EGIPTO: Los islámicos dejan las bombas y apelan a la justicia

Un clérigo islámico de 70 años logró imponer por vía judicial sus puntos de vista a favor de la mutilación genital femenina y del uso del velo en las mujeres en Egipto, mientras cada vez menos radicales apelan a la violencia.

La mayoría de los egipcios conoce de vista al jeque Yusuf el- Baudry. Cuando este carismático religioso camina por El Cairo con sus largo vestido blanco y su turbante, jóvenes y viejos voltean para seguir sus pasos.

El-Baudry se ha embarcado en una campaña personal por la reversión de leyes egipcias basadas en los códigos europeos y la adopción plena de la ley islámica ("sharia").

Lo novedoso son sus métodos. Desde que regresó en 1994 de Estados Unidos, donde pasó dos años predicando el Islam en mezquitas de la costa oriental, El-Baudry se dedicó a cuestionar ante las cortes judiciales toda ley que considere no islámica. Y triunfó en casi todas las demandas que inició.

"Nuestra intención es volver paso a paso al régimen islámico. Trato de convertir todo lo que esté contra el Islam en casos judiciales. Son órdenes de Dios", dijo a IPS este autoproclamado "buscador de problemas" y ex parlamentario.

El-Baudry no es una figura nueva en la escena política egipcia. Cuando era joven, en los años 40, fue encarcelado luego de que la hermana del rey Farouk se casó con un cristiano.

"Quien no puede controlar a su hermana no puede gobernar una nación", sentenciaba en alta voz, mientras manifestaba sin discreción frente al palacio real.

Desde entonces, fue encarcelado por todos los gobiernos que se sucedieron, 14 veces en total, en general por los vínculos que mantenía con la radical Hermandad Musulmana. Hoy, afirma que se ha separado de este grupo clandestino por diferencias tácticas.

Su lucha para cambiar el sistema a través de medios pacíficos parece reflejar la actual tendencia no violenta del movimiento islámico, mientras se desvanece poco a poco una campaña militante que comenzó hace cinco años.

Cada vez son más los islámicos que dejan los márgenes y se internan en las amplias avenidas de la legalidad, como los juzgados, las universidades y la televisión. Incluso los militantes encarcelados reclaman a sus compañeros un cese del fuego.

La Universidad Al-Azhar ha sido célebre durante siglos como instrumento para la infusión de valores religiosos estrictos en la sociedad egipcia, en especial a través de su Cosejo de Investigaciones Islámicas, reconocida como la mayor autoridad sunnita del país.

Dos de los programas de televisión más populares son de contenido islámicos. Uno de ellos, "Al-Hadith Sheikh Sharawi" ("Charlas con el jeque Sharawi"), está dirigido a las masas y conducido por un clérigo dedicado a enseñar a los televidentes a vivir de acuerdo con el Islam hace 20 años.

El otro, "Al-Ilm wal Iman" ("Ciencia y fe"), tiene sus destinatarios en las clases educadas.

A pesar de que es calificado por intelectuales egipcios de "reliquia del pasado", El-Baudry ha ganado casi todos los casos que interpuso contra sus enemigos seculares.

Obligó, por ejemplo, a los exhibidores de cine a retirar los afiches que muestran mujeres con escasa ropa. Forzó en 1995, y de acuerdo con leyes entonces vigentes, el divorcio de un supuesto "apóstata", el profesor Nasr Abu Zeid, de la Universidad de El Cairo, aun contra la opinión de su esposa musulmana.

También logró que una corte confirmara la legalidad de la mutilación sexual femenina en hospitales estatales y que el Ministerio de Educación dejara de lado sus planes de prohibir que las niñas usaran velo en escuelas públicas.

Estas sentencias fueron recibidas con alborozo por los musulmanes más observantes, que las consideraron un paso hacia la implementación de la ley islámica en la que se basa 70 por ciento del sistema jurídico egipcio.

El objetivo es que todas las leyes se basen en la sharia.

"No están proponiendo un cambio completo. Esta sociedad ya es musulmana. Solo quieren implementar una ética mejor en la sociedad, limpiarla", explicó Mohammed Amara, escritor musulmán que se manifiesta a favor de la "islamización" de los códigos.

Pero no todos en Egipto están de acuerdo. Las sentencias judiciales generaron una tormenta de protesta entre los intelectuales seculares, encabezadas por la combativa revista Rose el-Youssef, de alta circulación.

Una corte del sur de El Cairo descartó una querella por libelo iniciada por El-Baudri y cinco de sus partidarios contra Rose el- Youssef. El juez amonestó en su sentencia a "una minoría de mentes enfermas cuyo conservador extremismo religioso trajo catástrofes a Egipto".

El Ministerio de Salud apeló la sentencia que permite la mutilación genital femenina en los hospitales.

Algunos intelectuales pronostican que las sentencias favorables a El-Baudry, al igual que los estrictos edictos impuestos por otros líderes religioso, serán contraproducentes para los intereses islámicos.

"Han cometido algunos errores tácticos", dijo Saad el-Din Ibrahim, sociólogo del Centro de Estudios Ibn Khaldoun. Entre ellos, mencionó el entusiasmo con que se dedicó a defender la práctica de la mutilación genital femenina y su propuesta de retirar la ciudadanía a los cristianos coptos.

"Estos actos fueron utilizados por el gobierno y los medios de comunicación para desacreditar a los islámicos. Están perdiendo poder de convocatoria", explicó Ibrahim.

Pero El-Baudry no tiene intención de renunciar a la causa, pues cree que algún día los militantes transformarán la sociedad egipcia en un estado islámico.

"No necesitamos piedras ni ametralladoras. Solo necesitamos cuatro cosas: papel, pluma, cortes judiciales y juicios justos. Esas son nuestras armas", sentenció. (FIN/IPS/tra-en/dho/rj/mj/cr ip/97

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