La conformación de un Estado plurinacional, multicultural y descentralizado es el je de la propuesta de reforma constitucional elaborada tras una Asamblea Popular de organizaciones sociales, dijo Antonio Vargas, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
La asamblea, que se llevó a cabo la semana pasada en Quito, "recoge viejas aspiraciones" de los pueblos originarios de Ecuador, comentó Vargas a IPS.
Las autoridades gubernamentales "no pueden concebir la existencia de un Estado cohesionado que reconozca en su interior a varias nacionalidades", apuntó el dirigente.
En la nueva Constitución, se reconocerá el derecho de las nacionalidades indígenas y los pueblos negros que viven en comunidad a aplicar sus propios estatutos en los territorios que ocupan.
"Las leyes aplicables a una nacionalidad servirán para esa nacionalidad y tendrán su límite en la Constitución, la cual será el marco regulador de todas las nacionalidades y pueblos específicos", reza uno de los artículos de la carta política propuesta por la Asamblea.
Según Vargas, la Constitución debe permitir que la cultura, el idioma y las tradiciones de los pueblos indígenas y negros de Ecuador "tengan el amparo legal que ahora no tienen" y por lo tanto "el reconocimiento y el respeto del Estado".
El documento final será presentado a finales de noviembre en una nueva sesión de la Asamblea Popular, "y después será entregado al pueblo para que vigile su cumplimiento", indicó.
La convención popular fue concebida por la Conaie como una alternativa a la Asamblea Nacional que se instalará el 20 de diciembre para modificar la Constitución ecuatoriana.
La Conaie agrupa a los 11 pueblos indígenas que habitan en territorio Ecuatoriano, siendo la organización autóctona más grande del país.
De los 12 millones de ecuatorianos 3,5 millones pertenecen a uno de las etnias indígenas, según datos de esta organización.
La idea de conformar la Asamblea Nacional (oficial) surgió wen febrero de las propuestas de diversas organizaciones de la sociedad civil tras la destitución del presidente Abdalá Bucaram.
Sin embargo, las organizaciones civiles más importantes del país, como la Conaie y la Coordinadora de Movimientos Sociales, cuestionaron la Asamblea Nacional al entender que había sido manipulada por los partidos políticos tradicionales.
En un principio se planteó la Asamblea Popular "como un espacio de análisis y debate sobre los temas que más interesaban a la sociedad y los pueblos indígenas", recordó Nina Pacari, directora del Consejo Nacional de los Pueblos Indios y Negros del Ecuador.
Pero el poder de convocatoria de la convención popular, "donde participaron unos 40.000 indígenas de todas las regiones del país, y la reacción oficial ante este movimiento, nos hicieron cambiar de opinión", comentó a IPS José María Cabascango, presidente de la Comisión de Descentralización de la Asamblea Popular.
Según Cabascango, las propuestas surgidas en esta reunión "nunca iban a ser tomadas en cuenta por la Asamblea Nacional".
"Ppreferimos hacer una Constitución, y si ellos quieren tomar algunos elementos que lo hagan, pero nosotros tenemos el verdadero respaldo del pueblo ecuatoriano", consideró (FIN/IPS/mg/dg/ip- pr/97