en bruto para fabricar la misma cantidad de producto acabado, indicó el estudio. Los nuevos aceros más ligeros reducen el peso de ese material en el producto final.

El fenómeno de la mundialización incidió en la industria a través del retiro del Estado de la propiedad y el control que ejercía.

El informe de la OIT consignó que el proceso de privatización está prácticamente terminado en las naciones occidentales y se acelera en otros países.

Menos de 20 por ciento de la producción de acero sigue en manos del Estado. Sólo en Europa era de 40 por ciento en 1994.

El estudio afirmó que el exceso de personal característico de las siderúrgicas estatales ha cedido el paso a la racionalización y a la pérdida masiva de empleos en las empresas privatizadas.

La industria privada del acero amplió sus actividades más allá de las fronteras nacionales en busca de nuevas asociaciones y mercados.

Las cuatiosas inversiones de las empresas siderúrgicas de los páises industrializados se han concentrado por lo general en proyectos de modernización.

En cambio, en el mundo en desarrollo, y sobre todo en Asia y América Latina, los recursos se orientaron de modo fundamental al incremento de la capacidad de producción para abastecer mercados de rápido crecimiento.

El progreso tecnológico determina que los nuevos procedimientos de producción atraigan capitales a plantas con alto grado de eficiencia y situadas estratégicamente, que suelen ser más pequeñas que las gigantescas factorías de otra época.

El tema ambiental incide también en la industria, que ocupa el segundo lugar tratándose del volumen y peso de materiales procesados, sólo superada por el sector del cemento.

Los 750 millones de toneladas de acero que se producen cada año generan en todo el mundo unos 30 millones de toneladas de desechos.

Sin embargo, la OIT sostuvo que el impacto de la fabricación de hierro y de acero sobre el ambiente se redujo en los últimos 20 años.

Mediante el empleo de nuevas tecnologías y la aplicación de leyes ambientales más estrictas, en la actualidad se genera sólo la mitad de los residuos por tonelada de acero respecto del decenio de 1970.

La OIT advirtió que "los acuerdos internacionales que se adopten en el futuro para reducir las emisión de gases con efecto de invernadero tendrán inevitablemente consecuencias sobre los procedimientos de producción" en la siderurgia.

Los países representados en la reunión de Ginebra serán Alemania, Brasil, Canadá, Corea del Sur, República Checa, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, India, Japón, México, Polonia, Rumania, Sudáfrica, Suecia, Venezuela y Zimbabwe. (FIN/IPS/pc/ff/if lb/97

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