BRASIL: Temas sociales se imponen en visita del Papa

Por más precisa y limitada que sea la nueva misión del Papa Juan Pablo II en Brasil, dedicada al Encuentro Mundial de las Familias, los temas sociales y políticos terminan por imponerse en las celebraciones suscitadas por su presencia.

La globalización económica, la ONU y el embargo económico a Cuba por parte de Estados Unidos ya fueron blanco de duras críticas en la 26 Asamblea General del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), que reúne 50 obispos y cuatro cardenales desde el martes en Rio de Janeiro.

La Organización de Naciones Unidas fué acusada de encabezar una "conspiración" para desbaratar a la familia y "eliminar la vida antes de su nacimiento", por el cardenal Alfonso López Trujillo, influyente autoridad en el Vaticano, donde dirige el Pontificio Consejo para la Familia.

Sus críticas derivan de las conferencias mundiales promovidas por la ONU, como la de Población en el Cairo en 1994 y la de Mujeres en Beijing en 1995, y de la acción del Fondo de Población de Naciones Unidas, que estimula la planificación familiar.

La Asamblea fue inaugurada el martes con una condena del presidente de CELAM, el cardenal hondureño Oscar Rodríguez, al "neoliberalismo" que impulsa la globalización "aumentando los excluidos" y la miseria, especialmente en América Latina .

El cardenal acusó también a Estados Unidos de estimular a los parlamentos latinoamericanos a que aprueben el aborto, con el objetivo de reducir la migración ilegal a ese país.

El secretario general de CELAM, el obispo colombiano Jorge Jiménez, llamó a combatir el bloqueo económico a Cuba, porque "quienes sufren con eso son los más pobres", recordando el compromiso de la iglesia con la opción preferencial por los que sufren la miseria.

Los problemas sociales serán contemplados en el mensaje que la Asamblea de CELAM aprobará a su finalización el viernes, anunció el ex presidente de la Conferencia Episcopal brasileña, Luciano Mendes de Almeida.

El Congreso Teológico y Pastoral, iniciado el miércoles con 2.500 participantes, está programado para fortalecer la "defensa de la vida" y la familia, tal como las concibe la jerarquía católica.

El congreso condenará el aborto, al concluir sus deliberaciones el sábado, con el testimonio de un médico que se arrepintió de las 75.000 interrupciones de embarazos que practicó antes de convertirse al catolicismo.

Pero un síntoma de las dificultades internas que enfrenta la iglesia en este tema fue el hecho de que la sexualidad humana atrajo el mayor interés de los participantes, obteniendo la mayoría de las inscripciones, superando ampliamente a los otros siete asuntos tratados.

El Papa no viene a Brasil "en visita oficial" y tampoco para "ablandar la doctrina moral", como se informó, sino para "reforzar los valores del matrimonio y de la familia", aclaró el presidente de la Conferencia Episcopal brasileña, Lucas Moreira.

Ratificará la posición de la iglesia contra el aborto y los anticonceptivos, pero en términos generales y no locales, ya que su presencia se debe específicamente al segundo Encuentro Mundial de las Familias con el Papa, que se realiza desde este jueves hasta el domingo.

No será por tanto una respuesta a hechos brasileños, como la ley que permite el aborto en casos de estupro o riesgo de vida para la madre, a estudio en el Congreso, explicó Moreira.

Pero el Papa no logrará zafarse de manifestaciones y pedidos relacionados con problemas sociales brasileños, pese a la misión específica.

La Confederación Nacional de Trabajadores de la Agricultura tratará de hacerle llegar una denuncia sobre los 4,5 millones de menores de 14 años que trabajan en condiciones peligrosas o con remuneración indigna, tres millones de ellos en el campo.

Como el Papa ya se manifestó en favor de la reforma agraria en Brasil, el Movimiento de los Sin Tierra intentó obtener una audiencia con el Sumo Pontífice durante su presencia en Rio de Janeiro.

Sin embargo fracasaron ante la negativa del arzobispo de Rio de Janeiro, cardenal Eugenio Salles, de ideas conservadoras y opuesto a que la iglesia se involucre en las luchas sociales.

Pero evitar el tema de la pobreza y la injusticia social es imposible en esta ciudad, en la que los enclaves de miseria, las "favelas" y los barrios hacinados, están por todas partes, como los niños de la calle, el narcotráfico y la violencia.

Más de 20.000 efectivos militares y policiales fueron movilizados para cuidar de la seguridad de Juan Pablo II y de las celebraciones en que participa. Esas tropas ocuparon militarmente hacer varios días las "favelas" cercanas a las rutas del Papa. (FIN/IPS/mo/dam-jc/pr/97

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