América Central ocupa uno de los primeros lugares en el mundo en la piratería de software, aunque en Panamá se ha reducido en gran mdida esa práctica, debido a presiones de las firmas productoras extranjeras.
Fuentes de Busines Software Alliance (BSA), con sede en Estados Unidos, señalan que la piratería de software (programas de computadoras) en América Central sobrepasa 50 por ciento de todo el material utilizado por la industria, el comercio y los particulares.
La falsificación de programas en Europa y Estados Unidos, los principales mercados mundiales de software, es de 43 y 28 por ciento, respectivamente, informaron en Panamá portavoces de BSA, que agrupa a las 104 principales firmas productoras de software de Estados Unidos
El Salvador con 92 por ciento, Guatemala, 89 por ciento, Costa Rica, 86 por ciento, y Panamá, con 64 por ciento, encabezan en América Central la lista de reproducción ilegal de programas para computadoras.
Marcela Mora, gerente del departamento de Antipiratería para América Central y el Caribe de BSA, indicó que la baja experimentada en Panamá "es clave" para detener la venta de copias ilegales en el resto de la región.
Fuentes de la firma estadounidense Microsoft, especialista en la producción de software, advirtieron recientemente que existen sospechas de que desde Panamá se exportan ilegalmente a Centroamérica programas para computadoras copiados de los originales sin autorización del fabricante.
Javier Castillo, representante de Microsoft en Panamá, señaló que la industria de la informática pierde alrededor de nueve millones de dolares anuales en este país a consecuencia de la reproducción ilegal de software.
Las formas más comunes de piratería son el copiado directo del programa en el disco duro de una computadora o cuando un comerciante elude el pago de derechos de autor al instalar un programa en un equipo vendido a un cliente.
Castillo puntualizó que la falsificación no es sólo obra de delincuentes informáticos furtivos, sino que también se produce de modo deliberado en los bancos, empresas distribuidoras de computadoras y hasta en las instituciones de gobierno.
Un informe de BSA indicó que la reproducción ilegal de sus programas de computadoras redujo 6,3 por ciento las ganancias de sus socios en 1996.
Según una proyección de BSA, si no hubiese mediado la pirateria informática, esa industria habría ofrecido en 1996 130.000 nuevas plazas de empleo y canalizado más de 1.000 millones de dólares al fisco de Estados Unidos.
Microsoft presentó dos demandas contra compañías panameñas por la falsificación de programas de su autoria.
Así mismo, el embajador de Estados Unidos en Panamá, William Hugues, amenazó a mediados de este año con gestionar la aplicación de sanciones comerciales contra este país si las autoridades continuasen tolerando la violación del derecho de autor y de la propiedad intelectual.
La consejera legal de BSA, Stayci Dogan, afirmó que esas acciones contribuyeron a la dismunición desde julio de la pirateria informática en Panamá en alrededor de 20 por ciento con respecto al primer semestre del año.
Dogan dijo que esa reducción de la piratería representa una recuperación cercana a siete millones de dólares para el software de negocios y de unos 20 millones para el software de aplicación.
"Las cifras no son exacta, pero ha habido una reducción (de la reproducción ilícita), aunque no considerable", expresó Dogan, al anunciar que BSA intensificará las acciones legales y de educación de los usuarios.
"Después no digas que no lo sabías", indica un slogan divulgado por la televisión local como parte de una campaña de denuncia contra la pirateria informática que lleva a cabo BSA.
Mientras, las empresas distribuidoras de películas y programas de video juegos pierden entre 25 y 30 millones de dólares anuales a causa de la pirateria. (FIN/IPS/sh/ff/if/97