BRASIL: Crisis asiática debilita el subsidio al caucho

La crisis financiera en países del sudeste de Asia, considerada por analistas de mercados el posible préambulo de problemas en Brasil, golpea por lo menos un sector de este país: la producción de caucho natural.

La depreciación de las monedas de Tailandia, Malasia e Indonesia anula parte del subsidio que el gobierno brasileño otorga desde la semana pasada al caucho nacional en el mercado interno, para enfrentar importaciones de menor precio.

Los tres países asiáticos más afectados por el llamado "ataque especulativo" de los capitales internacionales aportan 75 por ciento de la producción mundial de caucho natural, que suma 17 millones de toneladas anuales.

La depreciación monetaria reduce más aún el precio del caucho de esos países, ampliando su competitividad incluso en Brasil, cuna del caucho producido en escala industrial.

El gobierno de Brasil promulgó el día 13 una ley que concede un subsidio de 90 reales (0,82 dólares) a cada kilogramo de caucho nacional, para permitirle un precio final similar al del producto importado.

Hasta entonces, se exigía a las empresas consumidoras, especialmente las fabricantes de neumáticos, que compraran en el mercado interno al menos la mitad del caucho que utilizan. El precio fijado era de 2,58 reales (2,35 dólares) el kilogramo, mientras la materia prima importada cuesta cerca de 1,60 dólares.

La nueva ley transfirió la financiación del subsidio del sector privado al gobierno. Con una producción estimada en 55.000 toneladas este año, el gasto anual en concepto de subvención sería de 49,5 millones de dólares.

Pero la medida aumentará la producción al menos seis por ciento, estima la industria de neumáticos, la más beneficiada por la ley. Y según Luiz Antonio da Silveira, productor de caucho del estado de Sao Paulo, el total podría llegar a 75.000 toneladas en 1998, con un incremento de 36 por ciento.

Aún así, la producción nacional no podría atender más que la mitad del consumo, y Brasil continuaría importando caucho. Esas compras llegaron en 1996 a 822 millones de dólares.

El estímulo no será eterno. En los primeros cuatro años se pagarán los 72 centavos de dólar por kilogramo, pero luego el subsidio se reducirá 25 por ciento cada año, para extinguirse al cabo de ocho años. Se aguarda que, al cumplirse ese plazo, la producción nacional pueda competir con las importaciones.

Brasil fue hasta principios de este siglo el mayor productor y prácticamente único exportador de caucho natural. El árbol del que se extrae el látex para su producción, la "seringueira" o hevea brasiliensis, es nativo de la Amazonia.

La demanda de Europa y Estados Unidos, en rápido aumento tras la irrupción de la industria automovilística, produjo una efímera fiebre de oro en el corazón de la Amazonia, basada en las abultadas ganancias de la extracción de látex.

Pero la seringueira, llevada al final del siglo pasado a Malasia por los británicos, en uno de los episodios de piratería genéticas de mayor repercusión económica, se mostró más competitiva en las nuevas plantaciones que en un sistema extractivo amazónico de productividad declinante y sin manejo.

Brasil se volvió gran importador de caucho al desarrollar su industria automovilística en las últimas cuatro décadas. Desde los años 70 intenta recuperar la producción, incentivando el cultivo en áreas no amazónicas.

Hoy, el estado de Sao Paulo, el más industrializado, ya produce la mitad del caucho nacional y consume más de 80 por ciento del total. Pero las plantaciones de seringueira se diseminaron por 12 de los 26 estados brasileños, con 10.000 productores y más de 70.000 empleados directos.

En cuanto a las seringueiras nativas, aportan menos de 10 por ciento de la producción nacional, pero la extracción en la Amazonia se estimula por razones ambientales y sociales, como instrumento de conservación de los bosques e importante fuente de ingresos para la población local.

Otra preocupación inmediata del gobierno, agobiado por el creciente déficit de las cuentas externas, consiste en recuperar la industria de neumáticos y reducir las importaciones.

La compra de neumáticos extranjeros se multiplicó en los últimos años. De 113.500 unidades en 1990 saltó a 1,4 millones en 1995 y 809.300 en 1996.

El subsidio al caucho hace más competitiva la producción nacional de neumáticos. Los fabricantes tienen interés en aquirir la materia prima nacional, por el plazo más breve de entrega, explicó el presidente de la Asociación Nacional de la Industria de Neumáticos, Gerardo Tommasini. (FIN/IPS/mo/ff/if

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