CUBA: Comunistas proponen un socialismo modernizado

Una versión "fresca" del socialismo, alejada de dogmas y generalizaciones, fue lanzada en Cuba esta semana durante una sorpresiva "cumbre" comunista que reunió a representantes de más de 100 partidos de izquierda.

La "nueva imagen" parte del reconocimiento de los modelos nacionales y de presentar "una adecuada correlación entre plan y mercado, igualdad y eficiencia, centralismo y democracia", además de ser expresión de voluntad popular.

"No es verdad que el socialismo falló, erraron los que tenían la responsabilidad histórica de llevarlo adelante", afirmó José Ramón Balaguer, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba (PCC).

Para el dirigente cubano "la caída del socialismo en Europa y la Unión Soviética (URSS) no implicó la nulidad del marxismo y del leninismo" pero sí el fin de un "marxismo dogmático" y "vulgar" que "en esos países alcanzó fuerza de teoría oficial".

Balaguer inauguró la reunión de tres días que, casi sin publicidad previa, se convirtió de simple foro teórico en el primer encuentro de líderes comunistas desde la última "cumbre" mundial realizada en 1969 en Moscú.

Convocado por el PCC, el encuentro es un paso más en una ofensiva cubana por impulsar el renacimiento de las fuerzas de izquierda y la reivindicación del marxismo tras el golpe "demoledor" que significó la desintegración de la URSS y la desaparición del campo socialista.

Con el título de "Taller internacional: El Socialismo hacia el siglo XXI", el cónclave sucedió a foros internacionales de la izquierda juvenil y sindical que reunió en La Habana a más de 12.000 extranjeros entre julio y agosto pasado.

También coincidió con el cierre del quinto congreso del PCC, que ratificó la vigencia del sistema socialista en Cuba, la preponderancia del unipartidismo y de la propiedad estatal con pequeñas dosis de mercado.

El socialismo "no acaba con los conflictos, como algunos habían supuesto o apuntado, sino que propone una manera diferente de resolverlos", dijo el comunista español Manuel Monerido y apuntó la necesidad de "redefinir el socialismo que se quiere" en las actuales condiciones.

Para el académico cubano Pablo Guadarrama, los marxistas en la actualidad deben "revelar las evidentes contradicciones del capitalismo", pero también "elaborar, proponer y emprender un proyecto socialista acorde con las exigencias" de la modernidad.

Los participantes en el evento teórico coincidieron en definir al socialismo como "única alternativa para las grandes mayorías" frente a las consecuencias de la aplicación de políticas de ajuste neoliberales.

La escasez de inversión, el endeudamiento generalizado, las insostenibles tasas de desempleo y deterioro de la tasa de ganancia son sólo algunos de los síntomas de lo que fue llamada "la delicada salud" del sistema capitalista.

En el otro extremo se presentó la experiencia de Cuba, donde a pesar de una fuerte crisis económica que ya dura siete años, las autoridades han logrado mantener las conquistas sociales en materia de salud y educación.

La "derrota del neoliberalismo" es el objetivo más inmediato de la izquierda mundial, y esta corriente debe sumar a su esfuerzo a "todos los que se oponen a ese modelo" para evitar así "viejas tradiciones de sectarismo", dijo Balaguer.

Los asistentes reconocieron que "los errores, desviaciones y excesos" que tuvieron lugar en Europa y la antigua URSS devaluaron extraordinariamente la imagen del socialismo e imponen la necesidad de un "ajuste de cuentas" con ese pasado.

La toma del poder por las fuerzas de izquierda fue también debatida y se reconoció la necesidad de que asuma formas variadas de acuerdo a las condiciones de cada país y se insistió en no reincidir en el "viejo error" de un "único modelo abstracto de socialismo para todos".

"Todos escuchamos las experiencias de todos, pero nadie quiere copiar. Cada quien quiere conocer otros modelos, contrastarlos con las situaciones propias,y también sacar conclusiones propias", afirmó Dario Machado, director del Centro de Estudios de América de La Habana.

Pero más allá de la necesidad de demostrar la "posibilidad y viabilidad" del socialismo, emergió como punto clave lo que se llamó "la deseabilidad" de ese sistema, o sea, hasta dónde es o no deseado como alternativa.

La cuestión de fondo fue lanzada por el propio Balaguer al apuntar que "no habrá cambio social posible si los valores objetivos, que dicha modificación ha de generar, no son asumidos antes subjetivamente como valores deseables". (FIN/IPS/da/dg/ip/97

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