ASIA: AsDB prometió políticas de pesca respetuosas del ambiente

El Banco Asiático de Desarrollo (AsDB) anunció un cambio en su política de pesca que tendrá en cuenta los efectos ambientales de la explotación desmedida del recurso, en acelerado proceso de agotamiento.

Las nuevas metas de la institución financiera, con sede en Manila, están incluidas en un documento que representa el primer esfuerzo formal de revisión de su política desde 1979.

El documento, de 46 páginas, revisa la forma en que la sobreexplotación condujo a una reducción de los volúmenes capturados.

Además, destaca que los esfuerzos mal orientados para incrementar la producción, ya sea a través de tecnologías pesqueras u otras opciones como acuicultura, pueden empeorar la situación.

"Reconociendo la creciente demanda de pescado en la región, la política del Banco es respaldar esfuerzos nacionales y regionales para aumentar las existencias del recurso y sus subproductos para el consumo humano de un modo sostenible", indica el informe.

El Banco urgió a gobiernos y comunidades a mejorar la gestión del recurso y la protección ambiental y a involucrarse en el desarrollo responsable de la acuicultura.

Su estrategia de revisión e implementación de proyectos de pesca impone tres requisitos, la equidad, la eficiencia y la sustentabilidad.

"Nos estamos moviendo de la explotación de recursos a la gestión de recursos, dijo Robert May, vicedirector del Departamento de Agricultura y Sectores Sociales del AsDB y uno de los autores del documento.

China, India, Indonesia y Tailandia se ubican entre los 10 principales países pesqueros del mundo. En 1994, la producción de pesca marina de Asia fue 44 por ciento del total mundial. El continente también es el mayor consumidor de pescado.

El pescado representa 28 por ciento del total de proteína animal consumida en Asia, mientras en Africa y América del Norte representa 21 y siete por ciento respectivamente. Países como Bangaldesh, Filipinas e islas del Pacífico obtienen más de 75 por ciento de su proteína animal de los peces.

La pesca también es un importante medio de vida en la región, y cinco millones de personas en el sudeste de Asia se dedican por completo a la actividad.

El pescado también es producto de exportación. En 1993, Tailandia se convirtió en el mayor exportador de pescado del mundo. El grueso de las exportaciones se dirige a países industrializados como Japón y Estados Unidos.

Durante las últimas décadas, las flotas se lanzaron al mar a un ritmo que no permitió la recuperación natural de los cardúmenes.

La tendencia se vio favorecida por esquemas de crédito que subrayaron la pesca marina y financiaron la adquisición y modernización de embarcaciones y equipos.

La Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO) afirma que casi 70 por ciento de las existencias de peces marinos necesitan urgentes medidas de conservación.

Pero la demanda de pescado en Asia continúa creciendo, y se espera que alcance 69 millones de toneladas en el 2010, o 60 por ciento de la demanda mundial de pescado para alimentación, a partir de 53 por ciento en 1990.

Algunos esfuerzos por alcanzar una solución, como el desarrollo de la acuicultura, presentan sus propias complicaciones, en este caso la degradación del medio ambiente.

Aunque la acuicultura a menudo se identifica como la forma de llegar al futuro, el Banco dijo que la tomará en cuenta sólo cuando los proyectos sean sustentables y aceptables socialmente, y aunució que "no los respaldará si implican la conversión de la vegetación de manglares".

Grandes áreas de manglares en Indonesia, Malasia, Tailandia y Vietnam han sido convertidas en lagos. En Filipinas, se estima que hasta 65 por ciento de las originales 450.000 hectáreas de manglares se destinaron a otros usos, en especial la cría de peces. (FIN/IPS/tra-en/js/ral/lp/en-dv/97

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