Los avances de la economía mexicana tras la crisis de 1994, están en entredicho. Mientras las autoridades reconocen que deberán pasar 20 años de políticas de ajuste para que las familias sientan la recuperación, analistas y diputados advierten señales de otra crisis.
Las evaluaciones y pronósticos sobre el presente y futuro se multiplican al fragor de las discusiones para definir el presupuesto fiscal de 1998, que debe ser aprobado antes de diciembre por la Cámara de Diputados, organismo dominado por primera vez en 68 años por la oposición.
En debate están todas la variables de la economía y el rumbo que debe tomar la actual estrategia de crecimiento, aplaudida por voceros de organismos internaciones que piden al gobierno del presidente Ernesto Zedillo no abandonar sus esquemas y resistir las presiones de la Cámara.
Basada en gran parte en la apertura comercial, el ingreso de capitales extranjeros, las limitaciones al gasto y la reducción del tramaño del Estado, la estrategia mexicana logró revertir la crisis de 1994, aumentar el empleo, incrementar el Producto Interno Bruto (PIB) y reducir las presiones inmediatas de pago de deudas.
Para mantener el ritmo de crecimiento, que en el primer semestre fue superior a siete por ciento del PIB -el más alto en 18 años para un período similar-, México necesitará los próximos tres años una inversión foránea directa de 40.000 millones de dólares, dijo este martes la Cámara de Comercio México-Estados Unidos.
La oposición y la calificadora internacional Standard & Poor advierten que el costo de la pregonada recuperación creó un escenario similar al de 1994: alto endeudamiento externo, inversiones especulativas, dependencia de capitales foráneos y déficit en gasto público, balanza de pagos y comercio exterior.
Standar & Poor sugirió al gobierno poner atención especial en el endeudamineto externo del sector privado, que en términos nominales alcanzará al finalizar el año el equivalente a 40 por ciento de las exportaciones, nivel similar al de diciembre de 1994, cuando estalló la crisis.
El opositor Partido de la Revolución Democrática advierte que la deuda externa, que llega actualmente a 150.000 millones de dólares -102 por ciento más que hace 15 años-, requiere pagos por 7.000 millones de dólares en 1998, cantidad que considera excesiva y que se multiplicará progresivamente más allá del 2000.
Para el también opositor Partido Acción Nacional, el país está al igual que hace tres años, gastando y consumiendo más de lo que produce, hecho que se traduce en los déficit que comienzan a registrar las principales variables de las finanzas externas e internas.
Como lo hizo el gobierno de Carlos Salinas (1988-94), el del presidente Ernesto Zedillo rechaza las críticas y asegura que todo está en orden, que los desequilibrios están en los límites adecuados y que lograrán ser cubiertos, sin mayores problemas, con ingresos de capitales extranjeros.
Del total de las inversiones foráneas, calculadas en más de 50.000 millones de dólares hasta julio, 30 por ciento se ubica en mercados especulativos, indican cifras oficiales. Para algunos empresarios, las inversiones "golondrina" o de corto plazo llegarían a más de 40 por ciento.
Hace dos años, las crisis estalló por el retiro masivo de capitales, la imposibilidad de pagar deudas de corto plazo, el excesivo endeudamiento del sector privado y la decisión de adoptar una devaluación, entre otros elementos.
El escenario actual es diferente. Además de la confianza internacional en México, hoy se registran avances "espectaculares" en el empleo y la recuperación productiva, la moneda está estable y los negocios con otros países se desarrollan sin tropiezos, afirman las autoridades.
Las estadísticas indican que el PIB y el empleo, variables que en 1995 registraron descensos marcados, están actualmente en niveles similares a los observados antes de que estalle la crisis.
El gobierno se defenderá cifras en mano de las críticas de los diputados y aceptará sugerencias sólo si son "razonables", expresan voceros oficiales.
Si se mantienen las actuales políticas, el crecimiento económico -estimado en más de cinco por ciento para este año- continurá y en dos décadas la recuperación se reflejará directamente en las familias, indicó el secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz.
"Ese es el camino adecuado", afirmó.
Los observadores políticos sostienen que el modelo económico actual, que con algunas variables se mantiene desde hace una década, no será modificado en lo esencial, mientras la oposición de centroizquierda o derecha no sean gobierno y se mantenga el sistema presidencialista.
Como en años pasados, pero ahora por primera vez con un poder mayor en el Congreso, la oposición insiste que tras las cifras de la pregonada recuperación hay varios focos rojos, por lo que deben cambiarse los parámetros de gasto, inversión y distribución del ingreso.
Según la oposición, la actual bonanza en las cifras macroeconómicas está influenciada en alto porcentaje por el crecimiento de la economía de Estados Unidos. Si en ese país se presenta una crisis, los desequilibrios internos se acelerarán y México estará peor que en 1994, advierten. (FIN/IPS/dc/dg/ip-if/97)
