La búsqueda y control permanente de agua apta para el consumo humano, tan vital como el oxígeno y cada vez más escasa, podrá concretarse de modo simple y a bajo costo en los primeros años del próximo siglo, según expertos del Centro Internacional para el Desarrollo (CIID).
Esa organización no gubernamental (ONG) de Canadá reunió en Montevido a especialistas internacionales para comenzar a crear una red regional que permita evaluar por medios de aplicación universal la toxicidad del agua dulce y potable.
En la reunión del pasado fin de semana participaron expertos de Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Suiza y Ucrania, delegados de los gobiernos municipales de Montevideo, Río de Janeiro y de Buenos Aires y La Plata (Argentina) y funcionarios de los ministerios de Ambiente de Chile y Uruguay.
Ante la diversidad de tóxicos resultantes de actividades agropecuarias e industriales, "la región enfrenta la necesidad creciente de instrumentos para el control continuo de la calidad de las aguas y en forma específica, de métodos que hagan viable el monitoreo periódico de su toxicidad", dijeron participantes.
También consideraron que es preciso promover "una mayor sensibilización" de los gobiernos nacionales.
Mientras, los municipios deben desempeñar un papel de importancia creciente "para la sostenibilidad y uso racional de los recursos naturales" e impulsar "programas de control y actividades educativas de la comunidad".
La cita, esencialmente científica, tuvo como fin el análisis de las experiencias de la red internacional "Watertox".
La red pretende desarrollar y validar una batería de métodos "simples y baratos" para evaluar el agua natural y potable a fin de ser usados, tanto en países en desarrollo como industrializados.
El costo de cada ensayo de laboratorio para identificar la calidad del agua no debe superar los cinco dólares y su resultado deberá estar pronto dentro de los cinco días de iniciado ese proceso.
Esta es la tercera reunión de Watertox dentro de un proyecto destinado a definir el protocolo de las seis formas de análisis cuyo exito ya se vislumbra.
A partir del 7 de noviembre, cada dos meses, se enviarán "muestras ciegas" a los laboratorios durante un año, y al cabo del mismo, en una nueva reunión de Watertox, se analizarán los datos que permitiran establecer el camino a seguir.
Los criterios iniciales para llegar a la meta establecen que no se emplearán equipos caros, que los artículos de consumo deben estar disponibles a nivel local y que el uso de moneda extranjera debe ser mínimo.
El embajador de Canadá para Argentina y Uruguay, Roland Goulet, puso como ejemplo durante la reunión que Uruguay es un país de grandes reservas de agua subterránea contaminada y que hacerla potable a costo barato es la meta.
La población de la franja costera del municipio de Canelones, limítrofe con la capital uruguaya, es la que ha registrado mayor crecimiento demográfico en América Latina en la última década.
Los habitantes de esa zona litoraleña sobre el Río de la Plata, que comienza 15 kilómetros al este de Montevideo, carecen de saneamiento, y los residuos orgánicos se vierten en pozos cuyo contenido es absorbido en gran parte por la tierra.
Aunque muchos de los habitantes de esa zona tienen agua potable incontaminada, otros carecen de la misma y utilizan agua que obtienen de vetas subterráneas contaminadas.
El 49 por ciento de la población rural y 13 por ciento de la población urbana de América Latina y el Caribe no tienen acceso a agua potable.
Los laboratorios participantes en el proyecto pertenecen a la Universidad de La Plata, de Argentina, la Universidad Nacional de Colombia, la Universidad Nacional de Heredia de Costa Rica, y el Instituto Mexicano de Tecnología del Agua, América Latina.
Los restantes centros de estudio son el St. Lawrence River Institute for Environmental Sciences, de Canadá, All India Institute of Hygiene and Public Health y el Institute of Hydrobiology, de Ucrania.
La coordinacion corresponde al National Water Research Institute Environment, de Canadá, con la financiación externa del International Developement Research Centre, también canadiense.
Carlos Seré, director regional del CIID, destacó durante la reunión la importancia del agua "en todas las dimensiones de la sociedad", y señaló que el financimiento público de las ciencas para ese fin "es cada vez menor".
Gilles Forget, un experto candiense, consideró imprescindible que "la comunidad tenga conciencia" de la importancia del manejo de los recursos de agua, porque "de lo contrario no será posible hacerlo".
Una de las conclusiones de la reunión fue que el éxito a largo plazo depende de la toma de conciencia del conjunto de la sociedad, por lo cual, más allá de los instrumentos técnicos se requieren "programas educativos de dulgación" en la comunidad.
Forget señaló que algunas de las pruebas que se están desarrollando son tan sencillas de concretar que pueden ser realizadas incluso por escolares.
"¿Se imaginan lo que puede resultar de pruebas de calidad de agua realizadas por los alumnos de 200 o 300 escuelas y transmitidas por Internet?", preguntó, entusiasmado, el especialista canadiense. (FIN/IPS/rr/ff/en dv/97