BOLIVIA: Central sindical en la pendiente

El ya debilitado sindicalismo de Bolivia debe ahora enfrentar acusaciones de corrupción que penden sobre 113 de sus dirigentes.

Hasta hace pocos años, los sindicatos nacionales eran poderosos y tenían fuerte capacidad de convocatoria. En la Central Obrera Boliviana (COB) confluían los intereses de todos los obreros, campesinos, mineros, estudiantes y clases empobrecidas.

La política económica liberal aplicada por los sucesivos gobiernos desde 1985 debilitó a las estructuras sindicales. Pero ahora son los enfrentamientos internos los que la afectan en mayor medida.

Hace dos meses, cuando un congreso nacional de trabajadores era suspendido a medio camino tras descabezar al líder de la COB, el minero Edgar "Huracán" Ramírez, se pensó que la crisis había tocado fondo.

Ramírez fue suspendido de sus funciones por pugnas internas y la elección del nuevo ejecutivo de la COB será decidida en el congreso extraordinario que se realizará el 24 de noviembre en la ciudad sureña de Tarija.

Esta semana, el propio "Huracán" -sobrenombre que se ganó en las minas por la fuerza de su radical posición izquierdista- encendió el ventilador y denunció que 113 dirigentes de la COB reciben salarios de entre 94 y 376 dólares del Ministerio de Trabajo.

"La COB está picada por el virus y le urge sanearse, caiga quien caiga", sentenció el ex líder de la central al presentar la lista de dirigentes, nacionales y departamentales, que supuestamente recibieron dinero del gobierno del presidente Hugo Banzer.

El Ministerio de Trabajo negó la acusación, sosteniendo que no ha gastado fondo alguno en el pago a sindicalistas, según dijo el titular de esa cartera Leopoldo López.

En la COB una comisión conformada por ex dirigentes notables investiga la denuncia.

La corrupción es un tema frecuente en las instituciones públicas, pero hasta ahora nunca había tocado al sindicalismo, o por lo menos no se lo había denunciado.

Para el analista en temas laborales Carlos Soria Galvarro, las denuncias de corrupción son graves y deben ser una alerta para proteger a la central sindical de probables nuevos ofrecimientos de dinero del gobierno y los partidos oficialistas.

Pero, a la vez, advierte que el problema de fondo de la COB es su crisis política, de representatividad y de búsqueda de un nuevo paradigma ideológico que sustente sus acciones.

En el pasado, una palabra de la COB era capaz de hacer temblar a cualquier gobierno y de paralizar el país. Sus victorias eran saboreadas por sindicatos de otros países de la región que envidiaban el sentido unitario de sus acciones.

Hoy, casi nadie se inmuta en Bolivia ante el llamado de la central a una "huelga general indefinida", como se sigue denominando a la medida extrema que era declarada en casos de gravedad pero que ahora se decreta por rutina y que sólo unos pocos acatan.

En su momento de mayor poderío, la COB rechazó la posibilidad de gobernar junto al presidente izquierdista Hernán Siles Zuazo (1982-1985), el primer Ejecutuvo democrático del país tras una larga sucesión de dictaduras militares, y terminó haciéndolo caer.

En los 12 años que siguieron, su resistencia a las políticas "neoliberales" fue infructuosa.

Incluso algunos de sus principales dirigentes del pasado termianron siendo legisladores o militantes de partidos contra los que combatían pocos años antes. (FIN/IPS/jcr/dg/ip-lb/97

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe