En la región del Pantanal, considerada uno de los paraísos ecológicos de Brasil, la "Secta Moon" sienta las bases de un proyecto que se extenderá al Mercosur: la recreación del Jardín del Edén, siguiendo un modelo económico, la globalización, que habría sido dictado por Dios.
"Es un proyecto que iniciamos aquí pero no es únicamente para esta región sino que se piensa construir como unidad piloto para la paz y la felicidad de toda la humanidad", explicó el "presidente" Kim Yan Sang.
Sang es el representante del reverendo sudcorerano Sun Myung Moon, que dijo haber recibido de Jesucristo la misión de liberar a la humanidad de la miseria, a los 16 años de edad, durante una mañana de pascuas en una montaña de Corea.
A través de la Iglesia de la Unificación, Moon y sus seguidores cumplieron la primera parte del mandato divino combatiendo al comunismo, que consideran el "enemigo número uno de Dios".
"El reverendo Moon luchó ideologicamente contra el comunismo hasta que lo debilitó y una vez que este perdió su influencia internacional siente que esa obra ya está realizada y que ahora, para que el mundo que Dios quiere pueda surgir debemos revitalizar los valores de la familia y del amor verdadero", dijo Yan Sang.
En el Jardín del Edén, ubicado en el estado de Mato Grosso do Sul, en el oeste brasileño, a 80 kilómetros de la frontera con Paraguay, Moon se dispone a invertir unos 5.000 millones de dólares para impulsar ese "nuevo mundo".
En la localidad de Jardim adquirió 30.000 hectáreas, que podrían llegar a 100.000 a fin de año, según fuentes inmobiliarias locales.
Unos 400 hombres y mujeres de variadas nacionalidades trabajan día y noche en la Hacienda "New Hope" (Nueva Esperanza), poniendo ladrillo a ladrillo de lo que en una primera etapa será un centro educativo tradicional, de formación doctrinaria, un hotel y un restaurante.
"El reverendo Moon tiene la convicción de que el próximo siglo será de paz y armonía en el mundo entero, por eso la globalización no es una casualidad sino que responde a un modelo de Dios de que la humanidad viva como una gran nación", destacó el coreano Yan Sang.
Según Alejandro de Souza, un argentino que se convirtió en el asistente personal de Moon en América Latina y en traductor oficial de la secta, su iglesia deposita todas sus esperanzas en América Latina, que cumpliría un papel fundamental en el próximo siglo y que "surgirá como una potencia que i fluirá en el mundo entero".
"El mundo sufrirá problemas de alimentación mucho más graves. Por eso la riqueza de las naciones orientales se va a trasladar aquí, porque este es el único lugar donde se pueden producir alimentos en la cantidad y en la calidad que el mundo los necesita", profetizó.
De Souza criticó la acción de Naciones Unidas (ONU), porque respondería sólo a intereses de los países ricos y fracasó en su misión.
La secta, sin embargo, toma la bandera levantada por la ONU en sus proyectos mundiales, la del desarrollo local sostenible.
En el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay), Moon quiere llevar el desarrollo a las áreas rurales a través de proyectos de desarrollo tecnológico en agricultura, forestación, ecoturismo y agroindustria, para mejorar la calidad de vida de los campesinos.
"Al concentrarse en las grandes capitales el hombre pierde sus beneficios económicos y educacionales, la gente deja la naturaleza y se enajena", sostuvo el "presidente Kim".
"Que estemos aquí en Jardim no es por ningún fin religioso sino para traer tecnología avanzada y que la gente pueda aprovechar sus recursos no destruyéndolos, sino multiplicándolos", agregó.
Arribar a la New Hope exige cruzar un caudaloso río en un bote precario, movido por una improvisada foldana. La casa central está rodeada de tucanes, papagayos, avestruces salvajes e incluso un jabalí que come en la mano de los devotos como un animal doméstico.
En los ríos los seguidores se dedican a uno de los pasatiempos del reverendo Moon, la pesca. Es el paraíso ecológico donde según la secta comenzará el nuevo mundo, pero que la Iglesia Católica entiende que dará lugar a un "nuevo imperio romano".
"La gente de este lugar es muy pobre. Nos preocupa cómo la secta Moon está llegando entre nosotros de manera prepotente, llena de poderío, de riquezas y de fuerzas monetarias", señaló el párroco de Jardim, Bento Moreira, que ve a Moon como el Anticristo y condena sus métodos de adoctrinamiento de jóvenes.
"Por ejemplo en la cuestión del casamiento. Visitando la hacienda uno se encuentra con jóvenes casados hace más de tres años y que todavía no han tenido relaciones sexuales porque esperan la orden del reverendo Moon para hacerlo", argumentó.
Los líderes de la secta intentan demostrar que en sus métodos no hay nada "raro", con una oración conjunta al final de la jornada, con los trabajadores devotos, descalzos, participando en los cantos y rezos bajo la mirada de Moon y su joven esposa en un cuadro en el altar.
"Dicen que la secta Moon lava los cerebros de los jóvenes. Y es verdad, a mí por lo menos me lo lavaron, pero en el buen sentido. Antes yo peleaba siempre con mis padres, hoy cuando voy a visitarlos a la ciudadde Comodoro Rivadavaia hasta les llevo el mate a la cama", contrarrestó el argentino De Souza.
La secta tiene hoy, según dijo, más de diez millones de seguidores en todo el mundo y casi un millón en Brasil. Además de una fortuna que algunos estiman en 8.000 millones de dólares y que sólo en Estados Unidos y Japón abarca unas 500 empresas.
En el Mercosur, las ciudades de Foz de Iguazú en Brasil, Corrientes en Argentina y Ciudad del Este en Paraguay fueron apuntadas como las próximas candidatas a recibir inversiones de Moon, según el semanario brasileño Gazeta Mercantil Latinoamericana.
En Montevideo la secta posee un banco, un diario y un hotel cinco estrellas, entre otras actividades, además de una publicación latinoamericana llamada Tiempos del Mundo. Por aquí empezará la globalización espiritual, según Kim. (FIN/IPS/ff/dg/cr- ip/97