La pobreza y el analfabetismo siguen repercutiendo en América Latina en altas tasas de fecundidad, que sobrepasan en varios países el promedio ideal de dos a tres hijos a que aspiran las mujeres en la región.
Sin embargo, es en sectores latinoamericanos rezagados en términos de ingresos pero con educación básica, donde se produjeron en los últimos años los cambios demográficos más significativos, gracias al mejor acceso a la información sobre control de la natalidad.
El tema es analizado en profundidad por Susana Schkolnik y Juan Chackiel, expertos del Centro Latinoamericano de Demografía (Celade), en un estudio presentado a la XXIII Conferencia General sobre Población, que se realizó este mes en Beijing.
El Celade, con sede en Santiago de Chile, forma parte del sistema de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), principal agencia regional de la Organización de Naciones Unidas.
En "América Latina: la transición demográfica en sectores rezagados", Schkolnik y Chackiel pasan revista a los comportamientos de la fecundidad en la región desde comienzos de este siglo, con base en la información disponible al respecto.
La tasa global de fecundidad, que representa el promedio de hijos de las mujeres en edad fértil (de 15 a 49 años), muestra una evolución estrechamente ligada a las tasas de mortalidad infantil y analfabetismo, así como a las expectativas de vida de la población.
A medida que se reduce la mortalidad infantil, aumenta la cobertura educacional y los avances en la salud hacen que la población viva más, disminuye la tasa de fecundidad y se producen, por tanto, cambios en las tendencias demográficas.
Los investigadores de Celade subrayan que América Latina vive intensamente este proceso, pero que el mismo adquiere una gran heterogeneidad entre los países y, al interior de éstos, entre sectores sociales y áreas de residencia.
Por ello, no cabe hablar de "la" transición demográfica latinoamericana, sino de "las" transiciones que tienen lugar en la región, con un marcado retraso en los estratos de pobreza con respecto a las tendencias generales.
Schkolnik y Chackiel advierten igualmente que los cambios demográficos en América Latina tienen un ritmo de avance menor que el mostrado por los países europeos durante el presente siglo, lo cual refleja conductas sociales y culturales.
Las latinoamericanas tienen una nupcialidad (unión en parejas) más temprana que las europeas y la incidencia del celibato es menor en esta región que en Europa, lo cual se traduce en mayores niveles de fecundidad.
A comienzos de este siglo, la esperanza de vida al nacer era del orden de los 30 años en América Latina y la fecundidad se situaba en torno a seis hijos por mujer, según registra el estudio, que no indica las tasas de mortalidad infantil en esa época.
En la década del 50, tras la segunda guerra mundial, se observa un cambio sustantivo en la expectativa de vida, que se situó en 52 años, con una mortalidad infantil de 127 por mil como promedio en la región.
La tasa de fecundidad, sin embargo, se mantuvo en torno a los seis hijos por mujer, para comenzar a descender sólo en los años 60 y alcanzar hoy un promedio regional de tres hijos por mujer, de acuerdo a la información censal que incluye el estudio.
En la actualidad, la región tiene una expectativa promedio de vida para su población de 69 años, aunque ocho países superan los 70, y la tasa de mortalidad infantil equivale a sólo un tercio de la de los años 50, con una media de 45 por mil.
Chackiel y Schkolnik identifican cuatro grupos de países en materias de cambios demográficos. Bolivia y Haití tienen una transición incipiente, con una expectativa de vida de 58 años, mortalidad infantil de 81 por mil y una fecundidad de 4,8 hijos.
El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Paraguay configuran el grupo de transición moderada, con esperanza de vida hasta los 67 años, mortalidad infantil de 47 por mil y 4,7 hijos por mujer fértil como promedio de fecundidad.
En Brasil, Colombia, Costa Rica, Ecuador, México, Panamá, Perú, República Dominicana y Venezuela, países en plena transición, el promedio de expectativa de vida es de 70 años, la mortalidad infantil de 38 por mil y la tasa de fecundidad de 3,1 hijos por mujer.
Por último, está el grupo de transición demográfica avanzada, de Argentina, Chile, Cuba y Uruguay, con una esperanza de vida de 74 años, mortalidad infantil de 17,5 por mil y una tasa global de fecundidad de 2,4 hijos por mujer.
De acuerdo a información censal de esta década, en grupos de mujeres con instrucción superior, en varios países el promedio de hijos deseados es mayor a la tasa de fecundidad, y en los sectores de mujeres analfabetas, la situación es absolutamente a la inversa.
En Colombia, las mujeres sin instrucción tienen como promedio cinco hijos, aunque su aspiración es de 3,3. En Ecuador, la brecha entre número real de hijos y número deseado en el mismo grupo es de 6,2 a 3,6 y en Perú de 7,1 a 3.
Entre las peruanas con instrucción universitaria la tasa de fecundidad es de 1,9 por cada mujer, en circunstancias que aspiran a tener, como promedio, 2,4 hijos. En Ecuador la brecha va de 2,1 a 2,4 y en Colombia de 1,8 a 2,4. (FIN/IPS/ggr/dam/dv-he/97