/AMBIENTE/AMERICA CENTRAL: El Niño más destructivo del siglo

El fenómeno del Niño, que aparece cada cierto tiempo en las costas del océano Pacífico, podría convertirse este año en el mayor desastre climático del siglo en América Central, según previsiones de expertos.

Desde mayo pasado, cuando aparecieron las primeras manifestaciones del fenómeno, el istmo ha sufrido grandes pérdidas en la agricultura, en infraestructura y en vidas humanas.

Llamado así por los pescadores peruanos por aparecer cerca de la Navidad, el Niño consiste en una gran corriente de agua marina de alta temperatura que viene desde Africa y altera el clima y el régimen de lluvias en los países del litoral Pacífico, particularmente.

Aumento de la temperatura y el nivel del mar, tormentas, inundaciones y lluvias combinadas con vientos y sequías forman parte de este fenómeno, que a pesar de encontrarse en sus inicios ya ha causado graves pérdidas en la región.

Según datos recopilados por IPS, unos 45 centroamericanos murieron a causa de las inundaciones, descargas eléctricas y derrumbes ocurridos en los irregulares últimos cinco meses de la actual temporada de lluvias.

La agricultura y la pesca sufrieron por su parte pérdidas por más de 160 millones de dólares por las mismas causas.

El costarricense Manuel Jiménez, del Consejo Agropecuario Regional Centroamericano, explicó que en julio se esperaba en el litoral Pacífico un promedio de lluvias de 147,5 milímetros, pero sólo hubo precipitaciones por nueve milímetros.

En cambio en el Atlántico en mayo cayeron 1.056 milímetros en lugar del habitual promedio de 336 para esa época del año.

La presidenta de la Asociación de Geógrafos Profesionales de Panamá, Abril Méndez, indicó a IPS que el comportamiento del clima va a ser diferente en cada uno de los países del istmo, así como en los dos litorales, pese a que "todos van a resultar afectados de alguna manera".

Explicó que por la orientación este-oeste de las cuencas hidrográficas existentes en Panamá este país podría sufrir más los efectos del Niño que el resto de América Central.

También va a incidir el grado de deforestación de las principales cuencas hidrográficas de la región, la mayoría de las cuales han sido afectadas por la tala indiscriminada que se realizó en los últimos 40 años y que acabó con alrededor de 60 por ciento de los bosques existentes en la década de 1950.

Según fuentes de la Asociación Nacional de Ganaderos, sólo en el sector agropecuario Panamá ha sufrido pérdidas superiores a los 83 millones de dólares, un poco más de la mitad del total de los perjuicios económicos sufridos por el resto de la región entre mayo y septiembre.

El gobierno panameño estima que para mediados de 1998, cuando se cree que finalizaría el actual fenómeno del Niño, el país podría acumular pérdidas económicas por encima de los 250 millones de dólares, lo cual equivale a alrededor del tres por ciento del producto interno bruto.

En El Salvador, pese a que no han sido cuantificados, los daños en el sector agrícola podrían comprometer el abastecimiento de productos básicos en la dieta de la población, entre ellos el insustituible maíz.

Hasta ahora la falta de lluvias regulares y oportunas ha afectado la siembra de 100.000 hectáreas de maiz en El Salvador, según datos del Ministerio de Agricultura.

En Honduras unas 40.000 hectareas de cultivos diversos ubicados en la zona sur y central del país se han perdido totalmente a causa de la prolongada e inhabitual sequía, según informó el ministro de Agricultura y Ganadería Ricardo Arias.

Arias precisó que los daños fueron estimados en unos cinco millones de dólares, pero advirtió que otros sectores, como el turismo, la pesca, la ganadería y el forestal, también habrían sido perjudicados por la sequía.

Mendez afirmó que por los rangos que tiene actualmente la temperatura de las aguas del litoral Pacífico, estimada entre dos y cuatro grados centígrados por encima de lo normal para esta época del año, "se prevé que (el actual) va a ser el peor Niño del siglo".

Además de la posibilidad de que la temporada de lluvias culmine un mes antes de lo normal, los expertos vaticinan que las primeras precipitaciones de 1998 podrían llegar recién para julio o agosto, como ocurrió durante la temporada 1982/83.

Jiménez explicó que, entre otras medidas de contingencia, los gobiernos de la región están reubicando las futuras siembras de granos básicos cerca de los sitios con acceso a regadío, así como aumentando la cantidad de semillas sembradas por hectárea para compensar las que se pierdan.

Centenares de represas para almacenar una mayor cantidad de agua que lo habitual, así como el almacenamiento de pacas de forraje, el sacrificio de animales no productivos y un programa de ayuda alimentaria a la población desprotegida forman parte de los planes que se están implementando.

Sin embargo, los expertos advierten que el comportamiento del Niño es imprevisible y podría traer aparejados otros efectos que aún no es posible prever. (FIN/IPS/sh/dg/en/97)

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