AMERICA LATINA: La amenaza de un "ataque salvaje"

Jeffrey Sachs, el economista estadounidense que ganó fama mundial al asesorar a Bolivia, Polonia y Rusia en materia de control inflacionario, cree que el desastre de los mercados del sudeste de Asia puede reproducirse en Brasil.

Sachs supone que Brasil está en la mira de los grandes especuladores financieros. Su pronóstico no es categórico, pero advierte que algunos indicadores de la economía brasileña son parecidos a los que presentaban Tailandia, Indonesia y Malasia al estallar la crisis de Asia sudoriental.

Por ejemplo, la sobrevaluación de la moneda, creciente déficit de cuenta corriente, saldo fiscal negativo y gran cantidad de capitales "golondrina" en las bolsas de Río de Janeiro y Sao Paulo.

Sachs señaló, en el curso de un debate organizado por el periódico World Paper, que las llamadas economías emergentes viven hoy bajo la amenaza de catástrofe en el frente bursátil y en el mercado de cambios, por la volatilidad de los capitales que circulan entre los principales centros financieros del planeta.

El simple hecho de ser considerado posible blanco de un "ataque salvaje" de los especuladores pone al país del caso en situación delicada, advirtió Sachs en el foro, realizado en la Kennedy School of Government, de la Universidad de Harvard,

En efecto, las expectativas de los analistas e inversionistas se suman al conjunto de factores orientadores del rumbo de los capitales volátiles.

La espectacular caída de la bolsa de Hong Kong sembró el pánico el último jueves no sólo en otros mercados asiáticos, como Corea del Sur y Taiwan, sino que se propagó por Europa y Estados Unidos e hizo impacto en América Latina.

La situación de Brasil es de proyección regional. El Mercosur y sus dos socios externos, Bolivia y Chile, serían afectados en caso de que el real fuera devaluado hasta 25 por ciento para favorecer las exportaciones y reducir el déficit del comercio exterior brasileño.

En esa eventualidad, habría tres escenarios posibles: 1) Al caer su precio en dólares, las exportaciones brasileñas causarían inevitablemente pérdidas a la producción de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Chile. 2) Esos países podrían reaccionar imponiendo barreras a la invasión de productos brasileños, con el consiguiente retroceso del esfuerzo integrador.

Hay una tercera posibilidad, la devaluación generalizada de las monedas nacionales del cono sur de América. Esa medida mantendría el equilibrio comercial actual, pero implicaría el traslado a toda la región de los efectos colaterales de la crisis brasileña.

La devaluación de las monedas del Mercosur ante el dólar aumentaría el costo de las importaciones, y los consumidores resultarían perjudicados.

Esas tres hipótesis tienen en común consecuencias preocupantes, como sobresaltos económicos internos e inestabilidad política, no solo en Brasil, en caso de que se confirme el "ataque salvaje" al real, sino en todo el cono sur.

Algunos economistas ya hablan de "shocks externos" que tendrían efecto similar a la terapia de alto impacto utilizada en los años 80 y 90 en América Latina para combatir procesos inflacionarios fuera de control como los de Bolivia, Perú, Argentina y Brasil.

Pero en esos casos, la terapia tuvo el objetivo de la estabilización económica, fue aplicada en el interior de los países afectados y tuvo responsables con rostro, nombre y apellido.

En cambio, las acometidas contra monedas asiáticas tuvieron origen en el exterior y no ha sido posible identificar a los responsables, pese a que el primer ministro de Malasia, Mahatir Mohammad, acusó al financista húngaro-estadounidense George Soros de la desestabilización de los mercados malasios. (FIN/IPS/cc/ff/if/97

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