/REPETICION/ PERU: Oposición teme fraude o golpe para reelegir a Fujimori

La caída de la popularidad del presidente de Perú, Alberto Fujimori, expresada en las encuestas y rubricada por estruendosas silbatinas, alimenta el recelo de los partidos opositores, que temen el fraude o medidas de fuerza para imponer la segunda reelección del mandatario.

Según la empresa encuestadora Apoyo, sólo 20 por ciento de los electores declaran que votarían por Fujimori en el 2000.

Así mismo, el presidente fue objeto de estruendosas y humillantes silbatinas en los dos actos públicos en los que participó el pasado fin de semana: en la inauguración de los Juegos Deportivos Bolivarianos, en la sureña ciudad de Arequipa, y en la procesión catolica del Señor de los Milagros.

Fujimori, quien no pudo hablar al público en Arequipa, porque los silbidos lo acallaron, no comentó el incidente. Pero los ministros Elsa Carrera, de Transportes, Alfredo Quispe, de Justicia, y Gustavo Caillaux, de Industria, admitieron que fue un duro golpe y expresión de descontento social.

"Es cierto que, a pesar del despegue ecónomico, el desempleo sigue siendo grave", dijo Caillaux, mientras Quispe consideró que "el tema merece una reflexión y algunos cambios en la línea política económica, muy dura para los sectores populares".

En este marco, será difícil para Fujimori, presidente desde 1990, lograr una nueva reelección para mantenerse en el poder hasta el 2005. Su propósito exige la reforma de la Constitución.

Fujimori expresó en 1996 su voluntad de encontrar "alguna ventana" para sortear la prohibición constitucional de postularse a una segunda reelección consecutiva.

El presidente "tiene dos caminos: reformar la Constitución mediante un referendo, o utilizar su mayoría parlamentaria para que 'interprete' el articulo que le cierra el paso, distorsionando el sentido del texto constitucional", señaló el analista Edmundo Murrugarra, un ex parlamentario.

"Cada vez es más claro que Fujimori no puede ganar el referendo, porque necesitaría más de 50 por ciento de los votos. De modo que es probable que se incline por imponer la interpretación, probablemente con ayuda del ejército, tal como lo hizo en 1992", cuando disolvió el parlamento con "el llamado auto golpe", advirtió Murrugarra.

Varios dirigentes politicos opositores coinciden con Murrugara, aunque algunos suponen que Fujimori elegirá la vía del fraude electoral y otros creen que repetirá el autogolpe de 1992.

Desde el exilio, el ex presidente Alan Garcia, lider del socialdemócrata Partido Aprista, y en Lima, el congresista y ex embajador Alfonso Grados Bertorini y el candidato presidencial Alejandro Toledo aseguraron en los últimos días que "el fraude está en marcha".

Según los tres dirigentes opositores, la presunta intención de Fujimori de "cerrar el paso a las candidaturas rivales" estaría confirmada por obstáculos surgidos en las últimas semanas para la inscripción de partidos en el Registro Electoral.

Sostienen que el presidente quiere imponer su candidatura reeleccionista despejando el escenario de rivales, para desalentar a la oposición en el referendo o para anticiparse a la reacción ciudadana cuando el Parlamento imponga una "interpretacion maliciosa" de los artículos constitucionales.

Alejandro Miró Quesada, editor del matutino El Comercio, afirmó que se advierte un "clima de autogolpe en Perú".

Miró Quesada denunció en un informe entregado el domingo a la Sociedad Interamericana de Prensa que en los últimos meses se verificaron censura, presiones y actos de intimidación al periodismo que recuerdan los hechos de 1992.

Mirko Lauer, comentarista político del diario izquierdista La República, indicó que la estrategia reelecionista de Fujimori tiene, "como una hidra", varias cabezas que miran en distintas direcciones.

"Para recuperar popularidad, (el presidente) desarrollará una politica económica populista, y tratará de promover enfrentamientos entre sus adversarios potenciales y de poner a punto una maquinaria electrónico-territorial para manipular el conteo de los votos", predijo Lauer.

"No es dificil adivinar que tratará de provocar un clima de inseguridades varias, que buenos réditos politicos le granjeó años atras, cuando desarrolló la imagen de gobernante autoritario con respaldo total del ejército, que derrotó al terrorismo", agregó.

Por su parte, el ex senador Jorge del Prado, también ex secretario general del Partido Comunista, señaló otro riesgo: que la tensión limítrofe con Ecuador sea aprovechada por los servicios de inteligencia "para manejar el dificil frente interno de las Fuerzas Armadas, en donde hay sectores descontentos".

"Si Fujimori impusiera su segunda reelección, el nuevo gobierno ya no sería sólo autoritario con cierto respeto por la democracia formal, sino una dictadura abierta para aplastar la movilización popular contra el modelo neoliberal que preconiza", según Del Prado. (FIN/IPS/al/ff/ip/97

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