La visita a Colombia del jefe de la oficina de política antidrogas de Estados Unidos, Barry McCaffrey, concluida hoy, dejó en claro que además del narcotráfico, preocupa a Washington la actividad en este país de la guerrilla izquierdista y de los paramilitares de derecha.
Los guerrilleros y los llamados grupos de autodefensa, en opinión del funcionario estadounidense, amenazan los derechos humanos y la democracia colombiana.
McCaffrey afirmó que Colombia afronta la terrible amenaza de 15.000 "narcoguerrilleros" respaldados por "millones de dólares, contactos legales y poder internacional".
La expresión "narcoguerrilleros" había sido descartada por el embajador de Estados Unidos en Colombia, Myles Frechette, aunque éste cree que hay vínculos entre algunos frentes de la guerrilla y los traficantes de drogas.
McCaffrey puntualizó que los paramilitares también representan un grave riesgo para la estabilidad democrática del país.
Organizaciones no gubernamentales (ONG) atribuyen a los grupos paramilitares 48 por ciento de las violaciones a los derechos humanos que se cometen en Colombia.
Funcionarios del gobierno interpretaron la visita de McCaffrey como un paso para el mejoramiento de las relaciones de Estados Unidos con Colombia, pero en opinión del analista Francisco Arango, fue "una palmadita entre tanto maltrato".
Arango, master en Relaciones Internacionales de la Universidad estadounidense de Massachussets, dijo a IPS que el visitante dio una "palmadita" de aliento a la policía para que mantenga la moral alta en el combate contra las drogas.
También advirtió que ese gesto no debe tomarse como un respaldo político al presidente Ernesto Samper, que ha sido "tildado de corrupto por los consabidos aportes del Cartel de Cali a su campaña electoral en 1994".
Para el embajador de Colombia en Estados Unidos, Juan Esguerra, "muchas interpretaciones, unas válidas y otras no", pueden hacerse de la visita de McCaffrey. Pero "la real es que se trata de un apoyo moral" de Washington a este país.
Según Esguerra, quien acompañó al jefe antinarcóticos estadounidense durante su estancia en Colombia, Washington tiene ahora "una visión de conjunto de la lucha contra las drogas" y entiende que esa tarea "requiere un análisis más expedito y reuniones con las autoridades expertas" en el tema.
En su reunión con la policía, McCaffrey afirmó el lunes que "esta guerra (al narcotráfico) no se gana en Washington", sino "en Bogotá", una precisión que, a juicio de algunos analistas, sintetiza la convicción de Estados Unidos en que el combate contra las drogas se debe dar fundamentalmente en los paises productores.
No obstante, el funcionario anunció que en el futuro las relaciones entre Estados Unidos y los paises productores de drogas del hemisferio occidental estarán orientadas por el concepto de "cooperación multinacional".
McCaffrey aseguró que no vino a Colombia "a hacer ninguna demanda", sino a "aprender cómo apoyar" el esfuerzo de este país. Sin embargo, pidió la aprobación de una ley "sin condiciones ni límites" para la extradición de narcotraficantes colombianos requeridos por tribunales extranjeros.
También solicitó la expropiación de los bienes de los culpables de tráfico de drogas y el combate a la corrupcción.
Según McCaffrey, la extradición de narcotraficantes y la requisa de sus bienes es "de enorme importancia en la comunidad internacional" para combatir el crimen organizado.
Así se expresó ante Samper en una entrevista de 30 minutos, en la que el mandatario le aseguró que insistirá la semana entrante ante el Congreso para que el proyecto de ley de extradición sea aprobado "sin restricciones o condicionamientos".
Samper deberá buscar acuerdos políticos para que el Congreso anule en los dos debates finales la cláusula de no retroactividad que el Senado agregó al proyecto de ley y que impediría la extradición de narcotraficantes colombianos ya requeridos por Estados Unidos.
Así mismo, el presidente se comprometió a enfrentar a los grupos paramilitares "con la misma energía con que se está combatiendo a la guerrilla".
McCaffrey sostuvo también un encuentro con los funcionarios gubernamentales y las ONG del área de defensa de los derechos humanos. Fue "una enriquecedora" reunión, en la que Colombia reconoció que afronta "una situación difícil, que debemos superar", dijo el ministro del Interior, Carlos Holmes. (FIN/IPS/yf/ff/ip/97
