La isla venezolana de Margarita será escenario la próxima semana de un encuentro crucial en el complejo camino hacia un proceso de paz en Colombia al amparo de las Naciones Unidas y con el sostén de un Grupo de Amigos, como sucedió en El Salvador o Guatemala.
El presidente colombiano Ernesto Samper se encontrará en el marco de la VII Cumbre Iberoamericana con sus pares de Costa Rica, España, México y Venezuela, países que en septiembre emitieron un comunicado donde ofrecieron sus buenos oficios para la pacificación colombiana.
En Margarita estará también el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, a cuyo amparo se abriría el proceso de paz propuesto, según los esquemas que llevaron a la pacificación de El Salvador en 1993 y de Guatemala en 1996.
La VII Cumbre Iberoamericana reunirá el 8 y 9 de noviembre a los jefes de Estado y de gobierno de los 19 países latinoamericanos más España y Portugal, y contará como invitados especiales con varios líderes de organismos internacionales.
El gobierno de Samper y los dos principales grupos en armas de Colombia han indicado que una eventual negociación requerirá necesariamente el apoyo internacional, pero hasta ahora no se ha concretado una vía positiva en esa dirección.
Salvo Costa Rica, los países signatarios del comunicado emitido en el marco de la Asamblea General de la ONU participaron ya como "grupos de amigos" de los procesos de paz centroamericanos desarrollados bajo el auspicio del foro mundial.
Fuentes diplomáticas y otras cercanas a la guerrilla colombiana confiaron bajo anonimato en Caracas que hay "mucho movimiento" para que el Grupo de Amigos se concrete y que otros países como Noruega y Francia se ofrecieron para integrarlo.
También indicaron que hay una posición que puede entenderse como alentadora hacia un proceso de negociación bajo el auspicio de la ONU por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el mayor grupo en armas en ese país.
Esa organización habría mostrado incluso una posición positiva sobre la participación venezolana en el "grupo de amigos", pero persisten dudas de que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tenga la misma actitud en torno a todo el proceso y en particular a la mediación de Caracas.
La frontera venezolana es sacudida por la actividad guerrillera colombiana, que la tiene como uno de sus frentes y aliviaderos, lo que debería cambiar si llegara a concretarse una negociación con este país dentro del grupo facilitador.
El ELN planteó esta semana en un comunicado que la creación de un "grupo de amigos" debe ser solicitada de común acuerdo por el gobierno de Bogotá y los grupos alzados en armas, en un continente prácticamente pacificado.
Las fuentes diplomáticas y los analistas cercanos al proceso, que en forma silenciosa se está llevando a cabo para promover la apertura de un camino hacia la paz en Colombia, subrayan que no hay condiciones para que un verdadero proceso durante lo que resta del gobierno de Samper.
La razón está en su propia falta de fuerza negociadora, debido a la debilidad en que la crisis institucional abierta con las acusaciones en su contra de vínculos con el narcotráfico colocó a su gobierno. Y además existe falta de tiempo, porque el mandato de Samper finaliza en agosto de 1998.
También se indica que esa propia debilidad y sobre todo la firme posición actual de la opinión pública en favor de la paz podría ser un elemento favorable para dar pasos preliminares claros en el camino hacia el diálogo.
La sangrienta campaña electoral de los comicios municipales celebrados en Colombia el día 26 propició que aflorara una contundente posición de la población en favor de la paz, que según los analistas se hizo evidente con la participación electoral y que "ha debido ser valorizada por la guerrilla".
El diálogo que tendrá lugar en Margarita sobre el tema y los mensajes abiertos o encubiertos que podrán dirigir las FARC y el ELN hacia la isla situada en la costa occidental venezolana, serán "un test" sobre si la paz podrá tener una oportunidad en el futuro próximo colombiano, se asegura en Caracas.
Caracas fue sede en 1991 de la parte inicial de un fracasado diálogo de paz entre el gobierno y la guerrilla de Colombia, que después prosiguió en México. Pero si se abriera el espacio para una negociación con "la sombrilla" de la ONU, el proceso sería más difícil de ser paralizado por ambas partes. (FIN/IPS/eg/dg/ip/97
