Las concreción de los planes comerciales y petroleros planteados por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, en su gira por América del Sur conduciría a la destrucción de la selva amazónica, alertan ambientalistas.
"La expansión del libre comercio y los proyectos petroleros en la Amazonia solo contribuirán a que se introduzcan en la selva corporaciones multinacionales destructoras de la sociedad y el ambiente", dijo a IPS Shannon Wright, de la no gubernamental Rain Forest Action Network (RAN), radicada en San Francisco.
La implementación de las ideas de Clinton permitiría el ingreso de empresas petroleras y madereras en la Amazonia y convertiría la región en tierra baldía, afirmó Wright.
El presidente estadounidense ha impulsado a lo largo de su gira latinoamericana esta semana el establecimiento del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) para el 2005.
RAN considera que para Brasil sería un error adoptar el modelo estadounidense de libre comercio, pues alentará a las compañías madereras industriales a "avanzar sobre las selvas" del país latinoamericano.
"Clinton y Estados Unidos tienen poco que ofrecer a Brasil en materia de manejo ambiental. La respuesta a la desforestación en la Amazonia es impedir el libre comercio de productos selváticos", sostuvo Beto Borges, director brasileño de RAN.
"La quema de selvas amazónicas aumentó 30 por ciento desde 1996. La expansión del libre comercio solo traerá más proyectos madereros y empeorará la situación", agregó Borges.
El Instituto Brasileño del Medio Ambiente (IBAMA) planea conceder permisos de explotación de madera en la Amazonia, lo que ha generado críticas de grupos ambientalistas nacionales e internacionales pues el gobierno no ha logrado aún controlar la tala ilegal.
Borges alertó contra la tala a gran escala y recomendó a las autoridades brasileñas que no sigan los modelos de explotación maderera predominantes en Estados Unidos y Canadá.
"Estados Unidos conserva menos de uno por ciento de los bosques antiguos de su territorio. ¿Queremos eso para el futuro de la Amazonia?", se preguntó.
En su gira sudamericana, Clinton también ofreció a las emprsas petroleras de Venezuela cientos de millones de dólares en créditos para impulsar nuevos proyectos de explotación de hidrocarburos.
Orinoco Oilwatch, una coalición de grupos ambientalistas e indígenas venezolanos, advirtió que la aceptación de la oferta implicará más destrucción de selvas amazónicas y vidas de indígenas, así como un aumento de la emisión de gases invernadero, responsables del calentamiento planetario.
"No podemos comprender cómo Estados Unidos promueve a Venezuela como proveedor para su gigantesca necesidad de petróleo a costas del ambiente y los pueblos indígenas", advirtió Orinoco Oilwatch en una carta que dirigió a Clinton.
El grupo venezolano mencionó la avalancha de compañías petroleras estadounidenses, entre ellas Amoco, Conoco, Mobil y Enron, que "invadieron el Amazonas" con la finalidad de saciar el apetito petrolero de los países industrializados.
El lago Maracaibo, otrora el principal reservorio de agua dulce de América del Sur, sufre grave contaminación luego de 70 años de explotación petrolera a cargo de empresas de Estados Unidos, recordó Orinoco Oilwatch.
Otros ecosistemas frágiles, como el del delta del Orinoco, calificado de "reserva de biosfera", y el golfo de Paria, con su gran riqueza ictícola, se contaminarían tanto como el lago Maracaibo si se concretan allí nuevos proyectos petroleros.
Estados Unidos promueve un incremento de la explotación de combustibles fósiles en nombre de la globalización económica a pesar de las protestas de pueblos indígenas venezolanos como el warao, el yukpa y el bari, agregó la organización.
La población de zonas petroleras también sufrió un gran impacto social, debido al aumento de las operaciones de redes de proxenetas y del alcoholismo y abuso de drogas. Las denuncias de violación sexual de mujeres warao son frecuentes.
"No podemos permanecer pasivos ante los planes de explotación inescrupulosa de nuestros recursos naturales, que podrían comprometer el presente y el futuro de nuestra nación", alertó Orinoco Oilwatch a Clinton.
El mandatario ha declarado en reiteradas oportunidades su preocupación por la selva amazónica. En su viaje a Brasil, anunció una asignación de 10 millones de dólares para la preservación del área en el marco de un programa del Grupo de los Siete (G-7) que nuclea a los países más ricos del mundo.
Orinoco Oilwatch manifestó su beneplácito por este anuncio, pero afirmó que el gesto se contradice con la intención de Estados Unidos de impulsar proyectos petroleros en Venezuela.
Clinton exhortó a las autoridades de Brasil a unirse al esfuerzo estadounidense para el abatimiento de los gases invernadero.
Los gobiernos del mundo están enfrascados en una complicada negociación hacia la reunión de las partes de la Convención de Cambio Climático que se celebrará en diciembre en Kioto, Japón.
El debate se centra en la intención de los países industrializados, que han disfrutado y aun hoy cosechan los beneficios económicos de la contaminación, de que el mundo en desarrollo comparta la carga de cortar las emisiones de gases invernadero.
El estado de la Amazonia recibe ahora particular atención, pues el calentamiento planetario se ha convertido en una gran preocupación internacional, según RAN. Las selvas ayudan absorber los gases invernadero. Pero la quema de esas selvas agrava el problema.
"Todos debemos participar" en la reducción de esos gases, dijo Clinton, si bien agregó que Washington "nunca deberá socavar a sabiendas el crecimiento económico de Brasil o de ningún otro país". (FIN/IPS/tra-en/dk/mk/mj/en/97