La cantante sudafricana Yvonne Chaka Chaka realizó su estreno en 1985 con "I'm in Love With a DJ" pero pocos críticos creyeron que la artista permanecería en los primeros lugares de la clasificación musical en su país.
Sin embargo, la intérprete, a la que hoy en Uganda consideran la "Princesa de Africa", demostró que los críticos estaban equivocados y acaba de lanzar su álbum número 11, "Bombani", que significa "levántate y haz que te tomen en cuenta" en idioma shangaan.
"Debemos deshacernos de las cadenas del apartheid y no podemos seguir poniendo excusas", dijo Chaka Chaka a IPS al explicar el título. Sin embargo, la cantante añadió que la gente negra sigue sufriendo muchas desventajas. "La tierra aún está en poder de los blancos y ellos controlan la economía".
El álbum de ocho canciones difiere en gran medida de su primer esfuerzo que pecaba de un exceso de emoción. Las tres primeras piezas de la obra producida por el rey de la música popular sudafricana, Sello Chicco Twala, son baladas lentas, con un diseño meticuloso.
La cantante sudafricana también interpreta obras en idiomas no sudafricanos y en grabaciones anteriores cantó en swahili y francés. Una de las canciones de su último álbum está en "shona", una de las múltiples lenguas de Zimbabwe.
Su nuevo álbum también refleja el estilo "kwaito", cuyo trasfondo de enfoque minimalista y una fuerte presencia de tambores conquistó a la región de Africa austral.
Chaka Chaka lo lleva un paso adelante al incorporar niveles de instrumentación que resultan en una mezcla interesante y compleja.
"¿Hasta cuándo vamos a matarnos unos a otros?" pregunta la artista en la canción "Saphel Isizwe", en aparente referencia a la violencia intestina entre los negros de su país, contra un fondo de ritmo pesado que conjura imágenes de escudos y guerreros marcando el compás.
Incluso la canción espiritual "Baba Baxolele" tiene ese ritmo contagioso que obliga al que la escucha a levantarse y bailar.
El eslabón más débil de lo que constituye una fuerte cadena musical es la canción en inglés, "I miss you". Típico material de relleno, la letra es tan trivial que ni siquiera la sofisticada instrumentación que la acompaña logra darle vida.
No obstante, las demás canciones son buenas y Chaka Chaka tiene razones para estar satisfecha. "Me gustan todos mis álbumes pero este es uno de mis favoritos. Siempre quise cantar baladas y cosas africanas".
Hoy, la artista puede elegir la música que desea cantar. Pero su vida no siempre fue tan sencilla.
Hija de un chofer y una empleada doméstica, Chaka Chaka no tenía dinero para comprar el almuerzo en la escuela. Su padre murió cuando ella era niña y junto a su madre y dos hermanas, la familia debió residir en una casita en Dobsonville, Soweto, el amplio barrio negro de Johannesburgo.
A la edad de 17 años, y sin entrenamiento formal, la joven ingresó al negocio de la música cuando se le persuadió de presentarse a una audición. "Mi madre me hubiera matado de haber sabido lo que estaba haciendo", recuerda.
Chaka Chaka ha estado casada desde hace nueve años con un médico, Tiny Mhinga, con quien vive junto a sus cuatro hijos en una mansión en la provincia de Transvaal del Norte.
Aparte de su exitosa carrera musical, que la llevó a actuar en la mayoría de los países de Africa subsahariana y en el exterior, Chaka Chaka también es empresaria.
"Tenemos algunas empresas, una de las cuales tiene que ver con la educación para adultos. Estudié Educación y Capacitación Básica para Adultos en la Universidad de Sudáfrica y también enseño oratoria", explicó con orgullo.
Como si ello no fuera suficiente, la artista es copropietaria con su esposo de American Dream Wheels, una firma que vende automóviles de Estados Unidos, y de Chaka Chaka Productions, una compañía productora de videos.
Chaka Chaka combina su vida de empresaria con la de intérprete con "cuidadosa planificación", explica. "Hago planes con meses de anticipación y me aseguro de que mi función como madre no se vea perjudicada cuando asumo mi papel de música".
Así mismo, "cuando viajo al exterior y mis hijos están de vacaciones, los llevo conmigo. Si es durante el período escolar, mi esposo los atiende y estoy muy agradecida por ello", señaló.
Aunque es evidente que Chaka Chaka se preparó para la vida después de la música, no hay señales de que esté dispuesta a abandonar su arte por el momento.
Para alguien que fue considerada sólo como la "novedad del mes" cuando comenzó, Chaka Chaka podría convertirse en la próxima reina de la canción africana cuando Miriam Makeba ceda su trono. (FIN/IPS/tra-en/ips/im/pm/mk/aq/cr/97