Las encuestas adjudican a la opinión pública de Estados Unidos un enfoque internacionalista, pero paradójicamente, dirigentes políticos y medios de comunicación creen que la población no apoya los compromisos contraídos por el país en la escena mundial.
Mientras las elites dirigentes supongan que las responsabilidades de Washington con el exterior son veneno político a nivel nacional, los funcionarios y los legisladores serán renuentes a fortalecer la Organización de las Naciones Unidas (ONU) o a tener un papel más activo en la prevención de conflictos internacionales, según un informe especializado.
Tampoco aumentará la ayuda al extranjero, que este año fue la más baja desde el final de la segunda guerra mundial, de acuerdo con la investigación, realizada por el Centro de Estudios Internacionales y de Seguridad de la Universidad de Maryland (CISSM).
"El principal desafío de la política exterior de Estados Unidos es hoy mantener la tradición internacionalista seguida desde el fin de la segunda guerra mundial", advirtió la semana última el ex secretario de Estado James Baker.
Esa tradición fue puesta a prueba en los últimos siete años. El Congreso intentó desprender al país de compromisos internacionales y la administración de Bill Clinton fue sensible a esa presión.
Los datos que ilustran esa afirmación son las deudas que Washington mantiene con la ONU, el cierre de misiones diplomáticas en el extranjero y la disminución de la ayuda al exterior. Congresistas y representantes del gobierno sostienen que eso es lo que la gran mayoría del público desea.
Sin embargo, ese punto de vista no tiene base empírica, según el informe del CISSM, titulado "La brecha de la política exterior: Cómo los políticos desorientan al público", que incluye más de una docena de encuestas sobre opiniones en materia de política internacional realizadas desde 1990.
En efecto, las encuestas revelan un respaldo abrumador del público a una "política exterior de amplio compromiso mundial", que debe excluir la actuación de Estados Unidos como "policía del mundo", pero asegurar su participación "en los esfuerzos multilaterales para resolver problemas internacionales".
El estudio también abarca investigaciones sobre la interpretación de la opinión pública que realizan los legisladores, sus asistentes, personal administrativo del Congreso, periodistas y consultores.
El trabajo del CISSM parece evidenciar que, en contradicción con la idea de los dirigentes políticos sobre las actitudes del público, los estadounidenses no pretenden desvincularse de los asuntos mundiales.
Así mismo, un importante sector es favorable a una política exterior que aborde temas mundiales y humanitarios, en vez de limitarse a los intereses nacionales de Estados Unidos.
Más de 80 por ciento del público, según el estudiZCZC IPS042 MVD014 BB XA EE XJ XX QN SERVESP .DEVAMVD LA DV VENEZUELA: Una cooperativa contra el consumo individualista
por José Zambrano
CARACAS, oct (Especial de IPS) Una cooperativa de consumo, que toma forma de hipermercado, asume el desafío de mostrar a los venezolanos las ventajas de asociarse frente al paternalismo estatal para la obtención de alimentos abundantes y económicos.
La experiencia también constata que para enfrentar la carestía de los artículos de consumo básicos, los consumidores prefieren las soluciones individuales, a través de ingresos adicionales, a ejercer presiones colectivas para que la oferta mejore en cantidad, calidad, distribución y control estatal.
Este emprendimiento se da mientras el crecimiento de los precios contrasta con la caída constante del salario real desde 1978 hasta 1996 y la duplicación, en los últimos 10 años, de los niveles de pobreza crítica y relativa. Esta última abarca ya a casi 80 por ciento de la población.
En septiembre de 1995, en un clima de recesión y abundantes controles estatales sobre la economía, el gobierno de Rafael Caldera auspició el surgimiento de una gran cooperativa de distribución de alimentos en el populoso oeste capitalino, el Centro Cooperativo de Caracas (Coopercentro).
Simultáneamente, las autoridades gubernamentales lanzaron programas de ferias para el "abastecimiento popular", donde se venden alimentos más baratos, que cuentan como única desventaja la formación de largas colas de compradores.
Los cooperativistas insisten que "la organización de los consumidores no va a ir a ninguna parte mientras el Estado paternalista le entregue a la gente las cosas subsidiadas y sin esfuerzo para la población", según coinciden sus portavoces.
El dirigente del sector, Eduardo Matute, nombrado superintendente nacional de cooperativas, cree que el gobierno "no completa la apertura económica mientras mantenga el subsidio de los productos, su distribución y la propaganda. Lo pertinente es organizar a los consumidores".
La "competencia" con las ferias populares que organiza el gobierno es un desafío para las cooperativas de consumo como Coopercentro que, tras el "boom" del primer año, se mantuvo inactivo y muy endeudado durante la mayor parte de 1997, reabriendo plenamente sus puertas recién en septiembre.
"Antes venía a Coopercentro y compraba para mi casa y las de dos hermanas, porque hubo como una fiebre de comprar frutas y verduras más baratas, pero tenemos que sacar cuentas otra vez a ver si volvemos a hacerlo", narra en la puerta del local, Lucila Márquez, una maestra que vive a 150 metros.
Santiago Martínez, presidente de la cooperativa, indica que antes abastecían diariamente a unas 8.000 familias, pero ahora lo hace con menos de 3.000.
"Aunque esperamos incrementar esta atención cuando pasemos al hipermercado con ferretería, textiles y el aumento de derivados lácteos y cárnicos", afirma.
El secreto en la recuperación de Coopercentro ha estado en su fZCZC IPS043 BRU004 QN SERVNED .LONABRU LA CR PANAMA: De Christus die helpt stelen
PANAMA-STAD, 24 oktober (IPS) – Deze week zakten zoals elk jaar duizenden gelovigen af naar het Panamese Portobelo om er de 'Zwarte Christus' te vereren. In de arme zwarte gemeenschappen aan de Caribische kust heerst een bijna fanatieke devotie voor deze patroonheilige van zwervers en verschoppelingen. De katholieke kerkgangers zitten echter verveeld met de groeiende aantrekkingskracht die de jaarlijkse processie uitoefent op druggebruikers en kleine criminelen.
Van de hoofdstad en de nabijgelegen stad Colón trokken dit jaar 15.000 gelovigen te voet naar Portobelo, een koloniaal stadje aan de Caribische kust, om er uiting te geven aan hun geloof. In een grote optocht en vaak zoals het beeld in een paars gewaad gekleed, droegen ze de Zwarte Christus door de straten van Portobelo.
De processie is een traditie die teruggaat tot 1658. Toen vroegen de arme inwoners van Portobelo (veelal slaven) de Christus om hulp tegen een cholera-epidemie. Het beeld, niet aan een kruis genageld zoals de blanke messias, werd aan de plaatselijke kerk geschonken door een groep vissers die het uit de zee hadden gehaald nadat het van een Spaans schip was gevallen. Volgens de legende begonnen de zieken na die allereerste processie te genezen.
Na al die eeuwen voelen zich nog steeds vooral armen, verschoppelingen en slachtoffers van discriminatie en racisme door de viering aangesproken. Het groot aantal drugverslaafden en kleine criminelen dat er eveneens op afkomt om zijn dank te betuigen voor veronderstelde mirakels, zorgt echter voor steeds meer controverse.
De katholieke bisschop van Colón, Carlos Ariz, voelde zich dit jaar zelfs verplicht om te ontkennen dat de Zwarte Christus «de Christus van de kwaaddoeners» zou zijn. «Toegegeven, veel aanbidders hebben misdrijven begaan, maar ook voor de zwarte gemeenschap en andere groepen die zich afgesneden voelen van de rest van de samenleving, is de Zwarte Christus van grote betekenis», zei de prelaat.
Een vrouw als Juana Escobar legde de afgelopen 18 jaar al elke keer de 120 kilometer van Panama-stad naar Portobelo te voet af om de Zwarte Christus te bedanken voor de genezing van haar zoon Leo, die aan kanker leed. Volgens Moises Black, een gekende misdadiger, hielp de Zwarte Christus hem een winkel te beroven. «Toen ik op een dag stond te stelen, leek ik er gloeiend bij. De politie passeerde en ik vroeg Naza (Christus) om hulp. Ik beloofde hem dat ik drie jaar na mekaar een zwaar kruis naar Portobelo zou dragen. De politie wandelde door zonder mij op te merken, alsof ze een stofje in hun ogen hadden.»