La tecnología de Internet abrió un comercio mundial de drogas sin autorización médica que pasa por encima de las leyes nacionales, al cual la Organización Mundial de la Salud (OMS) busca hacer frente.
Con acceso a la red y una tarjeta de crédito, drogas que en los países sólo se venden bajo receta médica, pueden recibirse por correo en poco tiempo.
Un año atrás autoridades de salud de Gran Bretaña descubrieron en Internet una empresa registrada en Turcas y Caicos llamada Quality Health, ofreciendo una lista de 14 drogas para una amplia gama de dolencias, incluyendo enfermedad de Parkinson, depresión, acné y epilepsia.
Desde entonces el mercado se expandió ampliamente, pero las autoridades permanecen incapaces de enfrentar el problema. A menos que la entrega sea interceptada, lo cual es ilegal en la mayoría de los países, la transacción no puede ser detectada. Las leyes nacionales no pueden ejecutarse en el exterior.
Incluso donde la transacción es legal, grupos de consumidores y la OMS temen que la venta directa de empresas farmacéuticas esté fijando una mala tendencia, teniendo como blanco a los enfermos y débiles sin asesoramiento médico.
La OMS declaró recientemente que está "particularmente preocupada de que la publicidad, promoción y ventas a través de Internet lleven a un comercio descontrolado de productos médicos a través de fronteras".
Entre 50 y 60 drogas se ofrecen ahora, en general las llamadas "drogas inteligentes" para tratar estrés y depresión, explicó el doctor Martjn Ten Ham, director de la Unidad de Seguridad Farmacológica de la OMS.
Además de ser caras, algunas de estas drogas son muy activas y pueden tener serios efectos colaterales e interacciones con otras drogas, explicó el experto.
Una reciente investigación de fabricantes de fármacos franceses encontró una lista de drogas disponibles por correo que abarca píldoras para inducir alucinaciones, antidepresivos y productos para evitar el envejecimiento.
Grupos de consumidores reconocen que el problema puede empeorar en el correr de los años. Lucy Harris, de la alianza Consumers International, advirtió que el acceso a Internet se expande muy rápidamente.
El control directo podría ser difícil, ya que cualquier persona puede colocar información en Internet. La OMS espera que los estados elaboren su propia legislación, y la semana pasada el Ministerio de Justicia de Francia anunció una investigación sobre el comercio de fármacos en la red Internet.
Pero el director general de salud pública de Francia, Jean- Francois Girard, afirma que el Ministerio de Salud tiene poderes legales sólo para confiscar medicinas detectadas por la aduana.
El departamento británico de salud sospecha que Quality Health viola leyes existentes sobre venta de fármacos que deben ser recetados, pero no puede actuar fácilmente contra la compañía de Turcas y Caicos.
Aunque Internet es un nuevo medio, plantea todos los viejos problemas que tienen que ver con la publicidad de las medicinas, y presenta muy poca información no sesgada e independiente, destacó Harris.
Aunque la información empresarial está obviamente sesgada en favor de ciertas drogas, las líneas de conferencias pueden ofrecer un valioso apoyo a la gente, explicó.
La información de las compañías a menudo es expuesta en la forma de páginas "educativas" y el sesgo puede no ser inmediatamente ovbio para quienes acceden a ellas.
La experta dijo que "encontramos algunas en que sospechamos que doctores independientes que responden preguntas de salud son pagados por compañías farmacológicas para impulsar remedios particulares".
Los criterios éticos de la OMS para la entrega de drogas delineados en 1988 no son seguidos por los gobiernos nacionales, dijo Harris.
Estos criterios requieren que se entregue gran cantidad de información sobre cada droga y em muchos casos no son cumplidos. La promoción de las drogas es muy agresiva, ya que "apela a temores sobre la salud personal y de la familia, y la información sesgada es presentada como un hecho consumado".
Además, de todos modos, Internet hace perder el sentido a las regulaciones nacionales, porque trasciende las fronteras, y en cada país hay diferentes controles y procedimientos. En Estados Unidos, por ejemplo, las drogas sujetas a receta médica sólo pueden promocionarse directamente a los consumidores.
Internet pasa por alto que un médico que receta este tipo de drogas conoce la historia médica de la persona y sabe qué será apropiado. Además, da consejos detallados sobre el uso de las medicinas. Pero Internet pasa por encima de todo esto.
El control de Internet es imposible. Cualquiera puede instalar una página web, y existe el problema de las relaciones entre las páginas y la cantidad de información disponible.
Por ejemplo, quien navegue en Internet buscando la polémica droga antidepresiva Prozac, encontrará casi 8.000 entradas, y para "depresión" hay más de 100.000.
Al menos los fabricantes de drogas convencionales pueden estar sujetos a códigos de práctica. Tras una reunión especial ad hoc el mes pasado, la OMS elabora un documento a ser discutido en enero, antes de la próxima Asamblea Mundial de la Salud, a celebrarse en mayo.
Mientras, lo único que puede hacerse, según Harris, es combatir el fuego con fuego. Consumers International recomienda que los grupos de consumidores y la autoridades reguladoras instalen sus propios sitios web con consejos e información independiente. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/lp/cr-he/97