ARGENTINA: Clima caliente en vísperas de comicios legislativos

A cuatro días de los comicios legislativos en Argentina, el clima de campaña se recalentó: por primera vez en 10 años, el oficialismo teme perder ante una oposición unida, un hecho que crea un ambiente de fuerte expectativa para el domingo.

Desde 1987, el gobernante Partido Justicialista ganó todas las elecciones nacionales, en parte por méritos propios basados sobre todo en la estabilidad económica y en parte porque los partidos de la oposición competían por separado en las urnas, al menos hasta hace dos meses.

Los opositores, que identifican a la gestión del presidente Carlos Menem con la corrupción, reclaman mayor transparencia en los actos de gobierno, independencia judicial, políticas contra el desempleo, distribución más equitativa del ingreso y mayores inversiones en seguridad, educación y salud.

"El hecho verdaderamente nuevo en estas elecciones no es que el oficialismo pierda apoyo -que básicamente lo conserva- sino que la oposición se unió y eso cambió el escenario político", explicó el analista Rosendo Fraga, del Centro de Estudios para la Nueva Mayoría.

Se refiere así a la decisión de la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario de unificarse en una Alianza que compita con el oficialismo en estos comicios en los que se eligen 127 diputados nacionales y otras 800 autoridades provinciales y municipales.

La Alianza forzó al gobierno a anunciar medidas en favor de los jubilados, de los maestros en ayuno desde hace seis meses, y en contra de la evasión y de la corrupción. También se anunció un plan de subsidios para jefes de familia desocupados y subvenciones para la pequeña empresa.

Pero pese a los esfuerzos de último momento, los encuestadores anticipan que la Alianza se impondrá por una diferencia que va entre 10 y 17 por ciento de los votos a nivel nacional.

Para ello, suman los votos de la Alianza a los de los dos partidos miembros donde se presentan separados, una forma de escrutinio político cuestionada por el gobierno.

En sus dos meses de vida, la Alianza logró acuerdos en 13 de los 23 distritos que tiene el país.

Eso significa que mientras el Partido Justicialista sumará votos del total de 23 distritos, la Alianza no podría contabilizar los votos de sus partidos miembros en 10 distritos donde los dirigentes no se pusieron de acuerdo.

Por ejemplo, la encuestadora Graciela Romer asegura que a nivel nacional habría un empate técnico con apenas 1,7 por ciento en favor del oficialismo, pero si la Alianza suma los votos que obtenga la Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario donde se presenten separados, la diferencia crece a 17 puntos en favor de la oposición.

El hecho de sumar los votos fue cuestionado por el gobierno, que intentará que el domingo se haga una lectura diferente del resultado.

El Ministerio del Interior anunció que contabilizará los votos en forma separada, aunque no hay ley que impida que el resultado sea interpretado sumando adhesiones y no restándolas.

Ante la posibilidad de un resultado adverso, en los últimos días Menem salió a hacer campaña en favor de su gobierno, un hecho que para algunos candidatos de su partido no ayuda sino al contrario.

Muchos votantes del justicialismo respaldan gestiones provinciales pero culpan al gobierno nacional del alto desempleo (más de 17 por ciento de los activos) y la corrupción.

La ofensiva del gobierno tuvo esta semana un episodio muy polémico, cuando el ministro de Economía, Roque Fernández, denunció la existencia de un "golpe de Estado mediático", impulsado a su juicio por medios periodísticos enrolados en la oposición.

La denuncia fue duramente cuestionada no sólo por la oposición sino por la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas, que calificó al ministro de "energúmeno", y hasta por el propio gobierno que, aunque coincide con Fernández, le pidió que baje el tono de las críticas.

Al mismo tiempo, el diputado Carlos Alvarez, que encabeza la lista de la Alianza en la capital, y según las encuestas de Romer obtendrá 62 por ciento de respaldos frente a 17 por ciento del candidato oficialista, querelló a Menem este martes por calumnias.

Menem había dicho la semana pasada durante la visita al país del presidente de Estados Unidos Bill Clinton, que entre los que participaron de una manifestación de rechazo a la visita -que terminó con 200 detenidos y daños materiales- había un diputado de la Alianza, pero en verdad pertenecía a un partido de izquierda competidor.

Por su parte, el ex ministro de Economía Domingo Cavallo finalizó su campaña este martes con un acto precedido también por una denuncia judicial.

Cavallo, que asegura que en el gobierno del que participó durante seis años hay corrupción y mafias, acusó al Ministerio del Interior de crear un partido fantasma para desacreditarlo.

La denuncia responsabiliza a ese ministerio de utilizar fondos públicos para esa campaña de un partido inexistente que empapeló la ciudad con frases elogiosas de Cavallo a Menem mientras estaba con él en el gobierno.

Ahora el ex ministro se presenta separado y podría obtener el tercer lugar en la lista de capital, muy cerca del oficialismo. (FIN/IPS/mv/dg/ip/97)

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