La privatización de la empresa telefónica de Puerto Rico desatará nuevas e intensas acciones de protesta si el gobierno no da señales de haber escuchado a los opositores, indican analistas.
La tensión social aumenta en Puerto Rico desde que el gobernador Pedro Rosselló anunció a comienzos de este año la intención de poner a la venta la compañía telefónica estatal.
Este miércoles se celebró una huelga general en contra de la medida, y un acto público congregó a más de 100.000 manifestantes en esta capital.
Annie Cruz, presidenta de la Hermandad Independiente de Empleados del Teléfono (HIETEL), dijo que este miércoles "quedó demostrado que esta es la voz y conciencia de un pueblo que no se rinde ni silencia ante las amenazas e intimidación de un gobierno que no respeta la voluntad popular".
Lejos de ser una corporación subsidiada por el Estado, la compañía telefónica produce más de 1.000 millones de dólares al año.
A diferencia de las empresas telefónicas estatales en América Latina y el Caribe, la puertorriqueña es una compañía de alta tecnología que brinda servicios de larga distancia, teléfono celular, radiollamadas y acceso a internet.
La empresa cuenta con una completa infraestructura digital que vale varios miles de millones de dólares, y una red de fibras ópticas que cubre toda la isla.
Algunos opositores de la privatización creen que la venta de la empresa sigue motivos no declarados, más relacionados a la política que a la economía estricta. Entre ellos, se cita el objetivo del Partido Nuevo Progresista (PNP) de convertir a Puerto Rico en el estado número 51 de Estados Unidos.
"El propósito de gobernar es administrar los intereses comunes del pueblo, y no los intereses particulares del capital privado", dijo el presidente de la Unión Independiente de Empleados del Teléfono (UIET), Alfonso Benítez.
Entre las preocupaciones de quienes se oponen a la venta de la compañía telefónica figura la seguridad laboral de sus 8.000 empleados.
Mario Roche, defensor del pueblo del departamento de Trabajo de Puerto Rico, afirma que el nuevo propietario no tendrá obligaciones contractuales con los empleados de la compañía telefónica, y prevé despidos masivos bajo la rúbrica de la reorganización de la corporación.
Mientras, los sindicatos y las organizaciones civiles, religiosas y ambientalistas constituyeron la fuerza real tras la huelga de este miércoles, y no los partidos de oposición, casi totalmente ausentes de la demostración. Los estudiantes de la Universidad de Puerto Rico también jugaron un papel destacado.
En la tarde del martes los estudiantes realizaron una marcha en la localidad de Río Piedras, y luego regresaron al campus para celebrar un primer Festival Universitario en Respaldo del Pueblo Trabajador.
El acto se prolongó hasta las primeras horas de este miércoles, con discursos de representantes y líderes de organizaciones políticas, estudiantiles, civiles y de los trabajadores, y actuaciones de figuras nacionales.
Una vez finalizado el festival, un gran grupo de estudiantes acampó en el campus para cerrar la universidad al amanecer, cuando colaboraron con los empleados de mantenimiento de la casa de estudios para bloquear todas las entradas al campus.
"Si hay algo que estimula a los trabajadores, es la tenacidad demostrada por los estudiantes", dijo Jorge Farinacci, ex prisionero político y portavoz del partido Frente Socialista.
"Los empleados de la empresa telefónica saludan a la juventud de Puerto Rico y a los estudiantes universitarios, quienes han sido ejemplares en su compromiso con los valores de Puerto Rico", dijo la presidente de HIETEL Cruz en su discurso.
"Esta es la demostración popular más combativa y masiva que he visto en toda mi vida", dijo en una entrevista el líder del movimiento independentista y ex presidente del Partido Socialista Puertorriqueño, Juan Mari-Brass.
Mari-Brass, quien recientemente renunció a su ciudadanía norteamericana en protesta contra el colonialismo de Estados Unidos, señaló que si el gobernador no cambia de idea sobre la venta de la telefónica, la campaña contra la venta se concentrará en desalentar a los posibles compradores.
Las gigantes estadounidenses Atlantic Bell y Bell South son posibles compradores de la empresa puertorriqueña, según informaciones de prensa en Puerto Rico. (FIN/IPS/tra-en/cr/cb/lp/ip-lb/97